miércoles, 3 de febrero de 2021

El reciente pasado antiguo

 Por Juan Alberto Remedi:

No siempre se  acepta   a febrero del año 2020 como el “pasado” a partir del cual, la irrupción del Sars.coV.2 comienza a gestar un presente y futuro dominado   por la asociación de los estados con gigantes tecnológicos, en un contexto de violentos enfrentamientos por el control de la vida humana.  Richard Horton director en jefe de la revista médica The Lancet, del Reino Unido, dio a conocer   un artículo con un título peculiar “no es una pandemia” sin portar una opinión negacioncita del fenómeno, sostuvo el estar enfrentando   a algo mucho más complejo y peligroso, una “sindemia”.

Sucesos  vigentes  en plena decadencia   y paroxismo del   país  del norte   con  el  asalto al capitolio por  agrupaciones  neo fascistas el día  6 de enero del corriente año,  reflejando un conjunto de procedimientos acumulados,  a saber,  la ruptura de los consensos posteriores a la segunda guerra mundial, entendido como  un compromiso   de obligaciones y expectativas  entre: estado, mercado y sociedad, resquebrajado hasta el desembocar en la actual situación, haciendo   prever   el inicio de una fase más aguda de la confrontación,  capaz de generar  en mediano plazo   desintegraciones  similares a la ocurrida  en la Unión Soviética en el siglo XX. 

El ir y venir   no deja de sorprender a los desprevenidos con “la cotización en la bolsa de los derechos del uso del agua en California” afectando de cuajo a uno de los tres elementos básicos sobre los cuales existe la vida humana (aire, agua y energía solar) por lo cual, lo expuesto requiere retomar con más fuerza el ejercicio de pensamiento crítico acorde a los tiempos.

 Richar Horton, ubica   el Sarc coV. 2 (virus gestor del   Covid 19) acompañado de una serie de enfermedades no trasmisibles   exponiendo   dos elementos interactuando en el contexto social y ambiental, la profunda inseguridad social exacerba y el impacto de las enfermedades, conformando no una “pandemia” sino una “sindemia”. La valoración combinando (sinergia y pandemia) fue dada a conocer por el antropólogo Estadounidense Merrill Singer en los años 90, para explicar la situación de “dos o más enfermedades interconectadas, causando un daño mayor que la mera suma de las dos” facilitado por condiciones sociales y ambientales concurrentes.

El capitalismo imponiendo en la naturaleza sus propias leyes mortales, incide de modo determinante en el emerger de nuevos virus, nacidos en los “laboratorios naturales” de las grandes granjas agropecuarias,  trasmitidos a sociedades humanas y  poblaciones urbanas marginales más expuestas a contactos de riesgos   justificando aislamientos generales o selectivos, discriminaciones adicionales agravando las condiciones sociales y multiplicando los riesgos de contagios globales pasando de “animales maltratados” a “seres humanos maltratados” en una “sinergia” probablemente  apocalíptica.

Examinar la situación desde   la lente de la “sindemia” permite pasar de la aproximación expuesta por la epidemiologia clásica sobre el rasgo de la trasmisión a una visión de la persona en el contexto social, poniendo el acento en    las “condiciones sociales”.  Por ende, independientemente de la efectividad de los tratamientos o los grados de protección de las vacunas (sin quitarle importancia a su elaboración y distribución) la búsqueda de una solución puramente biológica esta llamada al   fracaso, si los gobiernos no diseñan políticas para revertir desproporcionalidades profundas.

No obstante   el Fondo Monetario Internacional (FMI)   aprovecha las circunstancias para afianzar el  control financiero en América Latina y el Caribe, entre marzo y noviembre del año (2020) entrego 63740 millones de dólares, convirtiéndola   en  la de mayor concentración de llamado “financiamiento de emergencia” arrinconando sus   soberanías  e independencias, en una trama planetaria donde más de 2000 millones de personas carecen del acceso regular a los alimentos nutritivos,  690 millones padecen hambre, miles de pequeños negocios cierran   contribuyendo   a la masividad de   perdidas empleos,   mientras las grandes empresas y bancos obtienen cuantiosas  ganancias.

 El suceso   conduce a  revalorizar   algunos argumentos,   entre otros,   la  tesis expuesta por Carlos Marx  (1818-1883) señalando :  la única vía posible y justa de  permitir   al pensamiento resolver el problema específico del conocimiento teórico del mundo es  “la elevación de lo abstracto a lo concreto”  las determinaciones abstractas conducen  a la reproducción de lo concreto por la vía del pensamiento,  permitiendo resolver un problema particular y general a la vez “la transformación en conceptos de los datos proporcionados por la intuición y la representación,  impulsando  dos formas implicadas mutuamente   uniendo orgánicamente en sí mismo, en  un perfil más elevado,   el análisis de los hechos y de los conceptos. 

Así, la superación de la concepción de pandemia por el de “sindemia” refleja el estudio consiente y la búsqueda de una síntesis necesaria, originando fundamentos   más cercanos a la verdad de un fenómeno complejo y peligroso en crecimiento.

 En un arco  reflexivo atrayente,  Noami Clein (escritora y periodista Canadiense) en “dispotia de alta tecnología para el pos corona virus”  alega    la existencia de un (nuevo pacto) ideado por Erik Schmidt (Ceo de Google)  referido a las políticas de las corporaciones amenazando con la destrucción de todo el sistema  educativo y de salud pública   con el pretexto de  integración   tecnológica  de  todos los aspectos de la vida cívica -  pone   el acento en  la  doctrina de “Shok pandémico” y la aplicación  de   adelantos  nunca antes alcanzados,  no para salvar vidas,  sino como laboratorio vivo para un futuro permanente  altamente rentable “sin contactos”  conduciendo (entre otras calamidades)  a la reformulación del propio  “hogar”  como espacio  exclusivamente  personal   convirtiéndolo   en escuelas, consultorios médicos y si el estado lo determina en cárceles individuales,  entre tanto,  la confabulación en marcha    afirma  su disposición de   lograr  un “mañana”  basado en la inteligencia artificial, aunque  en la realidad  sea   mantenido y unido por millones de trabajadores anónimos escondidos en fábricas, almacenes, centros de datos, granjas industriales y cárceles,  sin protección social y de  las enfermedades, acompañado por el rastreo  de los movimientos  de  personas en base a la ampliación de  la extracción de  millones  de datos, mediante acuerdos sin presentes entre gobiernos y corporaciones.

Anteriormente  a la  irrupción   existían preocupaciones sobre  las riquezas y el poder amenazando  las democracias,   armonizando     inquietudes  bien fundadas  hasta febrero del año 2020,   cuando una  ola de pánico e incertidumbres,  en   un mismo espacio con   tiempos diferentes,    disloca   las conductas  de los seres humanos   depositándolos  decididamente en  un pasado inmediato antiguo, al  compás  de vender   nuevas   promesas  exhibiendo  a  las  tecnologías de punta como  la “única salida”  protectora  de las  vidas ante la pandemia – sindemia,  tratándose  en definitiva de resolver  quienes aplican  la ciencia y la técnica,   si los “grandes oligopolios  privados” carentes  de preguntas críticas, o si,  teniendo en cuenta la correlación de fuerzas existentes favorable por ahora a la propiedad privada   “los estados naciones”  actuando de manera independiente (aunque muchos no   consideremos a estos   como el centro del horizonte emancipatorio) -   mientras   el devenir  sigue  delineando   un   futuro  diferente a lo que era  y un   pasado sin chances de volver. 

A  pesar de la existencia  de  claros indicios del    surgimientos  de  hechos  de este tipo, los “tanques pensantes”  del sistema   impusieron la idea de lo inesperado, de la sorpresa, adoptadas  por diferentes gobiernos de  países centrales y periféricos,  implantando  algunas  incongruencias  relacionadas  a  las consecuencias del Covid 19, afectando   a todos por igual, sin  distinción   entre mega ricos y pobres o  de la responsabilidad colectiva del momento vivido,  revelando    los primeros indicios de utilización por parte de la burguesía   del nuevo momento vivido.  

En nuestro país (Argentina) oficialistas y  opositores  a través de   las  redes sociales y  medio masivos de información,   se lanzaron en primera instancia a difundir  el acabose de las diferencias,  creyendo  haber encontrado  la forma mágica de invisibilizar las crecientes desigualdades, lo determinante de las  acciones   hizo tambalear los  intentos obligándolos al  cambio de discursos  y a  permanecer en el lugar elegido  afianzando un orden social caduco, reflejado en la negación de una auditoria de la deuda externa fraudulenta, las negociaciones con los acreedores privados y  con el Fondo Monetario Internacional (FMI) mientras la mayoría de los jubilados  en nombre de la solidaridad  siguen  viviendo por debajo de los niveles de pobreza,  los   salarios en caída libre,   tarifados tras tarifados en combustibles, alimentos y servicios, con el mirar para otro lado del gobierno, acompañado  por el silencio de cementerios de los movimientos  sociales  oficialistas  y de la confederación general del trabajo (CGT)  reproduciendo en la sociedad  consecuencias  contra sí misma.

Extinción de la luz en la colina – dentro de las multifacéticas evoluciones, el instituto tricontinental de investigación social, en (ocaso, la erosión del control de EE. UU y el futuro multipolar) señala - con la llegada de Cristóbal Colon al Caribe en el año 1492   la historia comenzó a dividirse en dos.   Luego de esta  fecha,  las potencias Europeas comienzan a dominar el mundo y  desde finales del siglo XVII  la sumisión  es organizada y legitimada en nombre de la raza, un invento de consecuencias catastróficas para la humanidad, impulsor   de  permanentes resistencias, entre ellas,  la no siempre recordada   revolución Haitiana del año 1804  marcando el comienzo del fin de la época colonial, osadía no perdonada hasta el presente por los sectores dominantes, haciendo sentir al pueblo hermano quienes  mandan.

Posterior a la segunda guerra mundial (1939 -1945) con los contendientes seriamente debilitados Estados Unidos asume el control neo colonial y a finales del año 1940, el equipo de planificación de políticas del departamento de estado hizo circular un memorándum exponiendo, “buscar un poder no preponderante seria optar por la derrota. El emerger como la economía más poderosa y una formidable fuerza militar detentando   la “bomba atómica” le permitió establecer una serie de instituciones políticas multilaterales actuando bajo su mando como, las Naciones Unidas (ONU)- económicas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM)- de seguridad regionales con la Organización del Atlántico Norte (OTAN) e instituciones de políticas regionales como la Organización de los Estados Americanos (OEA).

 La Unión Soviética y demás estados socialistas junto al ala radical de las fuerzas anticoloniales del denominado “tercer mundo” operaron como un freno parcial de las ambiciones de Washington, con la debacle   en el año 1990 el escudo se fragmento, poniendo al palo el acelerador de la primacía Washington.   En el año 2000 el proyecto para un nuevo siglo Americano  propuso la “reconstrucción de la defensa de las Américas” señalando    “la primacía de Estados Unidos  debe tener en cuenta   la incuestionable superioridad   militar”  luego   del 11 de septiembre del año (2001) los gastos en el área  mostraron considerables aumentos,  en tanto, la estrategia de seguridad  del presidente George W Bush expresaba  “nuestras fuerzas son lo suficientemente fuerte como para disuadir a potencias adversarias de llevar a cabo su expansión militar con esperanzas de igualar a nuestro país”  una serie de intervenciones e invasiones  de distintos países,   golpes blandos e institucionales (guerras de cuarta generación)  muestran  su poderío,  contando con  la complicidad de los  socios fuera y dentro de diferentes  gobiernos.

A pesar de la capacidad destructiva   ya   no le es posible seguir subordinando a todos los estados naciones, más en un momento donde el fantasma de la secesión siempre latente en el poder federal constituido   reaparece agravado, en un país donde abundan las armas legalizadas en manos de civiles y fuerzas armadas regulares o mercenarias luciendo divididas.

Su  crisis interna  tensada  por la aparición del  Covid 19 generando en los tres primeros meses de presencia   más de 100 mil fallecidos, cifra mayor a la suma de los decesos en las guerras de  Corea (1950-1953) y Vietnam (1965- 1975) donde  pereciendo  93 mil soldados y  el convulsivo  proceso electoral del año (2020)    retroalimentándose    determinan   una profunda fractura al interior de las elites capitalistas, suscitando  fuertes estremecimientos    en los vínculos entre los estados con  la unión y   la declinación  de su potestad   en lo externo de sus fronteras, rebasando las disimilitudes  tradicionales entre “demócratas” y “republicanos” (ambos  instrumentos del gran capital)   presentadas de modo esquemático  por el general Francés Dominique Delawarde   como “soberanistas” y “globalitas”.

Sería importante en este punto, considerar la parcial división insinuándose a primera vista como fundamental, centrándose en una cuestión medular, ambos bandos representan   la ideología preponderante en el planeta “la burguesa” encontrándose divididos circunstancialmente por defender distintos intereses económicos globales y sus terribles consecuencias. 

La senda desintegradora conduce al ex presidente Donal Trump a escoger públicamente   su bandería  “soberanista” expresión del nacionalismo neo fascista,  declarando al mismo tiempo  la guerra a los “globalitas” gestores y beneficiarios del poder corporativo trasnacional sin  patria, conformando un verdadero poder supranacional, confirmándose  la defensa de los  intereses económicos concentrados refractados en el conjunto  de las  administraciones -  las de  Bill Clinton y Barack Obama, arrojaron   más bombas, invadieron   más países, mataron a   más personas en el mundo y retiraron   menos tropas del exterior que Donald Trump, uno de los suyos,  ubicado en las antípodas de la defensa   de la democracia occidental.

En relación, Thierry Meyssan   París (Francia) apunta - a casi un siglo de dominación, el mundo sigue sin conocer a Estados Unidos, ignora que la constitución se escribió con la intención de instaurar un régimen inspirado en la monarquía británica, solo más tarde fue regularizada con la incorporación de diez enmiendas orientadas a garantizar derechos. 

Desconoce  deliberadamente el sufrimiento de su  antigua clase media,  el descontento de los  miembros de la pequeña burguesía  viéndose masivamente desechados como resultado del éxodo de empresas hacia el exterior,  los reagrupamientos poblacionales por afinidades culturales y  a dos tercios de la población  preparándose para una guerra civil, sin  percibir    el   retroceso  hacia las características asumidas en   primeros cuatro años de  fundación:  de un sistema oligárquico, con la  evidente diferencia  de estar en la actualidad,  al servicio de  del capital financiero mundializado,  en tanto,    el delirio  de los  “neo puritanos”  considerándose una  luz sobre la colina  con la  misión de  “iluminar al  mundo”  es opacado   por la contingencia de una inminente guerra civil,  demostrando claramente que    Estados Unidos  ha dejado   de ser  el país que alguna vez fue. 

Precedido por el presidente electo Joe Biden, contando con la mayor parte de poder de facto a nivel trasnacional y del “estado profundo”, el gobierno se muestra   más vulnerable en relación a los anteriores, secuela de la tremenda fractura del poder, del sistema institucional y el alto nivel de acumulación de poder del Trumpismo neo fascista. Ya en manos del capital financiero trasnacional, se prepara para ejercer nuevas agresiones en Medio Oriente (Líbano, Palestina, Yemen, Irak, Irán y Siria) favoreciendo a Israel, en las fronteras con Rusia, mar de China y nuestra América, destinando    más recursos agresivos contra la revolución cubana y Venezuela, pudiendo desplegar nuevas modalidades de guerras como componente de la política. 

Lo inconcebible   hecho realidad – los “mercados de futuros” de   compra venta de “comoditos” para una fecha ulterior   pactados a precios y condiciones presentes, conforman un ámbito (especulativo y rentista) considerando dos factores sensibles, la inestabilidad y escases de materias primas. En esa  línea,   la cotización en  bolsa  de los derechos de uso de agua en California   expresa la intención de convertir el agua en un “comodities” dejando de lado su función de bien público y común, no representando un hecho aislado, sino originado   en el cercamiento de los bienes comunes  efectivizados  entre los siglos XVI y XVIII  (indispensables en el surgimiento  del régimen capitalista)  incorporando  a la   lógica   acumulativa  los sistemas hidrográficos, desplegados  luego de  la segunda guerra mundial  a niveles nunca antes  conocidos,     a pesar de ello,  en los siglos XIX y XX    se estableció la  masificación del servicio de agua para los seres humanos, posibilitado mediante la “gestión pública”    hasta que, a partir de las décadas  (70 y 80)  el modelo de la pos guerra entra en crisis dando lugar al neo liberalismo. 

Mientras los mecanismos de privatización, mercantilización y financierizacion  continúan  su marcha,  estimando a  un elemento vital como un mero recurso, el planeta cuenta con  2200 millones de personas sin agua potable, 4200 millones sin  servicios sanitarios adecuados y 3000 millones careciendo  de instalaciones para lavado de manos, reflejando  una de las expresiones del llamado neo liberalismo de  tercera generación “extremo”  ejercitando    dispositivos avanzando hacia las fronteras de la vida, geografías, bienes comunes, ámbitos vitales, marcos de pensamientos,  sistemas de derechos sociales y ambientales, conformando  una estrategia de asalto a largo plazo    de  acumulación de capitales materiales y energía a partir del mundo marino y ecosistemas de agua dulce  bautizado  “mundo azul”, manifestando  con toda claridad el nivel madurativo de la “crisis civilizatoria”  poniendo  en juego la posibilidad o no de seguir con la vida en el planeta, tal y como lo hemos hecho hasta ahora.

En una enmarañada  situación mundial a sortear (entre otras iniciativas)  con el fortalecimiento del “pensamiento crítico” generador de incomodidades,  perturbación de lugares comunes, cuestionamiento de saberes establecidos, desprendimientos  de las modorras e  inercias, revalorizador de  rebeldías e insumisión,  asumiendo entre sus  principales propiedades  el  mirar lejos divisando un horizonte por encima de los montes,  permitiendo sobrellevar   momentos oscuros y de terror ejecutados contra los dispuestos a cambiar el mundo.

Es posible que  en los enfrentamientos con diferentes dictaduras cívico militares y  gobiernos civiles pretendidamente democráticos y represores a la vez  contando en sus filas  con grupos fascistas armados actuando decididamente contra los partidarios de un orden social más justo,  acompañados por diferentes periodos de  (clandestinidad) nos haya encontrado carente del   habito   de  uso   del concepto,  quizás fuese utilizado más asiduamente por segmentos  más intelectualizados (tómese lo expresado como una opinión  no  necesariamente repetida  en cada lugar) agregándole   la particularidad   de no  haberlo  suplantado  por otro,   ni  en sueños, y,   si hubo  algunas manifestaciones en ese sentido   fue solo un   reflejo  mecánico o automático.

En realidad, las responsabilidades   se presentaban   más directamente   demostrando    con acciones definidas   el grado de convencimiento ideológico adquirido (real o no) conjuntamente con el cultivo de   la suficiente fortaleza para escuchar las “sabias” opiniones de quienes se resguardaban para el futuro, debajo de alguna cama o apañados por los infaltables siniestros personajes existiendo dentro de las sociedades.

Ahora bien, asumir   compromisos políticos en (situaciones limites)  sin amortiguación,  conlleva una serie de  consecuencias  no siempre agradables, así,  la expresión tan difundida  “hay que hacer más y criticar menos” tomada crudamente  como un esquema obligatorio aplicado  en las  actividades   (aceptado por cierto) -  a partir  de  un  contexto    desarrollado y estimulado por el reconocimiento de errores y su  superación,  no exento  de dificultades, enarbolando  el rechazo    a   la tan difundida tesis de “fin de la historia” y las políticas del capital tras nacionalizado,  hoy,  es posible  distinguirla   con   sus pros  y contras    de modo positivo y en favor de la construcción de la praxis liberadora, conducta   no siempre bien reciba por parcialidades de algunas izquierdas intentando arrastrarnos hacia el estatismo,  desechando principios orientados hacia  la revolución  o  por la derecha neo fascista periférica,  prefiriéndonos  cumpliendo órdenes, permitiendo  que otros piensen por nosotros, sin acciones  y    pensamientos  críticos.

 Por encima de  la  diversidad de  experiencias,   es  el momento de concebirlo  no solo de forma individual o de algunos colectivos específicos, sino al son  de los pueblos,  apareciendo  como    esencial  su   rescate  de la inmediatez,   de lo fatídico  de la creencia  que la llegada a los gobiernos  de sectores participes de las luchas( por algún mandato divino o algo parecido) es suficiente  para  cambiarlo,   acompañado por una verdadera “sentencia” guarda,  guarda,  con hacerle el juego al enemigo “se paga caro” -  resalto lo “de sentencia”   como una  verdad inamovible,   sin márgenes de errores, opuesta al movimiento  dialectico,   con claras  intenciones  de generar dudas o miedos  en la militancia a través de aparentes posiciones  absolutas, propias de quienes se consideran dioses.

Entonces, cuando en  las juntadas    por abajo, ciertos  luchadores  sin compartir totalmente  las orientaciones de los referentes políticos tradicionales  se refieren  confusamente a la izquierda (como a una sola) declarando   con alguna picardía  los “tenemos comiendo de  la mano”  están manifestando la presencia   de  dos energías,  una,  la percepción directa  de la anormalidad, y,  si por algunas razones esta trastabilla es secundada inmediatamente por  elementos latiendo  en el exterior,  ambas se  fortifican  y coinciden  conformando  dolorosas  experiencias.  Ahora bien, lo insustancioso es conformarse con lo planteado, sin hacer los esfuerzos por desmenuzar acorde a cada sustantividad y momento, los porque de lo ocurrido, quienes lo motorizan, se oponen o vacilan, su viabilidad real, vías de penetración y modos de interconexión, conformando un desafío tan emocionante como la vida por ser justamente manifestaciones de la vida misma. 

juanalbertoremedi@hotmail.com

 

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