Por Juan Alberto Remedi:
No siempre se acepta a febrero del año 2020
como el “pasado” a partir del cual, la irrupción del Sars.coV.2 comienza a
gestar un presente y futuro dominado
por la asociación de los estados con gigantes tecnológicos, en un
contexto de violentos enfrentamientos por el control de la vida humana. Richard Horton director en jefe de la revista
médica The Lancet, del Reino Unido, dio a conocer un artículo con un título peculiar “no es
una pandemia” sin portar una opinión negacioncita del fenómeno, sostuvo el
estar enfrentando a algo mucho más
complejo y peligroso, una “sindemia”.
Sucesos vigentes en plena decadencia y paroxismo del país del norte con el asalto al capitolio por agrupaciones neo fascistas el día 6 de enero del corriente año, reflejando un conjunto de procedimientos acumulados, a saber, la ruptura de los consensos posteriores a la segunda guerra mundial, entendido como un compromiso de obligaciones y expectativas entre: estado, mercado y sociedad, resquebrajado hasta el desembocar en la actual situación, haciendo prever el inicio de una fase más aguda de la confrontación, capaz de generar en mediano plazo desintegraciones similares a la ocurrida en la Unión Soviética en el siglo XX.
El ir y venir no
deja de sorprender a los desprevenidos con “la cotización en la bolsa de los
derechos del uso del agua en California” afectando de cuajo a uno de los tres
elementos básicos sobre los cuales existe la vida humana (aire, agua y energía
solar) por lo cual, lo expuesto requiere retomar con más fuerza el ejercicio de
pensamiento crítico acorde a los tiempos.
Richar Horton,
ubica el Sarc coV. 2 (virus gestor
del Covid 19) acompañado de una serie
de enfermedades no trasmisibles
exponiendo dos elementos
interactuando en el contexto social y ambiental, la profunda inseguridad social
exacerba y el impacto de las enfermedades, conformando no una “pandemia” sino
una “sindemia”. La valoración combinando (sinergia y pandemia) fue dada a
conocer por el antropólogo Estadounidense Merrill Singer en los años 90, para
explicar la situación de “dos o más enfermedades interconectadas, causando un
daño mayor que la mera suma de las dos” facilitado por condiciones sociales y
ambientales concurrentes.
El capitalismo imponiendo en la naturaleza sus propias leyes mortales, incide de modo determinante en el emerger de nuevos virus, nacidos en los “laboratorios naturales” de las
grandes granjas agropecuarias,
trasmitidos a sociedades
humanas y poblaciones urbanas
marginales más expuestas a contactos de riesgos justificando aislamientos generales o
selectivos, discriminaciones adicionales
agravando las condiciones sociales y multiplicando los riesgos de contagios globales pasando de “animales maltratados” a
“seres humanos maltratados” en una “sinergia” probablemente apocalíptica.
Examinar la situación desde
la lente de la “sindemia” permite pasar de la aproximación expuesta por
la epidemiologia clásica sobre el rasgo de la trasmisión a una visión de la
persona en el contexto social, poniendo el acento en las “condiciones sociales”. Por ende, independientemente de la
efectividad de los tratamientos o los grados de protección de las vacunas (sin
quitarle importancia a su elaboración y distribución) la búsqueda de una
solución puramente biológica esta llamada al
fracaso, si los gobiernos no diseñan políticas para revertir
desproporcionalidades profundas.
No obstante el Fondo
Monetario Internacional (FMI) aprovecha
las circunstancias para afianzar el
control financiero en América Latina y el Caribe, entre marzo y
noviembre del año (2020) entrego 63740 millones de dólares, convirtiéndola en la
de mayor concentración de llamado “financiamiento de emergencia” arrinconando sus soberanías
e independencias, en una trama planetaria donde más de 2000 millones de
personas carecen del acceso regular a los alimentos nutritivos, 690 millones padecen hambre, miles de
pequeños negocios cierran
contribuyendo a la masividad
de perdidas empleos, mientras las grandes empresas y bancos
obtienen cuantiosas ganancias.
El suceso conduce a
revalorizar algunos
argumentos, entre otros, la
tesis expuesta por Carlos Marx
(1818-1883) señalando : la única
vía posible y justa de permitir al pensamiento resolver el problema
específico del conocimiento teórico del mundo es “la elevación de lo abstracto a lo concreto” las determinaciones abstractas conducen a la reproducción de lo concreto por la vía
del pensamiento, permitiendo resolver un
problema particular y general a la vez “la transformación en conceptos de los
datos proporcionados por la intuición y la representación, impulsando
dos formas implicadas mutuamente
uniendo orgánicamente en sí mismo, en
un perfil más elevado, el
análisis de los hechos y de los conceptos.
Así, la superación de la concepción de pandemia por el de
“sindemia” refleja el estudio consiente y la búsqueda de una síntesis
necesaria, originando fundamentos más
cercanos a la verdad de un fenómeno complejo y peligroso en crecimiento.
En un arco reflexivo atrayente, Noami Clein (escritora y periodista
Canadiense) en “dispotia de alta tecnología para el pos corona virus” alega
la existencia de un (nuevo pacto) ideado por Erik Schmidt (Ceo de
Google) referido a las políticas de las
corporaciones amenazando con la destrucción de todo el sistema educativo y de salud pública con el pretexto de integración
tecnológica de todos los aspectos de la vida cívica - pone
el acento en la doctrina de “Shok pandémico” y la
aplicación de adelantos
nunca antes alcanzados, no para
salvar vidas, sino como laboratorio vivo
para un futuro permanente altamente
rentable “sin contactos” conduciendo
(entre otras calamidades) a la
reformulación del propio “hogar” como espacio
exclusivamente personal convirtiéndolo en escuelas, consultorios médicos y si el
estado lo determina en cárceles individuales,
entre tanto, la confabulación en
marcha afirma su disposición de lograr
un “mañana” basado en la
inteligencia artificial, aunque en la
realidad sea mantenido y unido por millones de
trabajadores anónimos escondidos en fábricas, almacenes, centros de datos,
granjas industriales y cárceles, sin
protección social y de las enfermedades,
acompañado por el rastreo de los
movimientos de personas en base a la ampliación de la extracción de millones
de datos, mediante acuerdos sin presentes entre gobiernos y
corporaciones.
Anteriormente a
la irrupción existían preocupaciones sobre las riquezas y el poder amenazando las democracias, armonizando inquietudes bien fundadas
hasta febrero del año 2020,
cuando una ola de pánico e
incertidumbres, en un mismo espacio con tiempos diferentes, disloca
las conductas de los seres
humanos depositándolos decididamente en un pasado inmediato antiguo, al compás
de vender nuevas promesas
exhibiendo a las
tecnologías de punta como la
“única salida” protectora de las
vidas ante la pandemia – sindemia,
tratándose en definitiva de
resolver quienes aplican la ciencia y la técnica, si los “grandes oligopolios privados” carentes de preguntas críticas, o si, teniendo en cuenta la correlación de fuerzas
existentes favorable por ahora a la propiedad privada “los estados naciones” actuando de manera independiente (aunque
muchos no consideremos a estos como el centro del horizonte emancipatorio)
- mientras el devenir
sigue delineando un
futuro diferente a lo que
era y un pasado sin chances de volver.
A pesar de la existencia de claros indicios del surgimientos de hechos de este tipo, los “tanques pensantes” del sistema impusieron la idea de lo inesperado, de la sorpresa, adoptadas por diferentes gobiernos de países centrales y periféricos, implantando algunas incongruencias relacionadas a las consecuencias del Covid 19, afectando a todos por igual, sin distinción entre mega ricos y pobres o de la responsabilidad colectiva del momento vivido, revelando los primeros indicios de utilización por parte de la burguesía del nuevo momento vivido.
En nuestro país (Argentina) oficialistas y opositores
a través de las redes sociales y medio masivos de información, se lanzaron en primera instancia a difundir
el acabose de las diferencias,
creyendo haber encontrado la forma mágica de invisibilizar las
crecientes desigualdades, lo determinante de las acciones
hizo tambalear los intentos obligándolos al cambio de discursos y a
permanecer en el lugar
elegido afianzando un orden social caduco, reflejado en la negación de una auditoria de la deuda externa fraudulenta, las negociaciones con los acreedores
privados y con el Fondo Monetario
Internacional (FMI) mientras la mayoría de los jubilados en nombre de la solidaridad siguen
viviendo por debajo de los niveles de pobreza, los
salarios en caída libre,
tarifados tras tarifados en combustibles, alimentos y servicios, con el
mirar para otro lado del gobierno, acompañado
por el silencio de cementerios de los movimientos sociales
oficialistas y de la
confederación general del trabajo (CGT)
reproduciendo en la sociedad
consecuencias contra sí misma.
Extinción de la luz en la colina – dentro de las
multifacéticas evoluciones, el instituto tricontinental de investigación
social, en (ocaso, la erosión del control de EE. UU y el futuro multipolar)
señala - con la llegada de Cristóbal Colon al Caribe en el año 1492 la historia comenzó a dividirse en dos. Luego de esta fecha,
las potencias Europeas comienzan a dominar el mundo y desde finales del siglo XVII la sumisión
es organizada y legitimada en nombre de la raza, un invento de
consecuencias catastróficas para la humanidad, impulsor de
permanentes resistencias, entre ellas,
la no siempre recordada
revolución Haitiana del año 1804
marcando el comienzo del fin de la época colonial, osadía no perdonada
hasta el presente por los sectores dominantes, haciendo sentir al pueblo
hermano quienes mandan.
Posterior a la segunda guerra mundial (1939 -1945) con los
contendientes seriamente debilitados Estados Unidos asume el control neo
colonial y a finales del año 1940, el equipo de planificación de políticas del
departamento de estado hizo circular un memorándum exponiendo, “buscar un poder
no preponderante seria optar por la derrota. El emerger como la economía más
poderosa y una formidable fuerza militar detentando la “bomba atómica” le permitió establecer
una serie de instituciones políticas multilaterales actuando bajo su mando
como, las Naciones Unidas (ONU)- económicas con el Fondo Monetario
Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM)- de seguridad regionales con la
Organización del Atlántico Norte (OTAN) e instituciones de políticas regionales
como la Organización de los Estados Americanos (OEA).
La Unión Soviética y
demás estados socialistas junto al ala radical de las fuerzas anticoloniales
del denominado “tercer mundo” operaron como un freno parcial de las ambiciones
de Washington, con la debacle en el año
1990 el escudo se fragmento, poniendo al palo el acelerador de la primacía
Washington. En el año 2000 el proyecto
para un nuevo siglo Americano propuso la
“reconstrucción de la defensa de las Américas” señalando “la primacía de Estados Unidos debe tener en cuenta la incuestionable superioridad militar”
luego del 11 de septiembre del
año (2001) los gastos en el área
mostraron considerables aumentos,
en tanto, la estrategia de seguridad
del presidente George W Bush expresaba
“nuestras fuerzas son lo suficientemente fuerte como para disuadir a
potencias adversarias de llevar a cabo su expansión militar con esperanzas de
igualar a nuestro país” una serie de
intervenciones e invasiones de distintos
países, golpes blandos e
institucionales (guerras de cuarta generación)
muestran su poderío, contando con
la complicidad de los socios
fuera y dentro de diferentes gobiernos.
A pesar de la capacidad destructiva ya
no le es posible seguir subordinando a todos los estados naciones, más
en un momento donde el fantasma de la secesión siempre latente en el poder
federal constituido reaparece agravado,
en un país donde abundan las armas legalizadas en manos de civiles y fuerzas
armadas regulares o mercenarias luciendo divididas.
Su crisis
interna tensada por la aparición del Covid 19 generando en los tres primeros meses
de presencia más de 100 mil fallecidos,
cifra mayor a la suma de los decesos en las guerras de Corea (1950-1953) y Vietnam (1965- 1975)
donde pereciendo 93 mil soldados y el convulsivo
proceso electoral del año (2020)
retroalimentándose
determinan una profunda fractura
al interior de las elites capitalistas, suscitando fuertes estremecimientos en los vínculos entre los estados con la unión y
la declinación de su
potestad en lo externo de sus
fronteras, rebasando las disimilitudes
tradicionales entre “demócratas” y “republicanos” (ambos instrumentos del gran capital) presentadas de modo esquemático por el general Francés Dominique
Delawarde como “soberanistas” y
“globalitas”.
Sería importante en este punto, considerar la parcial división insinuándose a primera vista como fundamental, centrándose en una cuestión medular, ambos bandos representan la ideología preponderante en el planeta “la burguesa” encontrándose divididos circunstancialmente por defender distintos intereses económicos globales y sus terribles consecuencias.
La senda desintegradora conduce al ex presidente Donal Trump
a escoger públicamente su bandería “soberanista” expresión del nacionalismo neo
fascista, declarando al mismo
tiempo la guerra a los “globalitas”
gestores y beneficiarios del poder corporativo trasnacional sin patria, conformando un verdadero poder supranacional, confirmándose la defensa de los intereses económicos concentrados refractados en el conjunto de las administraciones - las de
Bill Clinton y Barack Obama, arrojaron más bombas, invadieron más países, mataron a más personas en el mundo y retiraron menos tropas del exterior que Donald Trump,
uno de los suyos, ubicado en las
antípodas de la defensa de la
democracia occidental.
En relación, Thierry Meyssan París (Francia) apunta - a casi un siglo de
dominación, el mundo sigue sin conocer a Estados Unidos, ignora que la
constitución se escribió con la intención de instaurar un régimen inspirado en
la monarquía británica, solo más tarde fue regularizada con la incorporación de
diez enmiendas orientadas a garantizar derechos.
Desconoce
deliberadamente el sufrimiento de su
antigua clase media, el
descontento de los miembros de la
pequeña burguesía viéndose masivamente
desechados como resultado del éxodo de empresas hacia el exterior, los reagrupamientos poblacionales por
afinidades culturales y a dos tercios de
la población preparándose para una
guerra civil, sin percibir el
retroceso hacia las
características asumidas en primeros
cuatro años de fundación: de un sistema oligárquico, con la evidente diferencia de estar en la actualidad, al servicio de del capital financiero mundializado, en tanto,
el delirio de los “neo puritanos” considerándose una luz sobre la colina con la
misión de “iluminar al mundo”
es opacado por la contingencia
de una inminente guerra civil,
demostrando claramente que
Estados Unidos ha dejado de ser
el país que alguna vez fue.
Precedido por el presidente electo Joe Biden, contando con la mayor parte de poder de facto a nivel trasnacional y del “estado profundo”, el gobierno se muestra más vulnerable en relación a los anteriores, secuela de la tremenda fractura del poder, del sistema institucional y el alto nivel de acumulación de poder del Trumpismo neo fascista. Ya en manos del capital financiero trasnacional, se prepara para ejercer nuevas agresiones en Medio Oriente (Líbano, Palestina, Yemen, Irak, Irán y Siria) favoreciendo a Israel, en las fronteras con Rusia, mar de China y nuestra América, destinando más recursos agresivos contra la revolución cubana y Venezuela, pudiendo desplegar nuevas modalidades de guerras como componente de la política.
Lo inconcebible
hecho realidad – los “mercados de futuros” de compra venta de “comoditos” para una fecha
ulterior pactados a precios y
condiciones presentes, conforman un ámbito (especulativo y rentista)
considerando dos factores sensibles, la inestabilidad y escases de materias
primas. En esa línea, la cotización en bolsa
de los derechos de uso de agua en California expresa la intención de convertir el agua en
un “comodities” dejando de lado su función de bien público y común, no
representando un hecho aislado, sino originado
en el cercamiento de los bienes comunes
efectivizados entre los siglos
XVI y XVIII (indispensables en el
surgimiento del régimen
capitalista) incorporando a la
lógica acumulativa los sistemas hidrográficos, desplegados luego de
la segunda guerra mundial a
niveles nunca antes conocidos, a pesar de ello, en los siglos XIX y XX se estableció la masificación del servicio de agua para los
seres humanos, posibilitado mediante la “gestión pública” hasta que, a partir de las décadas (70 y 80)
el modelo de la pos guerra entra en crisis dando lugar al neo liberalismo.
Mientras los mecanismos de privatización, mercantilización y
financierizacion continúan su marcha,
estimando a un elemento vital
como un mero recurso, el planeta cuenta con
2200 millones de personas sin agua potable, 4200 millones sin servicios sanitarios adecuados y 3000
millones careciendo de instalaciones
para lavado de manos, reflejando una de
las expresiones del llamado neo liberalismo de
tercera generación “extremo”
ejercitando dispositivos
avanzando hacia las fronteras de la vida, geografías, bienes comunes, ámbitos
vitales, marcos de pensamientos,
sistemas de derechos sociales y ambientales, conformando una estrategia de asalto a largo plazo de
acumulación de capitales materiales y energía a partir del mundo marino
y ecosistemas de agua dulce
bautizado “mundo azul”,
manifestando con toda claridad el nivel
madurativo de la “crisis civilizatoria”
poniendo en juego la posibilidad
o no de seguir con la vida en el planeta, tal y como lo hemos hecho hasta
ahora.
En una enmarañada situación mundial a sortear (entre otras iniciativas) con
el fortalecimiento del “pensamiento crítico” generador de incomodidades, perturbación de lugares comunes,
cuestionamiento de saberes establecidos, desprendimientos de las modorras e inercias, revalorizador de rebeldías e insumisión, asumiendo entre sus principales
propiedades el mirar lejos divisando un horizonte por encima
de los montes, permitiendo sobrellevar
momentos oscuros y de terror ejecutados contra los dispuestos a cambiar
el mundo.
Es posible que en
los enfrentamientos con diferentes dictaduras cívico militares
y gobiernos civiles pretendidamente
democráticos y represores a la vez
contando en sus filas con grupos
fascistas armados actuando decididamente contra los partidarios de un orden
social más justo, acompañados por
diferentes periodos de
(clandestinidad) nos haya
encontrado carente del habito de
uso del concepto, quizás fuese utilizado más asiduamente por segmentos más intelectualizados (tómese lo expresado
como una opinión no necesariamente repetida en cada lugar) agregándole la particularidad de no
haberlo suplantado por otro,
ni en sueños, y, si hubo
algunas manifestaciones en ese sentido
fue solo un reflejo mecánico o automático.
En realidad, las responsabilidades se presentaban más directamente demostrando con acciones definidas el grado de convencimiento ideológico
adquirido (real o no) conjuntamente con el cultivo de la suficiente fortaleza para escuchar las
“sabias” opiniones de quienes se resguardaban para el futuro, debajo de alguna
cama o apañados por los infaltables siniestros personajes existiendo dentro de
las sociedades.
Ahora bien, asumir
compromisos políticos en (situaciones limites) sin amortiguación, conlleva una serie de consecuencias
no siempre agradables, así, la
expresión tan difundida “hay que hacer
más y criticar menos” tomada crudamente
como un esquema obligatorio aplicado
en las actividades (aceptado por cierto) - a partir
de un contexto
desarrollado y estimulado por el reconocimiento de errores y su superación,
no exento de dificultades,
enarbolando el rechazo a
la tan difundida tesis de “fin de la historia” y las políticas del
capital tras nacionalizado, hoy, es posible
distinguirla con sus pros
y contras de modo positivo y en
favor de la construcción de la praxis liberadora, conducta no siempre bien reciba por parcialidades de
algunas izquierdas intentando arrastrarnos hacia el estatismo, desechando principios orientados hacia la revolución
o por la derecha neo fascista
periférica, prefiriéndonos cumpliendo órdenes, permitiendo que otros piensen por nosotros, sin
acciones y pensamientos críticos.
Por encima de la
diversidad de experiencias, es el
momento de concebirlo no solo de forma
individual o de algunos colectivos específicos, sino al son de los pueblos, apareciendo como
esencial su rescate
de la inmediatez, de lo
fatídico de la creencia que la llegada a los gobiernos de sectores participes de las luchas( por
algún mandato divino o algo parecido) es suficiente para
cambiarlo, acompañado por una
verdadera “sentencia” guarda,
guarda, con hacerle el juego al
enemigo “se paga caro” - resalto lo “de sentencia” como una
verdad inamovible, sin márgenes
de errores, opuesta al movimiento
dialectico, con claras intenciones
de generar dudas o miedos en la
militancia a través de aparentes posiciones
absolutas, propias de quienes se consideran dioses.
Entonces, cuando en
las juntadas por abajo,
ciertos luchadores sin compartir totalmente las orientaciones de los referentes políticos
tradicionales se refieren confusamente a la izquierda (como a una sola)
declarando con alguna picardía los “tenemos comiendo de la mano”
están manifestando la
presencia de dos energías, una,
la percepción directa de la
anormalidad, y, si por algunas razones
esta trastabilla es secundada inmediatamente por elementos latiendo en el exterior, ambas se
fortifican y coinciden conformando
dolorosas experiencias. Ahora bien, lo insustancioso es conformarse
con lo planteado, sin hacer los esfuerzos por desmenuzar acorde a cada
sustantividad y momento, los porque de lo ocurrido, quienes lo motorizan, se
oponen o vacilan, su viabilidad real, vías de penetración y modos de
interconexión, conformando un desafío tan emocionante como la vida por ser
justamente manifestaciones de la vida misma.
juanalbertoremedi@hotmail.com
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