miércoles, 3 de febrero de 2021

El imperio a punto de despojarnos de la renta petrolera internacional

Por Humberto Trompis Valles:

A partir de la Revolución Industrial europea (1750), se inició un conflicto fundacional entre el capital y la naturaleza, más específicamente, entre el capital y la riqueza territorial apropiada por la nobleza feudal del viejo continente. La emergente burguesía se encontró con una estructura agraria dominada por los grandes feudos, lo que impedía el libre desarrollo de las relaciones capitalistas de producción en el agro, pues, los empresarios agrícolas debían partir sus ganancias, para entregarle al dueño de la tierra, una renta por el uso de su tierra.

Tal circunstancia, al mismo tiempo encarecía la producción agraria destinada al consumo de los obreros urbanizados. Quitarse la renta agraria de encima, a fin de alcanzar los máximos beneficios, fue la tarea que la naciente burguesía europea le encargo a sus intelectuales orgánicos, y estos respondieron creando la ciencia de la economía política.

La economía política clásica rindió grandes aportes al naciente capitalismo, ya que lo doto de una teoría de la renta del suelo, donde se expuso el carácter parasitario de esta clase social, la cual, según los clásicos, se enriquecía mientras dormía y gustaba de cosechar donde no había sembrado. Al mismo tiempo, los clásicos también parieron la teoría de las ventajas comparativas en el comercio internacional, condenando a los países primario-exportadores a ser ofertantes de materias primas y fuerza de trabajo barato a las economías capitalistas desarrolladas. Esta teoría dio legitimidad epistémica a la división internacional clásica del trabajo y al libre comercio entre las naciones. Así, la modernidad triunfaba en Europa y provocaba a su vez, colonialidad y subdesarrollo en el mundo periférico.

Con los aportes de la economía política clásica, la burguesía inglesa dispuso de las herramientas teóricas que le permitieron derrotar políticamente a los señores de la tierra y reducir a su mínima expresión, la renta agraria en aquellas latitudes. Con los aportes de Adam Smith y David Ricardo entre otros, la renta del suelo casi desapareció del escenario agrícola europeo, más, sin embargo, a finales del siglo XIX, con la revolución marginalista que dio origen a la economía neoclásica, la renta del suelo como categoría económica fue sepultada en las fauces de la economía académica, pues ésta solo reconocía dos factores productivos: el capital y el trabajo. La naturaleza dejo de ser tema de interés para el análisis económico neoclásico. 

Este cambio paradigmático en el pensamiento económico dominante, se convertiría en una rémora para la lucha por la renta del suelo de los países periféricos.

Afincada en los cimientos de la economía política, la burguesa europea se extendió hacia la periferia, en busca de los recursos naturales necesarios que reclamaba el proceso de acumulación de capital. Paradójicamente en la consecución de las materias primas del tercer mundo, la burguesía europea se encontró de nuevo con su vieja enemiga: la renta del suelo que, de ahora en adelante, adquiriría carácter internacional, debido a la división internacional del trabajo y al comercio entre naciones. 

Fueron países latinoamericanos recién independizados de España, los que primero lograr recabar una renta internacional agraria producto de sus exportaciones agrícolas y mineras, destacándose en primer lugar, países suramericanos.

La patria de Bolívar una vez separada de la Gran Colombia en 1830, comenzó a transitar un camino independiente lleno de calamidades y miserias. Nuestro territorio no tenia en estos años un recurso natural apetecido por la acumulación de capital en los países metropolitanos.

Hasta 1920 la economía nacional dependió del café y cacao, productos marginales en el comercio mundial de la época, lo que reportaba una bajísima renta diferencia agraria durante el siglo XIX. Esta debilidad económica del país fue el útero de una guerra civil incesante durante los últimos setenta años de esta centuria. La erección de un estado nacional tendría que esperar hasta el siglo veinte cuando los andinos, sustentados en una mejorada renta diferencial agraria del café, el cacao y la ganadería, emergieron en el escenario político, para consolidad un poder central que dio finiquito al estado de guerra intestina, heredado de los tiempos independentistas.

En la segunda década de la pasada centuria, Venezuela comenzó su tránsito aluvional hacia la economía minera, lo que provoco un verdadero quiebre histórico en el devenir del país. La Venezuela petrolera que emergió fracturo la estructura económica heredada, así como también la estructura técnico-productiva de la época agraria. Con el petróleo la patria de Bolívar se hizo presente con vara alta en el comercio internacional. 

Al mismo tiempo, en este territorio se dio inicio a un conflicto entre el capital arrendatario petrolero y el estado dueño de los yacimientos hidrocarburos; el capital buscaba la maximización de su tasa de ganancia y el estado perseguía una abultada renta del suelo internacional. La primeras Ley Petrolera de 1920 fue el aldabonazo fundacional de este conflicto.

Entre 1920 y 1975, durante el periodo petrolero concesionario, el enfrentamiento entre el estado venezolano y el capital petrolero internacional fue el telón de fondo del quehacer político nacional. La actividad política era decidida por los factores integrantes del poder petrolero. Las dictaduras y la democracia bailaban al son que imponía el mercado petrolero mundial. El desarrollo del país se entendió, como una combinación de una creciente renta petrolera y su correspondiente siembra en todos los planos de la sociedad.

Los diferentes gobiernos de distintos signos que se sucedieron en el periodo comentado fueron arrancando tajada tras tajada de renta al capital arrendatario, hasta que este arrinconado por la voracidad rentística del estado, solo le quedó la salida de proponer una nacionalización petrolera adelantada. Fue tan copiosa la renta percibida por el estado que no solamente pagamos en 1930, la deuda heredada de la independencia, sino que de un solo envión pasamos de ser el país más atrasado de Latinoamérica en 1920, a ser el país más adelantado de la región en 1970, medido en PIB por habitante. Para 1976 los venezolanos disponían de nueve veces más bienes y servicio de o que tenían en 1920. En 1920 nuestro PIB era de 147 dólares per cápita, mientras que en 1976 andaba por los 1.344 dólares por habitante. El precio del barril que para 1960 era de 1.63 dólares, remontó a 10.43 dólares en 1975.

La contundente victoria del estado venezolano sobre el capital petrolero fue concretada en atención a las siguientes circunstancias:

1.-El naciente nacionalismo petrolero de funcionarios gubernamentales gomecistas, encabezado por hombres de la talla de Pedro Manuel Arcaya, Gumersindo Torres y Vicente Lecuna, adalides intelectuales de  nuestra primera ley petrolera de 1920,  donde quedo establecido el principio jurídico de la propiedad nacional del subsuelo y su correspondiente renta del suelo.

2.-El nacionalismo petrolero de los funcionarios del Medinismo encabezado por hombre ilustres como Arturo Uslar Pietri, Manuel Egaña, Rafael Pizani, Eugenio Mendoza Goiticoa, entre otros que fueron capaces de aprovechar la coyuntura internacional de su tiempo, signada por la nacionalización  hidrocarburera mexicana de Lázaro Cárdenas de 1938 y las contradicciones Inter burguesas, concreadas en la Segunda Guerra Mundial,  para imponer una nueva política petrolera que elevó la renta petrolera a niveles siderales y convirtió al oro negro en una eficaz arma geopolítica.

3.-La Ley Petrolera de 1943 promulgada por Isaías Medina Angarita, donde el nacionalismo petrolero alcanzo las estrellas, pues, en ella   quedo plasmada la soberanía política, la soberanía jurídica, la soberanía impositiva y la obligación de procesar parte del crudo en el territorio nacional.

4.-El nacionalismo petrolero del régimen de Marcos Pérez Jiménez materializado en llevar la regalía petrolera hasta un 25 por ciento y derretir la política de “no más concesiones petroleras” del adequismo, favorable al capital petrolero internacional. 

5.-El nacionalismo petrolero de la Junta de Gobierno encabezada por Edgar Sanabria, quien en 1958 destruyo el mito del fifty-fifty adeco, llevando la participación del estado en el negocio petrolero hasta a un 60 por ciento.

6.-El nacionalismo petrolero del primer Punto fijismo (1958-1975), liderado por hombres como Juan Pablo Pérez Alfonso, José Antonio Mayobre, Hugo Pérez La Salvia, Álvaro José Silva Calderón, etc., quienes le impusieron al capital imperialista petrolero decisiones como: la creación de la OPEP, los precios de referencia fiscal, la creación de la Corporación Venezolana de Petróleo y la Ley de Reversión Petrolera de 1971.

Con este acervo de instrumentos jurídico políticos sobre la cuestión petrolera,  fue posible un reparto del negocio petrolero hacia 1975, donde el estado se quedaba con el 80 por ciento de los dólares que ingresaban  las compañías petroleras internacionales. Fue esta draconiana realidad lo que obligó a que las empresas petroleras pidieran una nacionalización adelantada al presidente Rafael Caldera en 1973.

La descomunal victoria de un país subdesarrollado como Venezuela sobre el capital imperialista de vanguardia, durante el periodo concesionario (1920-1975), objetivada en una política nacionalista que la creo la OPEP, para imponer una renta absoluta y un desmesurado aumento de los precios petroleros, reportó una enorme tajada rentístico-petrolera para el estado, mermando de paso las superganancias del capital arrendatario. Esto produjo en las economías céntricas consumidoras de nuestro petróleo un doble efecto letal: profundización de la caída tendencial de la tasa de ganancia del capital céntrico y destape de un proceso de inflacionario, desconocido en las metrópolis en la segunda postguerra. 

En atención del revés recibido en Venezuela, el capital petrolero internacional se lanzó a redefinir su relación con los países exportadores de petróleo a partir de la década de los setenta del pasado siglo. Tal empeño fue sustentado por un cambio paradigmático en el pensamiento económico del gobierno mundial del capital. El Keynesianismo fue sustituido por el Neoliberalismo, credo económico que propuso la maximización del mercado y la eliminación del llamado Estado de Bienestar. La reducción salarial a su mínima expresión y la desvalorización de los recursos naturales, fueron las nuevas consignas de los defensores del sistema, apuntalados por las ideas de Milton Friedman y   Friedrich Hayek.

En Venezuela el recetario neoliberal comenzó a aplicarse en la cuestión petrolera, dando origen a un nuevo periodo conocido como el de la privatización petrolera (1976-2000). Los enormes logros que en materia de soberanía petrolera nos legó el periodo concesionario, fueron drásticamente pulverizados y el capital imperial impuso una nueva gobernanza, caracterizada por los siguientes jalones:

1.-Una Ley de Nacionalización petrolera que fue un grito de guerra contra el estado propietario del recurso natural, pues, le dio al capital extranjero todas las ventajas para despojarnos de nuestra principal riqueza territorial.

2.-Indemnizacion de las petroleras con una abultada suma de dólares, contraviniendo lo dispuesto por Ley sobre bienes afectos a reversión en las concesiones de hidrocarburos de 1971,  la que en su Artículo 9 dispuso:” Los bienes a los que se refieren el artículo 1 de esta Ley y que se desafecten del servicio de las concesiones pasarán en plena propiedad a la Nación, libres de gravámenes y cargas, sin indemnización alguna.”

3.-Contratos de asistencia técnica a PDVSA por las antiguas concesionarias.

4.-Un régimen contractual donde PDVSA asume la cobertura impositiva del capital internacional asociado a ella.

5.-Un régimen fiscal que pulverizo la regalía petrolera del 16 2/3, dispuesta por la ley del 1943. En su lugar se impuso una nueva regalía en los convenios petroleros de 0.1-0,0 por ciento. El impuesto sobre la renta a pagar fue rebajado de un 64% a un 34%.

6.-La soberanía jurídica alcanzada en tiempos de Cipriano Castro y defendida por todo el periodo concesionario, fue hecha añicos al someter PDVSA el petróleo venezolano, a los arbitrajes internacionales y a los Tratados Bilaterales de Inversión.

7.-Una política anti-OPEP destinada a quebrar el sustento geopolítico de nuestro principal recurso exportable. La consigna era precios no, volúmenes si.

8.-Desvalorizacion del petróleo criollo a través de la pillería llamada Orimulsión.

9,.-Creacion de una empresa nacional PDVSA,  gerenciada por  “hombres Shell” y “hombres Creole”, venezolanos cipayos totalmente identificados con los interés de las transnacionales petroleras.

10.-Imposicion de PDVSA como el órgano rector de la política petrolera del estado venezolano, eliminando de paso al Ministerio de Energía y Minas.

11.-Los proventos petroleros se comenzaron a sembrar en la internacionalización de PDVSA, dejando al estado sin recursos financieros para atender las demandas sociales.

Este desmadre petrolero neoliberal tuvo enormes consecuencias políticas en la sociedad venezolana. La pobreza critico rebaso el ochenta por ciento, estallo la violencia política con El Caracazo de 1989 y luego se produjeron los golpes de estado de 1992, deslegitimadores del pacto de Puntofijo. Este escenario fue el útero que engendro la figura política del comandante Chávez.

La política petrolera de la Revolución Bolivariana va a presentar dos periodos netamente diferenciados: Periodo Re- nacionalizador (1999-2013) y Periodo Reprivatizador neoliberal (2014-2021)

Durante el periodo Re-nacionalizador dirigido por Chávez se le dio un frenazo a la privatización petrolera encabezada por la llamada “Gente del Petróleo”. Si bien la apertura petrolera y la internacionalización propuestas por los meritocratas no fue plenamente descabezada, sin embargo, se tomaron medias que volvieron a retomar el camino nacionalista que arranco con Gumersindo Torres en los años del Gomecismo. En este periodo la soberanía petrolera alcanzó vara alta y la distribución popular de la renta petrolera fue uno de los logros más encumbrados de la revolución. El imperialismo decreto alerte roja, pues, con Chávez emergían los cuatro fantasmas llamados a dar muerte al capital: El nacionalismo, el rentismo, el socialismo y el poder obediencial. En síntesis, apretada las medidas más espectaculares en materia petrolera del periodo fueron:

1.-Se promulgo una nueva Ley Petrolera en 2001 de acusado carácter nacionalista.

2.-PDVSA dejo de ser un estado dentro del estado y fue sometida a los dictados del ministerio de Petróleo.

3.-Se creó un nuevo régimen contractual que anulaba las amarras que los aperturistas neoliberales le habían colocada a la empresa nacional.

4.-Se impuso un nuevo régimen fiscal que elevó la regalía a un 33 por ciento del producto y un ISLR del 50 por ciento.

5.-Se renacionalizo la actividad petrolera con la instauración de las empresas mixtas

6.-Se apuntalo a la OPEP para defender los precios petroleros, La consigna fue precios si, volúmenes no. Para 1999 el precio andaba cerca de los siete dólares el barril; para el 2012 se habían logrados precios de hasta 147 dólares por barril.

7.-Se dio inicio a la distribución popular de la renta petrolera con el fin de cancelar la enorme deuda social con las clases humildes del país. PDVSA asumió tareas sociales en beneficio de las comunidades.

8.-La renta petrolera también comenzó a financiar pueblos de otras latitudes continentales con proyectos como PETROCARIBE.

9.-El mercado exterior de nuestro petróleo se diversifico con la entrada de nuevos socios compradores como Rusia, China y la India.

En el 2013 se produjeron dos acontecimientos aciagos que han sido determinante en el entierro de la Revolución Bolivariana: la caída brutal de los precios del petróleo y la muerte del comandante Chaves. El socialismo defendido por Chávez, pero fuertemente rechazado por el funcionariado, comenzó a ser horadado inmediatamente después de la muerte del líder. El gobierno mundial del capital se apresto a utilizar estas circunstancias para darle la estocada mortal al proceso revolucionario. Para tal fin, el imperio va a combinar factores exógenos y endógenos que han cumplido a cabalidad con los designios del capital. Así tenemos:

1.-Asfixia financiera y tecnológica a PDVSA

2.-Ganarse a los “hijos de Chávez” del alto gobierno para la idea de que fuera del neoliberalismo privatizador, no hay salida a la crisis económica que acogota al país.

             3.-Desmantelar desde adentro a PDVSA: “ausencia de interlocutores/negociadores calificados de alto nivel

             destrucción agravada de su infraestructura medular

             procesos sin la debida continuidad en la cadena de valor

             desconocimiento de los indicadores base

             abandono y envejecimiento de la base de datos

             desconocimiento de la verdadera situación de sus activos y su potencial

             personal sin cultura organizacional, sin disciplina, sin prepararon técnica escasez de bienes y servicios” ( Einstein Millán Arcia. PDVSA: Cero Posibilidad Real de Éxito de la Ley AntiBloqueo**06/01/21**

         www.aporrea.org/energia/a298822.html)

 

4.-Embarcar a PDVSA en la extracción de crudos pesados y desdeñar la de crudos livianos todavía existentes en el subsuelo nacional.

5.- Ley Constitucional de Inversión Extranjera Productiva” (diciembre 2017) y el reciente decreto (2/08/2018) de exoneración del Impuesto Sobre la Renta a los enriquecimientos de PDVSA.

6.- Robo de la refinería CITGO en EEUU y de fondos públicos en bancos extranjeros.

7.-Reduccion al mínimo de la renta petrolera: Maduro le ha ofrecido una reducción de la regalía a Chebrón, y ya le quitó los impuestos.

8.-Amenazas de balcanización del país, a través de reclamos fronterizos con el fin de torcerle más el brazo al maurismo en favor del imperio.

9.-Ataque afondo al ministro estrella del Chávez (Rafael Ramírez Carreño) con el fin de ir desdibujado la figura legendaria de líder revolucionario.

10.-Pulverizacion del salario a través del Memorando 2792 y la Ley de Zonas Económicas Especiales.

11.-Dolarizaciondel precio de la gasolina.

12.-Promulgacion por la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) en 2017 de la Ley de Inversión Extranjera Productiva, que liquida la soberanía jurídica de Venezuela en petróleo y otras materias.

13.-Promulgacion por la ANC de la ley antibloqueo  el 08-10-2020, inspirada en la  “Ley de la Omertá” de la mafia Siciliana y en las leyes especiales promulgadas por Pinochet en 1988, las que le permitieron asaltar el erario público y amasar una inmensa fortuna. Mediante este adefesio jurídico e inconstitucional, el capital internacional y al alto funcionariado madurista, se apropiarán de los bienes físicos del estado, sin que el pueblo tenga la más mínima oportunidad de interpelar dichas tropelías. El gobierno no solamente oculta las cuentas nacionales, sino que hasta el momento desconocemos el régimen contractual y el régimen fiscal de las asociaciones petroleras con Rusia, China e Irán.

14.-Falseamiento y violación del Plan de la Patria 2013-2019        |

La política petrolera del periodo madurista no solamente ha violado la Constitucion-99, sino que también ha violado el Plan de la Patria 2013|-2019 en su Objetivo 1.3.1 que reza así: “Mantener y fortalecer el actual régimen fiscal petrolero para garantizar el bienestar del pueblo”; y el Objetivo 1.3.2 que obliga a “Mantener y fortalecer mecanismos eficaces de captación de la renta excedentaria, por incrementos extraordinarios de los precios internacionales de los hidrocarburos “Ante este proceso desnacionalizador  y entreguista en marcha, el imperialismo está a punto de obtener, la victoria que no pude concretar en el periodo privatizador neoliberal encabezado por cipayos de la talla de Luis Giusti, Humberto Calderón Berti, Andrés Sosa Pietri, Gustavo Roosens, etc. Desde el 2013 con las presiones externas y con la enorme ayuda del antiimperialismo acomodaticio del gobierno de los “hijos de Chávez”, el imperio del capital tiene la soberanía petrolera del país y su correspondiente renta internacional, a punto de mate.  El pueblo venezolano debe acudir a su gloriosa historia petrolera y política, para sacar la reservas morales y científicas, que le permitan volver a encarrilar la política petrolera por los senderos del nacionalismo y del reparto popular de la renta petrolera internacional y la de otros minerales, tal cual como nos lo enseño el comandante Chávez.

htrompizvalles@gmail.com

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