Por Rolando Prudencio Briancon
No es ninguna novedad el bipartidismo dentro la política
estadounidense, que más allá de que existan diferencias formales entre los dos
partidos (Demócratas y Republicanos, pues son lo mismo); está demostrado que,
en la política real, en la Realpolitik, como es aquella en la que nunca
pudieron derrocar como es la Revolución cubana, acaba siendo una política
bipolar.
Cabe aclarar que la bipolaridad es la expresión de extrema alegría y mucha actividad o energía (manías), o de depresión, como también de baja actividad o energía (depresión), según el concepto que cobra vigencia cada vez más.
Y es que es eso lo que se puede deducir del relacionamiento
de las últimas administraciones de la Casa Blanca con respecto a Cuba, ya que
por ejemplo con el ex presidente Obama se avanzó para la "normalización de
las relaciones" entre ambos países, para que luego de su mandato Trump
eche por tierra esos avances; y hoy con el nuevo gobierno de Biden otra vez se
vuelva a tratar de abrir otra etapa, aunque siguiendo de alguna manera los
criterios trasnochados de Trump.
Así es como hoy el nuevo titular de la Casa Blanca, a través
de la nueva portavoz de Jen Psaki ha fijado su posición respecto a Cuba,
señalando: "Nuestra política hacia Cuba se rige por dos principios.
Primero el apoyo a la democracia y los derechos humanos,
algo que será el foco de nuestros esfuerzos. En segundo lugar, los
estadounidenses, especialmente los cubanoamericanos, son los mejores
embajadores de la libertad en Cuba. Así que, revisaremos las políticas de la
administración Trump".
Y es que no sólo que la política norteamericana es bipolar,
sino de doble rasero, por cuanto esa cargosa cantaleta de "apoyo" a
la democracia y derechos humanos, dialécticamente no resiste discusión alguna
por cuanto de ejercicio -no discurso- de la democracia, los estadounidenses son
los menos indicados para criticar por toda la desestabilización que en todas
las naciones han cometido; y Biden sabe de sobra que así es, ¿o no han sido los
recientes hechos violentos en la toma del Caitolio que muestran que a balazos
se han aferrado al poder los republicanos -que son los mismo- para que los
demócratas no lleguen a ocupar la Casa Blanca? Ese es el respeto que hay hacia
la democracia en EE.UU.
Y en cuanto a los Derechos Humanos, las masacres contra la
comunidad negra, a manos de policías blancos hace meses atrás, muestran al
mundo entero que el respeto a los Derechos Humanos, es también puro discurso.
Y respecto a que la comunidad cubanoamericana sean sus
mejores "embajadores" de la libertad en Cuba, es ineludible aclarar
que, son sus mejores "conspiradores" contra la soberanía y
autodeterminación de Cuba; ya sea usado a terroristas como Luis Posada Carriles
para atentar contra la vida de los cubanos como lo hizo en 1976 matando a 73
personas. O el papel que la mafia cubana americana que no deja de agredir desde
los EE.UU., o través de sus mercenarios a la patria de Maceo, Martí, Fidel y el
Che.
Es pues esta bipolaridad lo que hace que desde la Habana se
tome con calma los anuncios de "Revisar" la política de Trump hacia
Cuba, pues son lo mismo sólo que con otro rostro, otra careta, que no hace más
que mostrar la decadente doble moral de un imperio que ya no puede mantenerse
en pie, porque los tiene de barro.
rolandoprudenciobriancon@gmail.com
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