Por Víctor Carrato:
Cuando nada la historia
Las primeras reacciones sobre la muerte de Tabaré están
llegando desde todas las direcciones. Este breve esbozo de Víctor Carrato es
una de las primeras reacciones emocionales sobre el final de su vida y muy
probablemente, el cierre de un ciclo que cubrió más de un cuarto de siglo de
nuestra historia
Hinchas de Progreso expresan su respaldo a quién fuera su
presidente.
“La muerte es democrática, ya que, a fin de cuentas, güera, morena, rica o pobre, toda la gente acaba siendo calavera”, escribió el grabador, ilustrador y caricaturista mexicano José Guadalupe Posada.
Y “calavera no chilla”, solía decir Tabaré Vázquez. Un
médico, oncólogo que combatió el maldito cigarrillo que es una vieja pandemia y
terminó muriendo de cáncer de pulmón. Cosas que tiene la vida. Un demócrata que
falleció el mismo día que el ex presidente Óscar Gestido y Joao Goulart.
¿Qué mejor que un médico para entender a la gente, hablar
con la gente y aplicar sus conocimientos científicos para cambiar un país? ¿Qué
mejor que un oncólogo, siempre cerca de la muerte, para explicar las cosas más
difíciles a la gente?
Un defensor acérrimo de la libertad. Lo conocí sin saber
bien quién era, precisamente en el Penal de Libertad cuando visitaba a su
hermano preso por la dictadura. Mi madre fue compañera de María Auxiliadora
(Mary) en la escuela. Ambas habían perdido a sus padres muy pequeñas.
El padre de Tabaré fue un obrero de Ancap despedido durante
el conflicto sindical de 1951, motivo por el cual estuvo preso, cuando Vázquez
sólo tenía 11 años. Conoció la pobreza en carne propia. Llegó a ser reconocido
por el mundo entero, pero nunca perdió la alegría, la bonhomía ni la humildad.
Lo acompañé en varios viajes y su gesto siempre era saludar
a todo el mundo dándole la mano a cada uno. Sacó de la pobreza y la indigencia
a mucha gente en Uruguay, distribuyó ceiba litas por todo el país y le dio un
giro total a la salud pública, bases para nuestra fortaleza frente a la
pandemia actual.
Sin ser un político llegó a serlo como uno de los mejores.
Llevó al Frente Amplio a ganar la Intendencia de Montevideo y el gobierno por
primera vez. La medicina, la política, el fútbol y la familia fueron los ejes
de su vida. En todos se destacó. Logró lo que no muchos políticos logran, el
respeto de sus adversarios y de quienes nunca lo votaron.
Seguidor como el General Seregni del ideario artiguista,
cuyos valores solía recordar. Desde el balcón del Hotel Presidente, cuando
asumió el primer gobierno de izquierda en Uruguay, gritó su famosa frase:
“Festejen uruguayos, festejen”. Y festejamos. Y seguiremos festejando, Tabaré.
Imagino que hoy pediría lo mismo, que festejemos, por eso
también el Frente Amplio pidió que escuchemos la canción basada en un poema de
Mario Benedetti: «Defender la alegría».
Defender la alegría
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