Por Carlos Poblete Ávila:
Como el mundo sabe, el pueblo de Chile el pasado octubre de 2019 se levantó en clara señal de rebelión contra el actual sistema y su extremo formato neoliberal en aplicación.
Millones de personas colmaron calles, plazas y avenidas del país. Fueron largos meses de manifestaciones populares, de múltiples expresiones de lucha de jóvenes, de estudiantes, de trabajadores, de hombres y mujeres que de manera resuelta dijeron ¡Basta! de abusos, de atropellos, de explotación.
Chile, su pueblo ha sido devastado - no sólo por la actual agresiva pandemia - durante años, por no decir siglos ... Sus extraordinarias riquezas materiales que abundan en el territorio han sido explotadas, enajenadas por los voraces imperios financieros y empresariales internacionales.
Chile es un país desnacionalizado. El pueblo no es el propietario de sus abundantes aguas de sus ríos, de las inmensas riquezas del océano. La comunidad nacional no es dueña de los grandes bosques de milenarias especies nativas, muchas ya extintas por la irracional explotación. La naturaleza dotó al país de abundantes riquezas mineras, los mayores yacimientos de cobre están en Chile, también de otros recursos. La inmensa Cordillera de Los Andes contiene esos ingentes recursos hídricos y minerales. Nada pertenece a Chile, todo ha sido subastado.
Los sectores oligárquicos que por siglos como clase han estado en el poder absoluto, usufructuando de sus obscenos e irritantes privilegios han actuado como yanaconas de los grandes imperios transnacionales. Es una clase inculta y entreguista, sin decoro alguno.
Este octubre de 2020 el pueblo, las grandes masas ciudadanas en todo el territorio de nuevo han regresado a ocupar sus legítimos espacios públicos para hacer oír sus justas demandas en aras de la dignidad, ' Hasta que la Dignidad sea costumbre ' como está dicho.
Como se sabe, este 25 de octubre los ciudadanos todos estamos convocados a decidir otros rumbos para Chile, por la vía de resolver en el futuro próximo una Nueva Constitución. Carta que debe contener los supremos mandatos inspirados en los más claros principios y normas que consagren la plena justicia, y los más nobles y esenciales derechos de todos.
El Nuevo Texto Constitucional redactado luego del Plebiscito de este 25 de octubre, ha de ser el resultado de la más absoluta participación masiva, libre y democrática de los ciudadanos, quienes también determinarán su futura aprobación.
Lo nuevo a construir ha de ser sobre la base de la conciencia, la organización, la voluntad de lucha y la más sólida unidad de la inmensa mayoría nacional.
0 comentarios:
Publicar un comentario