Por Verónica Zapata:
La rebelión de los bloqueos en Bolivia dejó mucha tela para
cortar más allá de las próximas elecciones. Primero, por el momento histórico
dimensionado en la masividad de los bloqueos, 150 bloqueos en 12 días, algo
inédito en los últimos 35 años desde la implementación del neoliberalismo en el
país. Superando a las insurrecciones del 2000 (guerra del agua) y del 2003
(guerra del gas) que provocó la renuncia del ex presidente Sánchez de Lozada y
precedió la llegada de Morales. No puede adjudicarse esta lucha al M.A.S. por
su origen de auto convocatoria y su demanda de renuncia de Añez, que lo rebasó.
Segundo, el desencuentro entre las organizaciones sociales y la clase política,
es una disputa que marca un punto de inflexión en la historia de la
organización política del país y reflota una demanda histórica, la
descolonización de la política.
Hoy Bolivia, es un laboratorio de extermino con un golpe de
estado violento, la pandemia instrumentalizada por el estado para eliminar al
“enemigo interno” provocando un genocidio indígena, legitimado en un discurso
racista con el fin de instaurar un apartheid indígena como en la época de la
república colonial. Un dato clave es la llegada, por primera vez en 194 años de
creación de Bolivia como estado-nación, de separatistas al gobierno con el
croata Branco Marincovich. Su proyecto político excede el de un partido
neoliberal y tiene en el horizonte la división del Estado, la balcanización del
país.
A nivel regional, se sienta las bases de un modelo aplicable
en otros países, que se inició y empezó a moldear con el golpe “blando” en
Honduras (2009) y que con un golpe violento en Bolivia (2019), adquiere las
características más radicales y fascistas. EU con el fin de recuperar su
hegemonía intenta recuperar su “patio trasero” (Doctrina Monroe, 1823),
recolonizar la región y controlar el 60% del litio del mundo que contiene el
país. Por lo que perpetra un golpe en el corazón de América Latina contra su
reservorio moral y revolucionario, los pueblos originarios. En el marco de un
plan de una invasión yankee a Venezuela, denunciado el 19 de agosto por el
embajador de Venezuela ante la O.N.U., que anticipa ese horizonte para Bolivia,
sobre todo luego de medir fuerzas pos bloqueos.
528 años de resistencia indígena: reserva moral y
revolucionaria del mundo.
Durante el golpe del 2019 se observó una desorganización e indefensión
de las organizaciones sociales que perdieron la calle ante la violencia de las
F.F.A.A., la policía y los grupos paramilitares. En 9 meses, esa correlación de
fuerzas cambió, los movimientos sociales demostraron su sabiduría y su
capacidad de reorganización, acorralando a los golpistas. Se formaron miles de
motoqueros indígenas con sus Whipalas, en contraposición a los paramilitares
motoqueros, que inferiores en cantidad sumaron policías a sus filas. La
“Juventud Wari” otro ejemplo, integrado
por jóvenes indígenas de Warizata en honor a la primer escuela ayllu indígena
de Bolivia. En este proceso la recuperación de la memoria histórica de lucha
ancestral de Tupak Katari, Bartolina Sisa, etc., fue determinante.
Recobra valor el discurso indianista, anticolonial y
antirracista, cuyo pensamiento ideológico debe rescatar el pueblo boliviano en
contraposición al resurgimiento del discurso racista de supremacía blanca. Este
punto es clave para fortalecer la identidad, visualizar el camino y el objeto en
disputa, el Estado Plurinacional, volver a la república por su origen
colonial, implica que las y los
indígenas vuelvan a la situación de cuasi esclavitud anterior al 2005 y que las
y los bolivianos seamos extranjeros en nuestra propia tierra. Un discurso
netamente electoralita del M.A.S. en afán de convocar el voto de la clase media
que se identifica con la oligarquía, no potencia al principal sujeto político
de los cambios sociales, los indígenas. El riesgo es descuidar a su base
fundacional que resiste el golpe desde el territorio, protegió con 10 mil
hombres el avión en el que partió Morales y quienes recuperaran la democracia
llegado el momento.
Las F.F.A.A. y la policía en progresiva fractura al
interior, ya no son incondicionales a Áñez, aunque sus cúpulas si, a cambio de
sobornos y ascensos. No reprimió en 12 días pese a las amenazas. Es
impredecible saber qué hubiera pasado si no se levantaban los bloqueos, pero lo
concreto es que Áñez estaba planificando su huida a Colombia donde reside su pareja
y la convocatoria de Fernando Camacho y demás, para desbloquear fue un fracaso.
Las negociaciones entre el Tribunal Supremo Electoral
(T.S.E.), Añez y las organizaciones sociales fueron otro fracaso. Nadie asistió
a reunión con Añez, pues en simultáneo reprimían en Samaipata. Maricruz Bayá de
A.D.N. asistió y le pidió la renuncia por T.V. evidenciando un vacío de poder,
un estado sin gobierno.
El 10 de agosto, Morales convoca a una conciliación con la
O.N.U. y la iglesia con el objetivo de definir la fecha electoral para el 18 de
Octubre, pero las organizaciones sociales exigían otra fecha consensuada. El 12
de agosto, se determina rodear la casa de gobierno hasta la renuncia de Áñez.
Al día siguiente, la asamblea legislativa aprueba una ley de “elecciones
definitivas, impostergable e inamovible” para el 18 de Octubre. Áñez se
adjudica la “pacificación del país”. La C.O.B. y el pacto de unidad acusan de
“traición” a la asamblea legislativa y desconocen dicha ley por “deliberar a
espaldas del pueblo”. A los dos días, se declara cuarto intermedio y levantan
los bloqueos, provocando malestar y pugnas.
Inmediatamente, se desatan amenazas de aprensión a los
dirigentes y el de Interculturales es detenido, se crea un clima de “fraude”
idéntico al del 2019 de que si gana elecciones el M.A.S. sería por fraude
(línea que sostiene Trump si pierde su reelección), la iglesia pide evitar
elecciones por pandemia, lo mismo los líderes cívicos en reúnen con T.S.E.,
diplomático golpista en Brasil pone en duda el voto migrante por pandemia
(podría extenderse a otros países), un “cabildo cívico virtual” demanda
fiscalizar las elecciones y amenazan con desconocer a los vocales del T.S.E.,
mientras circula que podrían renunciar masivamente.
Según CELAG, el candidato Luis Arce con 42% supera el 40% de
los votos y los 10 puntos de diferencia con el segundo contrincante, Carlos
Mesa que tiene 27%, requisitos para ganar en primera vuelta. El partido
electoral se juega en una cancha embarrada (golpismo/medios/aparato estatal/etc.)
y con un árbitro del golpismo (T.S.E.).
Si Áñez u otro se baja, las distancias se acortan, se iría a segunda vuelta,
donde el voto anti M.A.S. sería fatal.
Más allá de la realización y/o resultados de la elección, el
M.A.S. se debe profunda autocritica por los errores previos al golpe y pos
golpe. Se precisa la renovación de burócratas de clase media por cuadros
políticos con protagonismo indígena (mayoría en el país) y con legitimidad de
las bases, condiciones vitales para anticipar y desarticular cualquier ofensiva
imperial. Si el M.A.S. vira al centro y pasara a ser un partido tradicional,
dejando de lado los principios ideológicos originarios, el costo político será
alto, el que pagó el M.N.R partido boliviano conocido por dictar las leyes de
reforma agraria y de voto universal en 1952.
Puntos centrales de reflexión pos bloqueos:
1-Sociedad civil Vs sociedad política: La lucha del pueblo
por la recuperación de la democracia, rebasó al M.A.S. en demandas y en número,
armándose un bloque popular diverso en la que este es solo una fracción.
2-Democracia Representativa Liberal Vs Democracia
Participativa: Teniendo en cuenta los desencuentros entre las organizaciones
sociales y la clase política, y que “la madurez de las organizaciones sociales
se demuestra en la capacidad y autonomía de sus decisiones” (C. Katari, 2019):
¿Son las organizaciones sociales (base) las que deliberan y deciden el plan de
lucha y la clase política obedece según Morales “Gobernar obedeciendo al
pueblo” o estas se toman de forma vertical, paternalista y unilateral?.
3-Colonización de la
política Vs descolonización de la política: El 13 de agosto, Segundina Flores
máxima dirigente de Bartolinas Sisa, parte del pacto de unidad junto a la
C.O.B. sostuvo: “Sectores intelectuales de clase media que han conducido el
proceso de cambio, el M.A.S., siguen conduciéndolo y nosotros (los indígenas)
como fundadores del instrumento político (…) no nos han dejado conducir,
siempre están hablando a nombre de nosotros y de nuestra lucha”. Es innegable
que el acceso de los indígenas a la política fue masivo durante el gobierno de
Morales, que lideró el mejor periodo de la historia de Bolivia. Sin embargo,
estas palabras obligan a la reflexión de hasta qué punto los indígenas
participaban de las decisiones claves del rumbo del país, sobretodo en el
llamado “gobierno de las organizaciones sociales” y en una sociedad
pigmentocratica donde el “saber y la capacidad” están puestos históricamente en
los llamados “perfiles profesionales”, siempre blancos.
Por otro lado, se interprela a los “intelectuales de clase
media y de izquierda, blancos” (aplicable a nivel regional) sin consciencia de
su procedencia de clase, formateados en una visión eurocéntrica, aplican
conceptos y categorías occidentales de análisis, que no tienen que ver con la
realidad y el pensamiento andino, e insuficientes para explicar la compleja
realidad boliviana e indígena.
No advirtiéndolo reproducen el sistema colonial y
capitalista que sostienen criticar. Equivale a que analicemos las problemáticas
de género de las mujeres con parámetros masculinos. El marxista A. Gramsci
critica a este tipo de “intelectual tradicional”, pero los destinatarios de la
líder bartolina parecen no haberlo leído, igual no alcanzaría. Porque, quien
prende la luz es el pionero pensamiento indianista, propone la descolonización
del conocimiento y la ciencia, el pensarse “desde nosotros mismos”, solo
nuestros intelectuales serán quienes podrán plantear las problemáticas del
indígena y denuncia que otros se presenten como voceros de los indígenas (y de
las y los bolivianos) usándolos como plataforma política y robando su voz para
acceder a cargos políticos y otros beneficios.
periodista y psicóloga boliviana.
zapataveronica513@gmail.com
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