Por Mariano Sierra:
Reaprender a ver el mundo, es un proceso sociológico, es un
devenir histórico de hechos que anuncian la expresión de un pueblo ante un
estado que se expande por abrumar con sus fatalidades de gobierno a la sociedad
que con voz agónica clama su rebeldía. El mundo de los discursos hereditarios
de anteriores gobiernos que no son pueblo, sino vulgares maquinarias
devastadoras del orden, donde no les dan cabida a los derechos del hombre ni a
su sentir social.
Los derechos no son mercancía que se negocian por quienes
carecen de autoridad moral. Esos regímenes jamás son representantes del pueblo,
sino de sus elites que con mentiras envuelven la sensibilidad de la verdad, del
ánimo que la sostiene y guía el raciocinio de sus leyes y sus formas de
expresión. Hablamos de la ordenada dialéctica que deben profesar todos los hechos
que se desarrollan en encadenamiento para obtener el bien común.
Hoy, los oportunistas se alzan con furor, en un mundo en
desacierto que requiere una involución restaurativa. Por compromiso social
debemos llevar la rebeldía al mundo común discerniendo los signos sociales y
políticos para liberarnos de los obstáculos de quienes administran la cosa
pública que está contaminado de pandemias y de antinomias que contradicen las
ideas, las leyes y los actos de gestión y a contrario sensu se desmandan en
abusos constitucionales.
Nuestros regímenes están lejos de aplicar la isonomía que
permita la igualdad de los derechos maltratados sin atender los dictados de la
democracia. La historia que hace el pueblo, nos hace ver como se viven
combatiendo por doquier el pensamiento y la libertad de la palabra, donde se
quiere imponer una ideología de dominio económico, al unísono de la formación
por los distintos órganos de leyes draconianas rígidas, severas, crueles,
impopulares que no atienden los postulados de una constitución en contravía con
la realidad, realidad que las razones de peso ocultan.
No es raro ver la aplicación estatal del efecto placebo ante
los ofrecimientos que hace, lleno de soluciones, que al final son una
contradicción al mal social. No hay cumplimiento eficaz, todo se torna un
engaño y como siempre la mentira cumple su función DE GOBERNAR. Subsanar las
decadencias que arroja la crisis, es el devenir en un mundo posible, que la
distopia acaudilla en el proceso de cambio. Sabemos que muchas cosas no serán
iguales ante verdades y acciones humanas que se realzan para fortalecer las
terapias sociales en una batalla participativa de todos los estratos.
Un gobierno disto pico, genera una sociedad disto pica llena
de desigualdades a la sombra del miedo, del terror, perseguida, consumida. Esta
es una ficción de sociedad para el estado, a tal extremo que el régimen no sabe
qué sociedad gobierna. Este decanta miento implica ir hacia una nueva sociedad,
hacia un nuevo orden social imparable con una espiritualidad de acción que
rompan todo encadenamiento pasado, pues el país no puede seguir siendo un
emporio de tramoyas.
Un nuevo hombre se
alumbrará con las luces de pensamientos que le apoyen el curso de su esperanza
según aquel prócer José Martí quien dijo que…cuando descubramos la esencia que
da sentido a nuestras vidas, caminaremos unidos en la ruta hacia la libertad
política y la justicia social…Pero, con el devenir histórico y las pandemias
naturales, sociales y políticas la era antropogénico llega con ímpetu destructor
globalizado con gran impacto comunitario y a
todo el entorno desde la ciencia, cobijando creencias y el
amenazante contingente catastrófico a
la vida.
La esencia de
políticas y políticos es factor pandémico, allí radican los más grandes males
del país por sus gestiones proclives a nutrirse de las expensas de los débiles
con una autofagia descomunal. degradante y sin control de sus decisiones por
ningún órgano a fin.
La libertad no es de leyes, es connatural, no está sujeta a
nada ni a nadie, es de responsabilidad personal, ella ni es ficción, ni
imaginaria. No sabemos que es porque no sabemos quiénes somos, porque no amamos
al otro mucho menos a nosotros mismos, porque importa más el poder, el placer y
el consumismo universal y por estas distopias vivimos rehenes de un estado
carcelero.
Manejamos la
responsabilidad con indiferencia, como una mercancía, ella es el Kairós. La
potencia espiritual para enfrentar lo que nos esclaviza, lo que nos quita la
libertad. La libertad vive en nosotros para dejar en disenso, sin efecto lo que
legitima las desigualdades y la injusticia social, y los vicios que nos
asaltan. Algo muy cierto es que esta pandemia ha sido utilizada por gobiernos
para perfilar con sátrapas, maniobras bajo el capítulo de emergencia encapsulando
la realidad del país.
El malestar que vivimos nos enseña lo que hemos estado
perdiendo... El humanismo, los derechos, los atributos de la personalidad, la
dignidad, leer, escribir, el dejar fluir nuestros libres pensamientos y todo el
sentir por lo que vemos, palpamos, oímos., todo lo que afecta la sensibilidad
humana como saber relacionarnos con la familia, la sociedad la política y la
espiritualidad. Todas estas pérdidas y más inspiran y dan fuerza al espíritu
que anima a la rebeldía subversiva y por ello debemos luchar sin ningún tipo de
violencia ni de abyectos actos despreciables.
Como ciudadanos de un mundo posible, la misión es enrutar la
vida con su arsenal de virtudes hacia el bien común como ordenadores sociales,
no como depredadores, para ser guardianes de la vida que como anota un
articulista...El onanismo más peligroso es el que proclama la reactivación de
la economía y del mercado por encima de la salud y la vida.......
Deploramos, como en estos momentos, irracionales de todos
los entornos, cuando la solidaridad es un deber, emergen como buitres para
hacer negocio con el dolor ajeno Es el devenir del hombre contra el hombre cuya
sintomatología es efecto de la realidad que vivimos, de la descomposición de
las estructuras del país, Vivir ideales humanitarios es el compromiso que lleva
a consolidarnos como sociedad de hermanos. viviendo del efecto virus nos ha
enseñado sobre el valor de las cosas del espíritu y de las cosas materiales, no
por su valor, sino por el servicio que nos presta. El valor de las cosas
inútiles está cobrando vigencia, que seguramente van a perdurar.
Vivir esta crisis, nos deja ver la furia de muchos
leviatanes en los distintos sectores de nuestros entornos, desapareciendo
muchos sueños que impávidos los vemos alejar.
Quienes han leído a Dante, han tenido en cuenta todos los círculos
infernales y luego conocemos el infierno que viven muchos en la tierra,
privados de lo más elemental para sobrevivir.
Le preguntaron a Diógenes Laercio que de donde venia, respondió…Soy ciudadano
de mundo... Por lo tanto, nuestro destino nos invita a movernos no con lastima
ni excesos de compasión, sino con el sentir humano de la verdad que encontramos
en nosotros...... Cual verdad. se Preguntó a Cristo en el proceso. Silencio
sepulcral fue lo que quedo en el ambiente.
La globalización en medio de una politización ha fragmentado
los derechos humanos, conformando conflictos sociales, culturales y políticos,
lo que configura de otra parte el desatar una guerra donde la sociedad queda
confinada. El mundo común pareciera una ficción al sentir el resquebrajamiento
social, su distanciamiento. El hombre pierde el sentido de hacer mundo común,
lo que al decir de cierta filosofía se vuelve una sociedad liquida, mostrándose
presa fácil de utilizar, de manipular.
La liquidez humana vuelve al hombre solitario, indiferente y
desapasionado, circunstancias que son aprovechadas por el capitalismo desigual
que inhumanita creando toda clase de agudizaciones sociales, ante un ejercicio
de poder sin límites que en la actual situación se está viendo reflejado en las
posturas de la emergencia pandémica. Otra demostración del manejo de la crisis
es la politización que los distintos gobiernos nacionales le dan al asunto de
tal magnitud por la forma como se ejercen los programas sociales donde las
distintas autoridades llevan a cabo ejercicios donde de bulto asoman actos
contra el orden, la justicia y la pulcritud, haciendo su agosto con el dolor
ajeno.
La revolución de la verdad está por hacerse, está en la
ruta, esa es la idea que surcara como ideal. Al decir de una voz filosófica la
revolución es un hecho en medio de las complejidades de poderes, el principio
estado democracia avanzara sin contradicciones, con la presencia de los
débiles, bajo el amparo de la fe que el pueblo albergue en el Dios de sus
afectos, de su esperanza.
En cada uno de nosotros hay una vida que tiene sentido que
nos exige actuar de tal manera como lo expresara Albert Camus ….... con
rebeldía, luchando contra las injusticias y el dogmatismo, el totalitarismo y
siempre defendiendo la verdad…. Ante los
obstáculos del vivir, nuestra capacidad resiliente nos fortalece para
adaptarnos, siendo proclives ante las adversidades. La resiliencia nos permite
desarrollar el pensar para contener las turbulencias sociales y políticas.
Traslucir gestos de capacidad, es apropiarnos de las palabras y la gramática
para que sean acción en el desarrollo humano, independiente, creativo y moral.
La visión cósmica se desplaza globalizada en sus contenidos,
buscando que los que mueven los órdenes universales ejerzan posiciones
sociales, políticas, económicas y religiosas. Esta cultura global neoliberal
moldea a la sociedad bajo marcos sin contenido social y como decía John
Donne... Todo está hecho pedazos, incoherencia total en un universo hostil, una
sociedad solitaria.......
.
Si no entendemos ni nos preocupamos por la naturaleza en
todo su conjunto, no podemos entender el tallo social, político o económico. Si
entendemos al otro en la senda humanista la vida va por su sentido, hacia el
desarrollo humano. El rebelde es un
disociador en el proceso transformador y como tal es quien entiende lo auténtico de la justicia y lo desigual.
La magna cartografía de la crisis pandémica y tantas otras,
tiene su propia convergencia en un régimen que ha llegado a los limites en sus
escenarios de gobierno. Estamos enfrentando todo un epistolar de sucesos que
deja entrever sin ningún equivoco el oscuro mundo de la administración. El cómo
se nos gobierna, donde fluyen por doquier la corrupción en las cortes
militares, el destrozo al proceso de paz donde sus fondos son utilizados para
otros fines, el manejo laboral que se alista a ser materia de una reforma anti.
Trabajador, creando y aumentando el derecho laboral de los informales, las masacres
de líderes sociales al vaivén de la nula acción de la fuerza pública, represión
oficial encargada de defender la dictadura, el ejercicio de una gestión pública
para tapar problemas sociales represados, el devenir de una reforma tributaria
atroz, donde los pueblos campesinos, étnicos, afros y los invisibles, pasan
desapercibidos como siempre, pues para ellos no hay ni existido gobierno.
Y frente a la salud y sus héroes, que cinismo decir, cuando
para ellos hay un descuido total en materia de elementos y de salarios, y la
educación al garete por la imprevisión y falta de tecnología. Y ante este
cataclismo, se prefiere acudir a gastos públicos que no son nada prioritarios,
dejando también al garete las cárceles por la falta de orden y de gobierno de
las mismas, que se comprueba con la alta corrupción y cleptocracia, por parte
de alcaldes, gobernadores y otros funcionaros del estado, que, ejerciendo la
fuerza al amparo de las carreteras, el bastón y los fusiles que solo defienden
al inmoral. Hay que tutelar al estado para que cumpla su función en las
cárceles.
El acontecer de la gobernabilidad en este periodo pandémico
nos ha ofrecido un capitalismo oscuro, lleno de vacíos y vicios por tantos
manejos ineficientes y otros oscuros manejados al decir de cierta lectura que
cayó a mis manos, por una tribu donde emergen dos grandes hechiceros, que con
sus retoricas quieren envolver al pueblo al vaivén de un desmantelamiento de la
democracia y el orden constitucional que gobiernan secundado por numerosos
guerreros llenos de odios.
Las acciones de gobierno en esta pandemia, con salvedades
mínimas, están pasando al atropello de la dignidad y los atributos en el
sentido de violar derechos constitucionales. Si bien en casos especiales el
gobierno tiene algunas facultades, están deben atender el no ir contra las
personas, pues estaríamos ejerciendo un mandato de dictadura, cosa que es lo
que está ocurriendo. La autoridad demanda obediencia siempre y cuando exista
respeto a la comunidad, respeto que se exige con acciones de masa,
convirtiéndose en productores de conquista, que como lo proclamo alguien... El
que quiera conquistar la calle también conquista el estado…Pero sin violencia
porque toda arma siempre es letal y la violencia y el arma de nuestro interior
llena de ambición y poder, culmina en desamor y caos. Cuando la dictadura es
ley para gobernar. La revolución sin violencia es ordenamiento social y político.
El mundo está enfrentando dos grandes enemigos uno de muerte
y otro de terror. De terror por los estados que al tenor pandémico provoca
escenas de inestabilidad, de crisis económicas, sociales cuyos efectos atacan
la población en el campo laboral coadyuvado por leyes que van en contra de la clase trabajadora, y en
lo económico están para engrandecer los imperios empresariales- Sin duda la
realidad que vivimos es un problema del hombre fuerte contra el hombre desigual.
Las crisis no son el fin. La lucha con espíritu resiliente
se enfrenta a todos los obstáculos, pues ella está en los tiempos exigiéndonos
para contener los perfilamientos que buscan ocultar la realidad. Necesitamos un gran consenso nacional, una
toma de conciencia con un poder popular rebelde que avance social y
políticamente para defender la democracia que los políticos la tienen en
decadencia.
La sociedad y estado ha alterado el devenir de la
naturaleza, ese imperio verde de amor que es vida, que enseña la realidad
social. El hombre, parte de ese eco sistema dador de vida en su ejecución
humanista, está por encima de todo proceso explotador que envenena el espíritu.
Dejémonos llevar por la permanente creación- evolución que transforma, que
revoluciona al ser humano para hacer cosas para el bien común. La revolución
del espíritu es la revolución del amor que se transforma en actos de servir, de
solidaridad. Todos los días hay creación, el mundo no es estático, gira y gira
y gira, pero para el estado gira la aprobación de procesos perversos
aprovechando la pandemia.
Cuando evolucionamos entramos en la honda de percibir la
presencia del evangelio de Jesús que sin pompa inspiro el sentido de vida para
comprender nuestra razón de ser. Lo material perturba, desvía el camino y
enceguece y nos hace olvidar nuestra existencia. En estos trances de vida, nos
hacemos muchas preguntas acerca de la vida y asoman a nuestra mente Dios y la
religión y en ese devenir teológico nos apegamos según nuestra creencia o al
Dios personal o al Dios de la fe.
Discerniendo un poco para
ahuyentar mitos creados en la religión a través de dogmas imprecisos lo
cierto es que la fe no es fe, sino amor y servir- practico y en esa línea
acontece que la vida es de aciertos y errores, pero siempre primando la verdad
en las decisiones haciendo eco al libre albedrio que es la libertad para una
precisa justicia con amor que queda tutelada por nuestra conciencia.
Cualquier raciocinio con esencias de diatribas, reflexiona
una problemática real que desnuda un régimen y una sociedad amparada en un
contrato social, que ha sido violado, que devela las farsas con que se nos
gobierna, que ha violado nuestra naturaleza, la casa común habitáculo social de
todos, haciéndola un frente de guerra con discursos retóricos al amparo de una dictadura
y sus principios fascistas que deben estar erradicados de la faz de la tierra y
de nuestro interior.
Vivimos de principios racionales y humanistas que grandes
pensadores nos recuerda como el siguiente... Todo principio humano es
espiritual que lleva a la conciencia y a la razón, que se eleva llenos de
verdad y justicia. Este principio es imparcial, contrario a lo tendencioso y al
poder egoísta de la naturaleza humana, que además nos recuerda lo grandioso del
humanismo y que sus derechos son sagrados….
marsblawyer@gmail.com
0 comentarios:
Publicar un comentario