Por Tony López R (*):
Cuando en días pasados la prensa de los Estados Unidos
publica documentos desclasificados, que el gobierno estadounidense sospechaba
desde hace 20 años de los presuntos vínculos de Uribe Vélez con el narco
paramilitarismo, es considerar, que los colombianos y latinoamericanos somos
idiotas. Todo un gran show mediático. Hace 40 años que se le hizo la primera
acusación a Uribe de estar vinculado al narcotráfico.
En el año 1981 el ex gobernador del departamento de
Antioquia, Iván Duque Escobar, “denunció ante el entonces presidente Julio
César Turbay Ayala, que Álvaro Uribe Vélez nombrado por él como Director de
Aeronáutica Civil, había otorgado una licencia al conocido narcotraficante
Jaime Cardona, con el fin de trabajar la ruta aérea Medellín- Turbo, así como
la construcción de pistas de aterrizaje para aviones de la mafia”. Turbay no tomo medidas y Uribe duró en el
cargo dos años. (1)
Desde entonces la sindicación de que Uribe Vélez estaba
vinculado al Cartel de Medellín y a la familia Ochoa, a quien le unen lazos
familiares, había sido denunciadas, tal es así, que cuando el ministro de
Justicia Rodrigo Lara Bonilla, ordenó una investigación sobre Aeronáutica
Civil, comenzaron a salir informaciones sobre el tema.
El periodista colombiano Fabio Castillo en su libro “Los
Jinetes de la Cocaína” dio a conocer que “Uribe le otorgo licencia a muchos
pilotos de los narcotraficantes cuando era director de Aeronáutica Civil”.
El ministro Lara ordenó paralizar 30 aeronaves a los Ochoa,
10 a Pablo Escobar, 10 a Gonzalo Rodrigue Gacha “El Mexicano” y 4 a Carlos
Lehder Rivas, que habían sido beneficiadas con dichas licencias.
Información aportada por el diario El Tiempo el 8 de septiembre
de 1983, en la pagina 17 A, da cuenta de lo siguiente: “El Consejo Nacional de
Estupefacientes, solicitó ayer a la Aeronáutica Civil suspender la operación
aérea de la flota de aviones, helicópteros y avionetas, propiedad de Pablo
Escobar y Carlos Lehder”
Ya desde esa fecha, 8 de septiembre de 1983, en su primera
página el diario El Colombiano, daba a conocer que “el gobierno de los Estados
Unidos señalaba a Carlos Lehder, Pablo Escobar y Jorge Ochoa como cabecillas
del cartel de la cocaína”. El 21 de abril del 2002 la unidad investigativa del
periódico El Tiempo señala “que durante la gestión de Uribe comprendida desde
marzo 24 de 1980 y agosto 6 de 1982 se otorgaron 562 licencias”. “La
administración Uribe de Aeronáutica también otorgo licencia de operación a 95
pistas privadas”.
Mientras que “el ministro Lara Bonilla, daba una batalla en
la Cámara de Representante, para que se aprobara la ley que permitía la
extradición, y denunciaba que el parlamentario Pablo Escobar, poseía tres
hangares y una flotilla de aviones para transportar drogas”.
Como es sabido, el enfrentamiento del ministro de Justicia
Lara Bonilla a los carteles de la droga, le costó la vida, Pablo Escobar ordenó
su asesinato.
Acerca de la noticia de los vínculos de Uribe Vélez con el
narco-paramilitarismo, que ahora desclasifica el gobierno de Estados Unidos,
cabe preguntarse: ¿Porque en todos estos años, sí el secretario de Defensa de
EE: UU Donald Rumsfeld, conocía estos vínculos mafiosos, los gobiernos de Bush
y Obama, le dieron total apoyo e incluso se sirvieron de él al aceptar Uribe la
entrega de su territorio para establecer 7 bases militares de EE: UU en
Colombia?
Se desprende de esa conducta de la Casa Blanca: ¿complicidad
o chantaje? ¿Porque ahora desclasifican y publican documentos que prueban los
vínculos del ex presidente y ex senador Uribe Vélez con el
narco-paramilitarismo? Es acaso una jugada electoral de Trump para presentarse
como defensor de los derechos humanos y enemigo del narcotráfico, cuando la
realidad ha venido demostrando una política de complacencia o tolerancia,
empleando una hábil y tramposa defensa de Uribe Vélez.
Todo lo que está sucediendo es muy oscuro, el
encarcelamiento domiciliario de Uribe y la maniobra de salir de la jurisdicción
de la Corte a la Fiscalía, con una maniobra de Uribe al renunciar a la curul y
así pasar a la justicia ordinaria quien lleve el caso, a mano del Fiscal Francisco Barbosa, quien por su
dependencia y relaciones política con Uribe fue recusado por el senador Iván
Cepeda y pese a estar recusado el Fiscal
nombro Fiscal para el caso de
Uribe, al Fiscal Gabriel Jaime, que llevó al senador Iván Cepeda a reiterar la ilegalidad cometida por el Fiscal Barbosa, quien en el proceso de Uribe debe abstenerse de actuar. Es público que el Fiscal Jaime está señalado
de uribista y por sus relaciones con el exgobernador del Magdalena, Trino Luna
y sus vínculos con el paramilitarismo.
Por otra parte, el escándalo con el incumplimiento de la
orden judicial del tribunal de Cundinamarca al gobierno de Duque porque
desconoció al senado, como manda la Constitución de ingreso de tropas militares
extranjeras a territorio colombiano. Lo cierto es que el gobierno sigue
incumpliendo y el senador Iván Cepeda denuncia que siguen ingresando tropas
estadounidenses, sin la aprobación del senado y violando la Constitución.
La negativa de Estados Unidos en extraditar al capo
narco-paramilitar Salvatore Mancuso a Colombia, con el argumento de que hubo
errores de procedimiento en la solicitud de extradición del gobierno de
Colombia y que por esa razón fue extraditado a Italia, cuando era conocido que
Mancuso había manifestado su disposición a declarar todo lo que conocía del
comprometimiento de Uribe con el paramilitarismo y las masacres cometidas en Colombia.
El gobierno de Donald Trump será señalado de cómplices al apoyar y admitir la impunidad con la que
el gobierno de Iván Duque está actuando en el caso del ex presidente Uribe
Vélez, en un tema tan sensible como el paramilitarismo y el narcotráfico, lo
que se agrava con las 43 masacrases que se han cometido en lo que corre de este
año, que involucra en algunas de ellas a las FF: MM. Por cierto, no es
descartable que los líderes del partido demócrata pueden utilizar estos
elementos en la campaña contra Trump.
A este escándalo se enfrenta el gobierno colombiano en medio
de una crisis sanitaria como consecuencia de la pandemia que azota a la
humanidad y que en Colombia ha cobrado la vida de más de 22 mil fallecidos y
los más de 600 mil infestados por una negligente e insensible política del
Presidente Duque, que se ha dedicado a buscar salida, como bien se dice, en el
argot mafioso colombiano, al caso de su patrón.
(*) Periodista, politólogo y analista internacional.
Biografía no autorizada de Álvaro Uribe. Ed Oveja Negra
2002. Pag 7-8 y 15. Josef Contreras y F. Garavito.
jorgarcia726@gmail.com
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