Segunda Carta al ministro del interior de Chile
Los mitos existen
porque son mitos, ministro. Están repletos de palabras y personajes fantásticos
que nos alucinan o atemorizan según sus melenas y cánticos. Los griegos fueron
maestros en ello. Tiresias era ciego y clarividente al mismo tiempo ¿Lo sabía ministro?
Lo dejó ciego la furia de la diosa Atenea a quien Tiresias la sorprendió
bañándose desnuda. Ante los ruegos angustiados de la madre de éste, le otorgó
el don de adivinar el futuro. Usted señor ministro del interior, don Víctor
Pérez, es un Tiresias a medias: Es ciego pero incapaz de visualizar el futuro,
al menos no con la certeza que lo hacía el mítico adivino quien jamás se
equivocaba.
Es ciego, ministro,
porque no ve que la huelga de hambre que los presos políticos mapuche llevan a
cabo por más de 90 días tiene como objetivo que se respeten los derechos
básicos contemplados en la normativa del Convenio 169 de la Organización del
Trabajo-OIT. Es decir, ministro, que se considere su condición de personas
pertenecientes a pueblos originarios y puedan cumplir sus penas en sus
comunidades donde se respeten sus derechos económicos, sociales y culturales.
Este Convenio lo firmó Chile. O sea, no piden nada especial.
No es clarividente, como Tiresias, ministro, pues no logra
dibujar el futuro en el presente, comprender que al señalar que en el Wallmapu
no existen presos políticos mapuche y que la violencia proviene de los
mapuches, sólo está creando un escenario de guerra que piensa que vencerá
fácilmente, pero no cuenta con la inteligencia, coraje e historia del
movimiento mapuche.
Es ciego ya que no observa, ministro, que a su alrededor el
país cambió desde el 18 de octubre, que el Wallmapu cambió mucho antes que
ello. Que los mapuche no le temen al wingka
y que sus demandas ahora son políticas y no meramente económicas o
culturalistas. Cuando viajó a La Araucanía, ministro, además se puso anteojeras
para que la oscuridad fuera total y le sirviera solamente para escuchar el
canto de los pájaros de los pinos y eucaliptos de las forestales. Quizás de
agricultores descendientes de colonos. ¿Los mapuches? ¿Para qué?
No es clarividente, porque no puede imaginar siquiera,
ministro, que el regimiento de más de 1500 carabineros, PDI, tanquetas,
helicópteros, agentes de inteligencia, más los militares en esta época, entre
otros dispositivos desplegados en territorio mapuche, no podrán derrotar al
movimiento mapuche. Este no es un problema policial ni militar, sino que
político.
Es ciego, puesto que no ve, ministro, que su democracia no
es democracia: es una democradura. Claro, seguramente por su pasado
pinochetista. O sí lo ve y nunca fue ni ha sido ciego y sabe perfectamente lo
que está haciendo. En otras palabras, al igual que la dictadura, ha definido un
enemigo interno: el pueblo mapuche y utilizará todos los recursos del Estado:
organizativos, humanos, financieros, militares, logísticos, para aniquilarlo.
Eso es terrorismo de Estado. Punto.
Tiresias nunca erraba en sus predicciones ¿Y usted ministro?
Después de todo no se manda solo, tiene al presidente Piñera y a todos sus
asesores para que configuren el oráculo. En un gobierno moribundo como el suyo,
y como la muerte tiene ojos de fuego, tal vez ministro ésta les pueda ayudar a
iluminar el futuro.
Es que como no es clarividente, ministro, nunca comprenderá
que allá en el País mapuche se ha incrustado un País forestal sin pedirle
permiso al mapuche. Que los Carabineros han asesinado a mapuche y ninguno de
ellos ha pasado un solo día en la cárcel y tampoco se les ha aplicado la Ley
antiterrorista. La violencia proviene
del Estado chileno. Y ahora sus declaraciones y acciones racistas, ministro,
están incendiando el Wallmapu, provocando situaciones de violencia de carácter
fascista cuyas consecuencias son fáciles de prever.
Tiresias vio a Atenea desnuda y le costó la vista, pero se convirtió
en adivino. Él sin duda no diría, ministro, que usted es el Atila del Walmapu,
pero sí que eliminó toda posibilidad de resolver un conflicto centenario. No sé
si usted habrá visto desnudo a Pinochet, ministro, o si lo habrá dejado ciego y
clarividente al mismo tiempo. O en qué lo convirtió. Usted sabrá.
tricot18@gmail.com
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