Por Jorge Aniceto Molinari:
Compañeros honestamente están dando una visión fatalista de
la crisis. El tema es que con distinto grado de consecuencias la crisis abarca
a todos. Los modos de producción como los seres humanos, nacen, se desarrollan
y decrecen, con la diferencia que estos primero pierden su predominancia y
luego en el curso de decenas de años, desaparecen como ocurre con la revolución
burguesa y el feudalismo. No sé y no creo que lo sepamos cómo es que se
desarrolló esta cepa de un virus, que existe antes que el ser humano sobre la
tierra, si sabemos que hoy la propagación es mayor porque las comunicaciones
son infinitamente mayores.
La humanidad ya está en condiciones de que cada ser humano
con un control social y democrático, tenga una ficha médica digital y a la vez
el acceso a un examen que de manera no
invasiva pueda darle la historia de lo que ha sido sus enfermedades padecidas y
de las que pueda padecer en el futuro. Y si esto no se hace es por los
intereses de las grandes corporaciones médicas y farmacéuticas. Instrumentado
esto el brote de una epidemia como esta hubiera podido ser rápidamente
detectada y aislada. Hoy más allá de las medidas adoptadas se necesita de una
vacuna.
La crisis de la predominancia del modo de producción
capitalista es además irreversible, el capitalismo no restablece su desarrollo
en aquellos países en que ese desarrollo se ha agotado. Su base, la del capitalismo,
es el libre comercio, y hoy el centro del libre comercio en el mundo está en
China y su entorno, gobernada por el partido Comunista. Y aún que muera media
humanidad esto no tiene vuelta, es lo que están hoy aprendiendo los pueblos del
mundo. Si es cierto el fascismo siempre en última instancia busca exterminar
como lo hizo en Alemania, pero van a terminar como terminaron en la segunda
guerra mundial o en el mundo actual donde China está dando una prueba de la
corrección del desarrollo de las ideas liberadoras de la sociedad, aún con la
falta de una proyección universal.
Lo que necesitamos es unirnos en un programa que permita que
esta predominancia muera en paz y se puedan dar los pasos para el nacimiento de
una etapa superior y eso requiere que la moneda sea única y universal y que los
impuestos sean sobre la circulación del dinero, dando muerte a los paraísos
fiscales y a los sistemas impositivos basados en el consumo, los salarios y las
pensiones.
El grave problema es que la izquierda hoy está en otra cosa
soñando con gobernar su Estado y que la economía sea estatizada, o que le
permita ocupar los cargos administrativos a su gente.
El Uruguay por ejemplo ya no va a poder, en estas
condiciones, recuperar su equilibrio y aunque hubiera gobernado la izquierda,
que en su momento pudo aprovechar bien la coyuntura, y no llegó a un programa
para su continuidad en el gobierno, pero eso ya fue.
sipagola@adinet.com.uy
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