Por Rolando Prudencio Briancon:
Dos tipos de pandemia parecería que paralelamente se están
propagando en los EE.UU., en la que, si aparentemente la data del coronavirus
es de hace poco más de dos meses atrás, y la del racismo homicida es de
anteayer; no menos cierto es que de un rato para otro el racismo se está
actualizando en los EE.UU., y en plena pandemia, lo que puede llevar a la
sociedad norteamericana a tener que soportar una nueva recaída del racismo que
se creía erradicado.
Así es como el lunes un policía blanco, y cuyo nombre se
mantiene en reserva, tal cual es la cobarde costumbre de la policía de proteger
a los culpables de asesinatos por móviles racistas por el "uso excesivo de
la fuerza" -un eufemismo para encubrir la naturaleza homicida y racista de
los policías norteamericanos- procedió al arresto de George Floyd, un hombre
negro de 40 años de edad, a quien lo tuvo reducido, apretándole el cuello e
impidiéndole la respiración, por más de 8 minutos, hasta provocarle la muerte.
Y es que mientras Trump se encuentra entrampado en una
escalada de sucesos que no le dan respiro; ya sea: por las acusaciones sobre el
origen del contagio del coronavirus con la China. O las acciones contra
Venezuela, sea por el intento de invasión fallido mediante el mercenario
operativo Gedeon. O por la reacción de rechazo al reciente envío de combustible
por parte de Irán. O por los agresivos ataques contra OMS; el racismo es lo que
ha vuelto a recrudecer con este asesinato por motivos de intolerancia racial.
Claro que la reacción social no se ha dejado esperar, cuando
el día de ayer miles de personas han salido a condenar el homicidio racista
cometido contra George Floyd, portando pancartas con la inscripción de la
leyenda: "No puedo respirar", que fue la última súplica del
infortunado interfecto, antes de morir bajo la bota policial.
Este nuevo nivel de tensionamiento; ya no sólo de origen
sanitario como consecuencia del coronavirus; sino societal por las actitudes
racistas como consecuencia de esta muerte, están conduciendo a un callejón sin
salida al gobierno de Trump que se abierto frente fuera de las fronteras de los
EE.UU., como internos con esta lapidaria lacra que puede convertirse en el
sepulturero del sueño americano de Trump de: "Volver hacer Grande
América".
Vale decir que el gobierno de Trump le falta respiración
como consecuencia del coronavirus, como también no está dándole respiro el
racismo, como ha sido la última exclamación de George Floyd antes de exhalar.
prudenprusiano@gmail.com
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