Por Rubén Alexis Hernández:
Las consecuencias económicas terribles a raíz de la
semiparalización de la economía mundial, “ocasionada” por la pandemia derivada
del coronavirus COVID-19, ha afectado de forma particular a centenares de
millones de asalariados y de comerciantes informales del mundo entero. En este
contexto la famosa cuarentena o aislamiento social obligatorio, de
justificación por las élites y los Gobiernos debido al supuesto gran peligro
representado por el coronavirus, ha dejado como saldo principal la recesión
económica y el replanteamiento del capitalismo global en ciernes, y por tanto
el aumento alarmante de la pobreza y la miseria en prácticamente cada nación
del orbe. Triste panorama, pero esperado, considerando los efectos sociales
nefastos de diversas crisis o catástrofes de variado ámbito en el pasado.
La verdadera pandemia no es la generada por el coronavirus,
sino la de la pobreza, extendida por todos los rincones del orbe, azotando a
gran parte de la humanidad desde la consolidación del capitalismo. Anualmente mata
a millones de forma directa e indirecta por enfermedades relacionadas con la
desnutrición, especialmente a niños y ancianos, y no tiene la relevancia
mediática que ha tenido la infección por el COVID-19, simple y sencillamente
porque el sufrimiento de los pobres importa un comino a los poderosos.
En nombre del sobredimensionado peligro que ha significado
la fulana infección por coronavirus, las élites y los Gobiernos de manera
absurda e irracional, atentando contra los derechos económicos de la mayoría,
como el trabajo formal e informal relativamente estable y el derecho a tener
acceso a costos razonables a alimentos y medicinas, decretaron un aislamiento
social obligatorio y una semiparalización económica traducidos en crímenes de
lesa humanidad contra buena parte de la población mundial.
Directa e indirectamente el poder global está asesinando y
exterminando a numerosos seres humanos con el coronavirus como excusa de turno.
La pobreza es terrible por cuanto impide al ciudadano común el goce de una vida
digna, y lo condena al hambre permanente, la desnutrición crónica, la
enfermedad y la desilusión; y ni hablar de los niños en esta condición, que
tristemente tendrán un deficiente crecimiento físico y mental. Deberían pagar
por todo lo que están haciendo las élites y los Gobiernos en contra de casi
toda la humanidad, porque en realidad la guerra que llevan a cabo en la
actualidad no es contra ningún virus, sino contra los pueblos humildes. La
‘pandemia’ de la pobreza sí que es peligrosa, y es una real amenaza año tras
año.
www.rubenhernandezinternacional.blogspot.com
ruhergeohist@yahoo.com
He reproducido el Artículo en EL BOLETÍN DEL JUBILADO, Órgano de difusión de los Maestros Jubilados de Bolívar, Colombia.
ResponderEliminarMuchas gracias
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