Entrevista a José Roberto Duque, periodista y escritor
venezolano que acaba de publicar en Argentina el libro Venezuela crónica. Cómo
fue que la historia nos trajo hasta aquí.
El escritor y periodista José Roberto Duque no anda con
medias tintas en Venezuela crónica. Cómo fue que la historia nos trajo hasta
aquí, libro publicado recientemente en Argentina por Tinta Limón Ediciones. La
matriz petrolera que cruza las vidas de los venezolanos y las venezolanas es el
eje central del trabajo, que es desmenuzado hasta su punto mínimo por Duque,
autor de obras emblemáticas como Salsa y control (cuentos, 1996), No escuches
su canción de trueno (novela, 2000), Del 11 al 13: testimonios y grandes
historias mínimas de abril de 2002 (crónicas, 2007) y Cuadernos callejeros
(crónicas, 2018), entre otros.
En Venezuela crónica, el autor hace un repaso completo y
crítico de la historia de Venezuela, poniendo como ejes la génesis campesina
del país, la influencia de la “cultura petrolera” en la sociedad, la creación
de una casta política que gobernó durante décadas con el único objetivo de
cuidar las ganancias de las grandes compañías petroleras, la insurgencia que
recorre la historia del pueblo, los estallidos sociales que confluyeron para la
irrupción de Hugo Chávez en el gobierno y el poder comunal impulsado por el
propio presidente bolivariano.
Siempre polemista, siempre con una mirada lúcida y sagaz
para contar historias, Duque permite que los “ciudadanos no venezolanos” tengan
un panorama completo del “mundo Venezuela” sin las urgencias de lo cotidiano,
algo fundamental para entender y comprender el derrotero de una nación que,
desde hace más de una década, se encuentra entre los objetivos principales de
Estados Unidos.
En diálogo con La tinta, el periodista venezolano explicó
que, en un principio, desde Tinta Limón, le propusieron un material “para que
la gente que no vive en Venezuela entendiera cuáles son las reales
circunstancias de la vida en nuestro país”. Si bien la editorial le sugirió un
relato “de mucha actualidad, muy periodístico de lo que estaba sucediendo en
Venezuela en los últimos meses”, a Duque le pareció que quedaría incompleto.
“Les propuse extender el periodo de análisis de la historia venezolana
reciente, para poder comprender el rollo en que estamos metidos. Decidí que el
punto de partida de ese análisis debía ser 1917, que fue cuando se inició la
explotación petrolera a gran escala en Venezuela y fue el momento en que nos
convertimos oficialmente en una colonia norteamericana”.
El devenir de Venezuela, luego de ese año ¿fatídico? de 1917
en que la tierra comenzó a manar crudo, no es un dato menor ni en la historia
del país ni en el libro. “Nosotros fuimos formateados, configurados, diseñados,
moldeados por compañías petroleras norteamericanas –reflexiona Duque. Esto
ocurrió hace un siglo, cuando se hace extensiva la explotación del petróleo en
Venezuela. Estados Unidos decidió que íbamos a funcionar como un país que
dependiera totalmente de la venta de hidrocarburos”.
Desde el Norte poderoso, enseguida supieron que Venezuela
era un territorio a conquistar. “Estados Unidos no sólo diseñó nuestras
primeras leyes de hidrocarburos –explica el periodista-, sino que decidió la
forma en que los venezolanos íbamos a gestionar la energía eléctrica, nuestros
accesos a los alimentos, nuestras vías de comunicación, nuestro modo de
producir petróleo y nuestro modo de atrofiar el resto de nuestra vocación
productiva”.
La “cultura petrolera”, digitada desde Washington, se
abalanzó sobre la tierra de Simón Bolívar para hacer estragos, no sólo en lo
económico, sino en lo social. “Estados Unidos decidió que los venezolanos ya no
tendríamos la necesidad de producir bienes de consumo masivo, porque era más
viable y cómodo que los compráramos hechos. Un país que está bañado en petróleo
no tiene por qué producir prácticamente nada útil, comprarlo hecho es mucho más
fácil, según la lógica extractivista que nos ata al petróleo. Hay otra cantidad
de factores que determina por qué los venezolanos somos cómo somos, pero ese
solo elemento, de que otro país nos haya moldeado nuestra forma de funcionar
como sociedad, da algunas luces de lo fácil que les ha resultado hacernos
colapsar o estar en un punto cercano al colapso”, asegura Duque.
Pero como bien lo afirma Duque, en 1998, la historia del
país se partió en dos. Hugo Chávez, el ex militar al que muchos miraban con
recelo, ganó las elecciones y asumió las riendas de un país devastado. “Chávez
llega al poder con una propuesta de liberación y de emancipación, de soberanía,
de independencia real de la sociedad venezolana con respecto a Estados Unidos
–remarca Duque-. Y es quien pone sobre la mesa la necesidad urgente de que
nosotros comencemos a crear otro modo, otra forma, otro ritmo, otro paradigma
de funcionamiento que no sea dirigido ni apadrinado por Estados Unidos”.
Para Duque, no hay dudas de que el líder bolivariano “le
abrió los ojos a un montón de gente en Venezuela y fue el que nos metió en este
tremendo problemón. ¿En qué consiste este problemón? En que comenzamos a
demoler un tipo de sociedad, una forma de funcionar como país. Chávez nos dejó
la tarea de construir el otro modelo, el que no termina de nacer. Ese es el
problema que tenemos ahora y hay quienes se lo agradecemos profundamente a Hugo
Chávez que nos haya metido en este tremendo paquete. Otra gente se dedica,
simplemente, a maldecirlo y lamentar el momento en que este compañero vino a
partirnos la historia en dos”.
Si el huracán de soberanía, independencia y socialismo que
encabezó Chávez todavía resuena en la América Latina profunda, los muros para
contener esos vientos se levantaron al instante. La oposición venezolana, que,
en la actualidad, tiene a Juan Guaidó como referente, es la punta de lanza que
utiliza la Casa Blanca para derrocar, de cualquier forma, al gobierno
venezolano.
“La oposición venezolana es un monstruo de mil cabezas
–detalla el periodista-, con muchísimos factores y facciones, que ahora están
enfrentados entre ellos, porque no se ponen de acuerdo en la manera en que van
a desalojar al chavismo del poder. Pero todos tienen en común una sola misión y
que es una meta impuesta: devolverle el trozo de país que somos a Estados
Unidos”.
Según Duque, la derecha venezolana, en algún momento,
“estuvo dividida entre la más entregada a los intereses norteamericanos y una
derecha un poco más nacionalista, con un poco más de apego a un sentido
nacional de la política y de la historia. Este último factor desapareció de la
escena. Actualmente, la derecha y el anti-chavismo venezolano están aglutinados
bajo un punto de vista que solo privilegia el triunfo de Estados Unidos sobre
el proyecto de país que los chavistas iniciamos. Tenemos una oposición
apátrida, desapegada de todo sentido nacional de las formas de hacer política”.
Aunque la realidad venezolana parece crujir con el paso de
los días, para Duque, el pueblo chavista continúa por las sendas de liberación
aprendidas durante todos estos años. “Veo al chavismo más como un fenómeno que
agarró calle en Venezuela, que como un gobierno o unas instituciones de un
partido único –finaliza el periodista-. El chavismo está desparramado por
nuestras calles y comunidades. Hay un sentido impresionante de nominalización
de la política y de los procesos vitales que le dan sentido al funcionamiento
de la sociedad venezolana. Eso no depende de un partido o del presidente de la
República ni de dictámenes oficiales. Eso es el chavismo en este momento: un
artefacto que no va a ser desactivado en Venezuela, incluso si se produce el
escenario terrible en que Estados Unidos logre derrocar al gobierno y poner a
algún títere, que es el plan que tienen ahora”.
leandroalbani@gmail.com
Excelente lectura. Gracias
ResponderEliminarGracias camarada Duque, mire con mucho respeto, yo creo a pies juntillas que: La posibilidad de que en algún aciago momento de la historia,Venezuela sea gobernada por la derecho y caigamos en manos de los gringos....¡No existe! Y como usted ya sabe; todos somos Chávez, incluso nuestros dizque menemigos políticos e ideales...Ellos no pueden ni podrán escapar de la verdad absoluta, nadie lo puede, ni podrá hacerlo. Gracias y hasta la victoria eterna.
ResponderEliminarPara el mundo no es un secreto, que decir Venezuela , hoy por hoy, es decir Chávez y aunque digan lo que digan en mis setenta y cinco años de vida, nunca hubo una persona que quisiera más asu país que Hugo Chávez, lo demás es pura habladuría, pues él lo dijo y yo, desde mi humilde punto de vista de venzolano, digo que Cház es el pueblo y El pueblo es Chávez:
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