• La
comunidad internacional debe pronunciarse frente a este atropello contra
Venezuela, un Estado Democrático que forma parte de esa confraternidad, callar
es convalidar la violación a un Derecho Humano, como lo es la Autodeterminación
de los Pueblos.
En los conflictos armados que se provocado en los últimos
años en el mundo, los países caracterizados por su política de agresión a otras
naciones, frente a la crítica internacional, porque ya no pueden justificar
ante el mundo tanto atropello, han recurrido a la estratagema de utilizar a
terceros, para que le hagan el trabajo sucio y ellos, luego, lavarse las manos
como Pilatos, aunque en la práctica están involucrados hasta los tuétanos en
los conflictos por que le generan pingües beneficios.
De allí que han financiado la constitución de “empresas”
militares que prestan sus servicios supuestamente para defensa y asesoramiento
a nivel militar.
En las mencionadas empresas, observa Ud. Que siempre están
involucrados ex funcionarios del ejército norteamericano e israelí, ex agentes
de la CIA y la DEA y que en conflictos como los de Irak, Siria, Libia,
Afganistán y otros, siempre están presentes defendiendo los intereses
norteamericanos, (Por lo que de “ex” resulta poco creíble), sólo es una
expresión mediática para desvincularlos del trabajo sucio y adecentar la imagen
del Ejército y las policías de los Estados Unidos.
La formación de terroristas, está en los planes de estas
denominadas “empresas” militares, y luego los utilizan contra los gobiernos,
países y dirigentes que no dan su brazo a torcer y se enfrentan a la presión
del coloso del norte, que pretende tener a todos en su redil y conforme a sus
planes expansionistas en lo geopolítico.
Ya para nadie es un secreto, por ejemplo, para mencionar a
un terrorista emblemático, Bin Laden, fue entrenado por las tropas
norteamericanas, así como entrenó a los guerrilleros que utilizó contra el
gobierno soviético en una de las guerras de Afganistán. Esos son lo que ellos
llaman terroristas buenos, es decir, los que son utilizados por los Estados
Unidos para apuntalar su política guerrerista e intervencionista donde a ellos
le parezca más conveniente.
Esta “empresas” militares, léase mercenarias, que alquilan
combatientes para en forma itinerante llevarlo a cualquier parte del mundo, no
pueden desligarse, de la política agresiva del gobierno de los Estados Unidos,
son los mismos fines y ellos los financian y forma, para como los gatos que le
oculten la caca. Sería ingenuo pensar que son unos simples contratistas, como
los hacen llamar en sus medios de comunicación.
Ahora bien, ¿Cómo es posible?, que las organizaciones
internacionales se mantengan calladas frente a esta flagrante violación al
Derecho Internacional, dando la espalda o metiendo la cabeza como el Avestruz,
cuando un país como los Estados Unidos utiliza estos recursos e incluso dinero
proveniente del Tráfico de Drogas para apuntalar su política e ir contra la
Autodeterminación de los Pueblos, que hoy por hoy, constituye un Derecho
consagrado en la Carta de los Derechos Humanos.
El jueguito de los Estados Unidos, digo jueguito, pero en
verdad es una burla al mundo, es no integrar la gran mayoría de los tratados
internacionales que pueden regular o neutralizar estas actividades, para tener
rienda suelta y actuar como Juan Charrasqueado, pero más moderno, montado en
sus tanques, aviones de guerra y lanzar toda su tecnología letal contra
cualquier país, que por ellos sea declarado amenaza o enemigo de sus intereses.
En el marco de esta estrategia imperial, las llamadas
“empresas” militares, enseñan a matar,
forman sicarios y paramilitares,
utilizan la tortura, métodos de espionaje, tácticas de enfrentamiento
militar, modalidades de tecnologías para eliminar líderes que son previamente
seleccionados por sus órganos de inteligencia, condicionamiento psicológico
para matar a civiles inocentes, niños, mujeres ancianos, a cualquiera, en fin,
formar integralmente a terroristas que asalariados van en forma itinerante a
los escenarios que ellos determinan. Estos contratistas participan,
incursionan, incluso, como combatientes, contra todos aquellos países que no
acepten los designios de sus Mandantes, ni se presten a sus planes de expansión
geopolíticos.
Este es el verdadero rostro de los contratistas. Mercenarios
a sueldo y empresas que aparentan ser independientes, pero su capital y su
formación la realizan los países imperialistas para utilizarlos a sus propios
fines.
Esta actuación
inmoral, contraria al Derecho Internacional y al Derecho Humanitario, revela la
verdadera catadura moral de un imperio en decadencia y sus lacayos, que como
dicen desarrolla una máxima que se le atribuye a Nicolás Maquiavelo, utilizar
cualquier medio, incluyendo las drogas que dicen combatir, para lograr sus
nefastos fines. Gedeón, nombre escogido para la operación, que en hebreo
significa “destructor”, denota lo que se proponían, destruir a sangre y fuego
todo lo que se ha construido y defendido en Venezuela.
Profesor de la UCV
jesussotillo45@gmail.com
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