miércoles, 29 de abril de 2020

Maduro y las oportunidades que le brinda la Pandemia



Por Humberto Trompiz Valles: 
Los gobiernos que hoy se enfrentan a la pandemia del coronavirus, también se están preocupando por el mundo que vendrá después que esta situación haya sido erradicada. El tiempo postcoronavirus es la ecuación que los pueblos tienen que despejar para garantizar la reproducción de la vida, inmersos en una realidad capitalista agónica sin solución de continuidad. En lo que va de desarrollo de la pandemia, varias incógnitas se comienzan a despejar tales como: la total ineficiencia de los gobiernos neoliberales en el manejo profiláctico de la cuestión; la indiscutible necesidad de que el estado asuma todo lo relacionado con la asistencia médico-sanitaria de la población, así como la producción de las medicinas y el nuevo contacto social entre los humanos que queden vivos.


En el caso específico de Venezuela, el tiempo postpandemia amenaza con ser apocalíptico, ya que en este país se ha montado una olla de presión,  incubadora de una inmensa crisis social  objetivada en: una caída astronómica de la renta petrolera como base material de esta formación social, una bestial precarización del salario, la caída sideral del PIB cercana al cincuenta por ciento, un gobierno que poco a poco y con medidas asistencialistas, se ha ido entregando en los brazos del pensamiento neoliberal y para colmo,  una oposición política cipaya, sin otro norte ideo político que los dictados imperiales del gobierno de USA.

Frente a este apocalipsis en ciernes, el gobierno madurista tiene la oportunidad brindada por el covid-19, de darle un sacudón a su gestión y comenzar a deslastrarse de los ribetes neoliberales y las corruptelas que han matizado su administración. En tal sentido, el presidente debe rescatar su idea de “sacudón político” adelantada en septiembre de 2014, que despertó grandes ilusiones en el pueblo y que al final se redujo a una simple brisita. El manejo eficiente en el control de la pandemia, es indicador de que todavía en el madurismo, anidan restos del humanismo que llego a estas tierras de la mano del comandante Chávez.

El nuevo sacudón a propiciar por el presidente Maduro debe enfocarse en la RECUPERACIÓN SALARIAL DE LOS TRABAJADORES VENEZOLANOS, a fin de garantizarles la reproducción de la vida y darle viabilidad histórica a esta nación, en tiempos de triple fractura civilizatoria planetaria. Desde hace rato los que se ven obligados a vender su fuerza de trabajo en esto linderos, lo están haciendo por debajo de la frontera salarial del hambre declarada por las Naciones Unidas. Sin salario digno, la viabilidad histórica de este país pende de un hilo.

En atención a lo expuesto y teniendo en mente que la Revolución Bolivariana no solamente debe garantizar la reproducción de la vida a sus nacionales, sino también mantener viva la esperanza de un mundo mejor para los desposeídos del continente, pensamos que el Presidente Maduro debe tomar las siguientes medidas postpandemia, correctoras de su descarrilamiento neoliberal, a saber:

1.-Declarar el Estado de Excepción fundamentado en los artículos 337-338-339 de la Constitución. Tal declaración debe apuntar a combatir el terrorismo económico implementado por el imperialismo y sus socios nacionales de la oposición, Fedecámaras y Consecomercio. Olvidarse de la “guerra económica” y entronizar la idea del combate al terrorismo económico y la defensa de los derechos humanos de la población. Se trata de administrarle al imperio dosis de su propia medicina para subyugar a los pueblos.

2.-Ajustar el precio de la gasolina cercano a su nivel internacional. Hoy los venezolanos están pagando la gasolina a un dólar y más, sin que se produzca una explosión social. Si al pueblo se le explica que dicho ajuste se hace en función de cubrir los costos de producción del combustible y el sobrante se encausará a mejorar salarialmente a los trabajadores, estamos seguros que este pueblo aceptará dicha medida.

3.-Profundizar la implementación del consumo de gas en el parque automotor. Con esta medida se aliviará el consumo interno de gasolina, se combatirá el contrabando de la misma y se abaratara el precio de la fuente energética, ya que el gas es más económico que la gasolina. (Einstein Millán Arcia - -Gasolina: Propuesta para Detener el Contrabando y la Escasez-21/04/20 - www.aporrea. org/energia/a289541.html)

4.-Imponer un monopsonio de la producción nacional y de las importaciones. Dado que el estado ha asumido la distribución de los alimentos a la población (CLAP), su poder de compra es inmenso, más aún, si tenemos en cuenta que es el único sujeto económico que genera dólares; tal circunstancia le permite establecer un monopsonio que obligue a la burguesía productora-importadora a sincerar los precios de su producción y a impedirle sus prácticas bachaqueras. Si el estado toma el control de la distribución de alimentos, la resistencia frente a los embates del imperio estará garantizada.

5.-Convertir el tiket alimenticio en una cesta de productos básicos fijos no sujetos a los vaivenes inflacionarios. Esto obligaría al estado a establecer el monopsonio comentado y redundaría en una protección del salario real. Recordemos que del capitalismo que nos legó el petróleo fracaso por no resolver la cuestión salarial en una economía dependiente de una renta internacional. (ASDRÚBAL BAPTISTA. Teoría económica del capitalismo rentístico. bibliofep.fundacionempresaspolar.org › media › vsxx_l3_19_con_la_mira)

6.-Por ser profesor universitario, considero que para detener el descalabro de este subsector educativo decretado por la caída de la renta petrolera y por la migración de los estamentos universitarios hacia el exterior, se impone una reestructuración de este subsector, apuntando a la reducción al mínimo de las universidades públicas actualmente existentes. La base material petrolera no da para mantener esta diarrea de universidades que se ha decretado en los últimos años.  Por lo demás, las universidades creadas por la revolución bolivariana nacieron viejas, es decir, obedecen al modelo epistémico de la burguesía europea del siglo XVIII, hoy en desuso.

7.-Imponer la educación virtual en el subsistema de educación superior. En tiempos de mengua de la renta petrolera, la educación superior en aulas luce totalmente anacrónica. Hoy lo que se impone es la ecuación virtual en todas sus manifestaciones. Tal política no solamente abarataría el costo por alumno, sino que también, permitiría una agresiva política democratizadora de los estudios de cuarto nivel. Las experiencias en esta modalidad de enseñanza ofertadas por la Universidad Nacional Abierta y la Universidad Simón Rodríguez no pueden ser desdeñadas en esta nueva normalidad de país que se nos viene encima. (Julio Mosquera. La educación a distancia es poli tecnológica. https://www.aporrea.org/educacion/a289795.html)

8.-Dado que el precio del petróleo se va a recomponer en el mediano plazo, pues, los hidrocarburos seguirán siendo la fuente energética de los próximos cincuenta años o más, en Venezuela ha llegado la hora de la quinta versión de la siembra petrolera, es decir, debemos reducirle al máximo la entrega de dólares baratos a la burguesía parasitaria nacional y comenzar a invertirlos en la mejoría de la cuestión salarial. Si la burguesía quiere dólares que el estado se los preste, no que se los venda. El presidente Maduro tiene la oportunidad de demostrar que es un presidente obrero, dándole solución de continuidad a la precarización salarial que heredó de los tiempos de la cuarta república.  Esta si sería una concreción real del socialismo del siglo veintiuno con toda la carga anticapitalista que las clases trabajadoras están demandando.
htrompizvalles@gmail.com

1 comentario:

  1. Ante una situación venidera en los próximos años producto de este ataque a la humanidad, en Venezuela por ser puntal de un sueño utópico, se hace necesario un cambio radical en torno al proyecto bolivariano. No se podrá avanzar en ésto su ni se corrige el nível de corrupción instalado en torno a las montañas de riquezas que tenemos. Y eso es urgente o pasaremos a ser un país más del montón y no una Patria.

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