Por Jesús Sotillo Bolívar:
En el año 2000 Colombia presentó en el marco de una campaña
internacional, un plan redactado en Estados Unidos, que tenía por nombre Plan
Colombia, supuestamente orientado a la lucha contra la producción de drogas.
Las autoridades de ese país a la sazón recorrieron Europa para darlo a conocer
y solicitar apoyo económico, estrategia que se ha afianzado en la política de
la Oligarquía Colombiana, solicitar recursos financieros para apuntalarse en el
poder, utilizando como excusa, en ese momento las drogas, ahora la supuesta
inmigración que los impacta.
Lo cierto es que el mencionada plan sólo sirvió para eso,
para recabar fondos por parte del gobierno colombiano, porque a diez años, de haberlo presentado, según los
Informes recientes de la ONU, lo que demuestran es el incremento inusitado de
la producción de drogas en Colombia, todo lo contrario al supuesto objetivo
propuesto con el susodicho plan y lo más
concreto y obvio, logrado, fue la instalación de bases militare en Colombia,
violatorias a su soberanía nacional, y que hoy desequilibran la región, y
pretenden utilizar ese país como punta de lanza para expandir los intereses
norteamericanos en nuestra región.
Nunca el Plan Colombia, podía tener resultados positivos,
porque las relaciones de amor y odio por las drogas entre los países que lo
propusieron (Colombia – Estados Unidos) no había el menor interés de contener
la producción de Drogas. Para ellos, las
drogas son un Negocio y una necesidad que los une. Colombia, se ha convertido, el primer país
productor de Coca y Productor de Cocaína y es el máximo proveedor de esa droga
a la Sociedad Adicta Norteamericana. Y entonces nos preguntamos ¿A quién combaten
las tropas norteamericanas acantonadas en las bases militares? ¿Buena pregunta, están allí para fortalecer
la producción de drogas y garantizar su ingreso a Estados Unidos? La pregunta
tiene base, porque las cifras de los organismos internacionales demuestran,
que, desde la presencia militar norteamericana, se ha venido fortaleciendo
Colombia, como productor de Coca y Cocaína.
Para ambos países resulta un negocio redondo las drogas, ya
que sus sistemas financieros reciben billones de dólares producto de esta
actividad. La Banca tanto de Colombia como de Estados Unidos se ha convertido
en la mayor lavadora del mundo de dinero sucio proveniente de la producción y
venta de drogas y por supuesto, eso no se refleja en sus estadísticas
financieras, sino que queda en el sub mundo de sus redes e infraestructura
económica.
Es incalculable la cantidad de dinero que ingresa a ambos
países por ese concepto, quizás comparable a lo que ingresa por otras ramas
como el turismo y petróleo. Pero este asomo de de riqueza incalculable solo se
observa en la cabeza, de algunos líderes de los Carteles que se dedican a estas
actividades, pero nunca se verá con nitidez, ni por asomo, en las abultadas
cuentas de las instituciones bancarias de ambos países que reciben de diferentes
formas este flujo de dinero sucio. Mucho menos se verá reflejada, el liderazgo
político corrupto de ambos países, que mantendrán en secreto su maridaje por
este concepto, mientras, que en las ruedas de prensa que realizan, aparecen con
cara de preocupación sobre el tema, pero por debajo, no sólo lo usufrutuan,
sino que impulsan campañas para legalizarlas y mantener el control del negocio.
De allí que el verdadero rostro sobre el trasfondo de la
lucha contra las drogas en ambos países, se revela poco a poco. Se apoyan en el
negocio de las drogas y se respaldan políticamente en temas que les interesan,
partiendo de ese nefasto negocio. Relaciones signadas por las drogas entre
estos dos países que se proyectan en otras esferas de sus sociedades y que poco
les importa los efectos nocivos que tengan sobre sus propios pueblos, donde
cada día, según lo revelan estudios especializados, aumenta más el consumo, la
producción, y todos los delitos conexos con el Tráfico de Drogas.
Profesor de la UCV
jesussotillo45@gmail.com
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