Por Mariano Sierra:
Sus efectos ante las circunstancias sociales y políticas.
Hoy estamos circunscritos a un mundo globalizado, digital,
relativista donde impera lo efímero, la nada, lo temporal y vacío. A esto se
denomina también como algo líquido, pasajero, de cambios cíclicos, sin
expansión. Vivimos pues inmersos en situaciones de vivir para ya, con demasiada
intensidad, en un acelere desbordante donde todo sucede sin dar espera, porque
algo nuevo está en camino que nuestros pensamientos no alcanzan a asimilar,
solo lo que esta inmóvil es lo que percibimos. Ante la efimeridad sin revisión,
aplicamos la política del avestruz, esto es, enterrarnos en la oscuridad, para
dejar pasar el tiempo, viviendo y vegetando cual parásitos sin objetivos.
Todas las cartografías de nuestro vivir se enmarcan en lo
fugaz, lo complejo en su gobernabilidad, en la comunicación tecnológica que
aísla al hombre haciendo que sus relaciones con el otro sean fugaces,
imperceptibles e indivisibles. Nada perdura en el mundo moderno tanto así, que
pareciera que todo se eclipsa, que el vivir no parece una realidad ante la
efimeridad del tiempo, y del espacio y los hechos y caos circundantes.
Lo efímero se torna agobiante cuando ante los entornos de la
vida todo nos llegan inesperadamente, hay
convulsión de procesos sin que podamos muchas veces disfrutarlos o cambiarlos.
Todo poder es efímero y si perdura es porque se ha vuelto un poder de
dictadura. En ocasiones se torna un círculo vicioso cuando se asocian para
hacerlo predominado la ambición compartida.
Lo efímero es lo más usual en el diario vivir.
Lo efímero y lo perdurable son dos fuerzas cuyo fin debiera
ser buscar puntos de equilibrio para ejercer renovaciones siempre que convengan
al bien común, tanto en el desarrollo, en lo tecnológico y en lo político- Lo
efímero se disfruta cuando su proceso genera bienestar, felicidad, goce y
libertad de espíritu que se intuye permanente en la historia como las luchas
justas, políticas y sociales, símbolos de la rebeldía de los espíritus
indómitos con justas causas.
La vida trasciende
ante lo efímero, pero también con lo perenne cuando el perenne evoca paz, evoca
tranquilidad, pero ese perenne debe permanecer en observación, no sea que nos
esté asfixiando sin darnos cuenta. Lo efímero convertido en perenne positivo
trae como consecuencia el bien común, respiro de satisfacciones para trabajar
con alegría haciendo productiva la vida-
Lo efímero es la vivencia de cada instante de la vida y la
vida es de instantes evolutivos, es acción, cosa que no nos lo da lo perenne o
inmóvil. El giro de la vida con todas sus vicisitudes nos hace alterar todos
los procesos, penetrando hasta hacernos visibles el efecto mariposa, que
aparece trayendo sus razones, sus efectos diversos. Buscamos la comprensión de
los hechos, pero esa espera es el devenir de los efímero, son opciones, complejidades,
hallazgos, conclusiones que flotan en el ambiente para tomar los cambios
adecuados.
Esta amalgama asume en que lo efémero mariposa agrede
llenando nuestro espíritu de alternativas, con incomprensiones. Que hacer...Es
un reto que imprime carácter, pues, aunque seamos una golondrina de verano,
dejamos en su estela física un mensaje........... Cuando el mundo gira, esos
aleteos llegan con nuevos giros haciéndonos comprender muchas cosas, y ese
comprender es acción, es renovación, es actualizar el ímpetu o la fuerza
interior. Todo hecho critico dice el adagio por más leve, repercute en lo más
hondo de una sociedad, y, en esa medida merece acción.
Como todo es acción, es enseñanza, creo que una frase
hallada en lo profundo de las letras, avala el principio de la permanente
actividad.... Quienes más leen, viven menos...... Si, viven menos engañados,
menos explotados.
Esta reflexión puede con muchos corolarios, pero observemos
el que nos conduce a que los cambios Traen nuevos horizontes muy puntuales
cuyos efectos modifican todo tipo de formas de convivencia. Los giros se
perfilan hacia la liberación del hombre, de las esclavitudes sociales,
políticas y espirituales que no aportan nada al crecimiento humano. Cuando
giramos en el diario vivir, asoma a
nuestra presencia solo lo visible, pues lo invisible humano se desespera en
cada uno, en cada rostro, en cada presencia viviente que no alcanzamos a
percibir o nos hacemos los indiferentes.
Lo efímero despega cambios, evoluciones que rompen
orientaciones perdurables producto de la experiencia que buscan eliminar viejos
vicios. Las liberaciones las buscamos en el efímero hoy y lo perdurable que,
siempre están para reversiones. Despertar el vivir anestesiado es espíritu de
transformación. Convivir en el statu quo es no avanzar, no avanzar que se rompe
con la rebeldía de la acción pura que no se puede posponer. Rebeldía intensa
que nos enseña Camus, igual a la rebeldía del evangelio que propago Jesús con
su programa de enseñar al hombre a buscar lo nuevo tonificante en una
disertación de vida alimentada con sus leyes de servicio y amor.
El presente mundo descompuesto por todos los flancos, no
vislumbra una salida para fortalecer el bien común ni para enfrentar el
genocidio contra la naturaleza, que, ante la catástrofe, entra en la categoría
de crimen de lesa humanidad-. La fuerza
funesta de las violaciones que perduran en todos los escenarios, debe ser
superada por la fuerza del cambio que simboliza lo efímero.
Respecto a lo efímero Nietzsche dijo que... de nadie estamos
más lejos que de nosotros mismos. . La cosmovisión efímera y perdurable
unificaran sus fuerzas para el cambio social y para transformar la paz
social. Otro pensador ante el espectro
de lo efímero, Borges expreso en su momento que -...…-La eternidad contiene lo
fugaz....
Colombia en su trayectoria histórica trae un pasado de
procesos donde lo duradero es lo que prevalece, lleno de conflictos generados
por la incurrencia de guerras de colonización e independencia, que al grito de
independencia no sufrieron cambios, sino una perdurable hegemonía de poder,
pues la voluntad política ha estancado al país en un statu quo, ha faltado
evolución de estado que brinde horizontes nuevos de progreso para doblegar las
necesidades humanas. Y en esta medida sabiamente Gandhi no dice que... Hay
suficiente para las necesidades de todos, pero no para la codicia de
todos......
Ante la encrucijada de lo efímero y lo perdurable como
componentes de prácticas de gobierno, el fluir de las circunstancias esta
aparejado de inmovilidad para producir cambios. El desafío es determinar para
evaluar todas las necesidades para preparar proyectos decisorios que
revolucionen el desatino al que estamos sometidos.
El ritmo de la historia lo modificamos con el esfuerzo
general, pues el compromiso constitucional es trabajar socialmente por fuera de
los desastres politiqueros y de los políticos que han sembrado ineficiencia con
sus carencias de objetivos. El país no puede seguir a la sombra de amenazas, de
falta de honestidad, de falta de gestión política y social y de voluntad de
gobernantes.
Los cambios de paradigmas no se hacen con emociones y
proclamas con creaciones de movimientos sociales. Se siguen perdurando las
anquilosadas ideologías que solo producen patologías dominantes. Lo efímero o
lo perdurable dentro del esquema que nos sostiene, lo que hace es generar
violencia y corrupción para seguir alimentado la codicia y la sed insaciable de
poder. La nación viene padeciendo las pandemias de los administradores que no
ofrecen retos ni compromisos, solo vocifera sin sentido para que perdure lo
perdurable y a veces lo efímero cuando conviene.
Los tiempos de elecciones son precisos para que aparezcan
aduladores y disque salvadores de la problemática nacional presentando efímeras
alternativas. Fugaces emociones primarias que caducan al culminar el proceso de
votación. El gobernar está en la calle,
donde se desarrollan los procesos sociales, donde se realiza el diario vivir,
donde se conciben las premisas para la gestión social, donde el gobernante y el
político de viva voz debe escuchar al pueblo con sus sentires humanos.
La vida es efímera, como casi todo lo que rodea al ser
humano... Es efímera la fama, el dinero, la salud, las pasiones, las emociones,
las ideas, el desarrollo, todos los impulsos que determinan alternativas, las
realidades sociales y lo que está en íntima relación a la adherencia humana.
Ante cada situación todo desaparece y vuelve y así perdura lo efímero cambiando
en el espacio y el tiempo.
Políticos y gobernantes son efímeros como la vida misma,
solo que algunos se atornillan para la perdurabilidad. Ningún político o
gobernante han sido de la esfera democrática, solo que han hecho uso de sus
artimañas... Ellos, son producto de reciclajes, de procedencia de viejos
movimientos, de uniones de gamonales y terratenientes, de oportunismos
partidistas o nepotismos y así se van perfilando al envejecimiento en el tiempo
y el espacio con finitud implacable.
Son los politiqueros
unos oportunistas efímeros que transitan haciendo perversos actos contra la
sociedad, empujándola a la incertidumbre, pero al final caen en sus propias
redes- Una anécdota romana dice que a los emperadores se les recordaban que
ellos eran humanos.... Los políticos y
gobernantes nunca son modestos y su poder como la vida es efímero, aunque
quieran ser perdurables, cuales dioses del Olimpo. Que buena enseñanza nos dejó
Bolívar cuando expreso en cierta ocasión. Prefiero.... el título de
ciudadano...
Aprendemos dentro de lo efímero y perdurable, cuando
aprendemos a comprender las necesidades humanas. Aprendemos cuando perdemos lo
que hemos tenido, cuando estamos abajo, después de habernos encumbrado en el
poder y en las opulencias y no las hemos sabido llevar con humildad y
justicia. Existe siempre el peligro de
caer en los extremos, en la rigidez o lo flexible. Por ello debemos siempre
permanecer en el ser por el ser, para ser- no por apariencias.
En Colombia ante tantas confrontaciones generados por las
intransigencias humanas, por deseos de ruptura, por envidias, codicias y
orgullos, vivimos el efecto mariposa donde se cruzan situaciones efímeras y
perdurables que no se han sabido controlar. Mirando por el retrovisor, estos
sucesos de muchas causas como el proceso de paz, son fiel copia de lo que
otrora, la altivez malsana de próceres republicanos quiso imponer.
La patria siempre ha estado por debajo de las ambiciones de
los partidos sin objetivos, de los politiqueros de siempre, que solo buscan su
propia gloria, cual cesares de la decadencia que en su momento Vargas Vila los
denuncio y que hoy se alzan también cuales duques con su imperio dictatorial y
los esbirros senadores de unos partidos que cada día se hacen líquidos. Debemos
estar atentos al paso del tiempo para aprovechar los vaivenes, sabiendo
analizar, decidir cada instante, de cada hecho, pues lo efímero nos puede hacer
perder oportunidades.
Todos sabemos o creemos saber que el sistema tiene montada
desde la creación republicana estructuras para que operen acordes y puedan
perdurar estables por todos los tiempos. El sistema que perdura, nefasto, sigue
siendo elegido con estrategias y estereotipos engañosos para confundir la
sociedad, con entropías vinculantes que emulan un desconcierto de fugaces
sensaciones. La era flamante de los
discursos tóxicos ha perdido sentido, mientras la sociedad vive el desconsuelo
pues no cree en sinfonías salvadoras de ideologías trasnochadas.
Lo efímero ha llevado a que la nada es la razón, es la toma
de conciencia, mientras el pueblo busca hacerse oír, participar para hallar
alternativas. La efimeridad invade las esferas sociales atrayendo con delirio
para llenar los espacios de mentiras seduciendo con fervor frívolo. La
comunidad ante lo diluyente politiquero cada día pierde el interés de la cosa
pública pues fluye la indiferencia hacia las políticas de estado, hacia toda
gestión pública.
En esencia, nada y efimeridad decepcionan llevando todo el
curso social a una era del vacío. Al decir del pensador Guilles Lepovetsky,
moda y efimeridad es propio de la cultura. - mundo que se identifica con un
ideal, dentro de una sociedad individualista, consumista, impávida, llena de
apatía. Esta cultura efímera absorbe los vínculos sociales, manipula la
opinión, corrompe los debates, deforma la democracia.
En lo efímero y en lo perdurable, si existe la verdad, hay
esencia de bien común y estabilidad social. Si la verdad se omite, nada fluye
para la comunidad. Hay siempre necesidad de cambio, sin talar el orden
institucional, sembrando principios de armonía, de solidaridad y servicio. Lo
efímero y lo perdurable se expone para la esencia social. Quienes se apartan de
estas directrices son lo irracionales que se creen humanos.
Hoy estamos viviendo disque la revolución del 4.0 y los
emprendimientos, efimeridades que alzan sus vuelos no porque si, sino para el
desarrollo de todos, no de unas parcelas especiales. Hay que construir país con
hechos no con fugaces deseos expresados en una torre de babel. Cada etapa
cronológica del hombre es fugaz, por lo tanto, debe aprovecharse en su máxima
expresión para que produzca los efectos de una verdadera evolución. Noticias
efímeras están en el ambiente por parte de las redes sociales, sin que sus
resultados tengan efectos de progreso, de paz y armonía. Sus efectos mariposas
están ocasionando rupturas y desastres sociales
La duda en todo flamea con apoyo de una impunidad
irreverente que lleva al traste a la justicia. Se alza el poder perverso mostrando
su imperio ante quien se le oponga. Ilegitimidad democrática invade el entorno
irrigando todos los terrenos humanos con el dominio político. Lo efímero,
emotivo y ligero bloquea cual flujo que inunda los espacios sociales.
Nada es absoluto, de allí
que el relativismo haga parte propio de la convivencia del hombre, que debe ser
mirado con la sabia prudencia. Se llega a la verdad con la verdad, ante lo
efímero nada es definitivo, es un eterno aprendizaje como lo son los cambios,
como la revolución misma que busca desplazar lo que perjudica el bien vivir. El
hombre debe aprender a vivir entre lo efímero y lo perdurable y dentro de esas
premisas vencerá todos los obstáculos pensando siempre en favor de los que
sufren, con ética y verdad olvidándose de la patria boba que nos sigue
acosando,
marsblawyer@gmail.com
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