miércoles, 6 de noviembre de 2019

América Latino caribeña: territorio en rebelión e insurgencia



Por Juan Martorano:
En el artículo antecedente a este, escribíamos y realizábamos un análisis acerca de los comicios que se celebran hoy en Argentina y Uruguay, ergo realizábamos unas últimas apreciaciones sobre las elecciones generales en Bolivia y el Golpe de Estado en pleno desarrollo contra Evo Morales. Entendiendo que este es un proceso mucho más complejo y que trasciende lo meramente electoral.


Ahí vemos el volcán social que hizo erupción en Ecuador, donde el traidor de Lenin Moreno incrementó los combustibles y eliminó los subsidios de los más humildes, para enriquecer aún más a la burguesía ecuatoriana. Esto motivó que transportistas, indígenas y diferentes movimientos políticos y sociales tuvieran durante varios días movilizaciones y protestas, que motivaron a que Moreno tuviera que huir hacia los predios de sus nuevos amos: a Guayaquil, ante la avalancha de pueblo que amenazaba con tomar el Palacio de Carondelet (sede de la Presidencia de la República de Ecuador).

Indudablemente la CIA hizo su trabajo, y logró una mesa de “negociación”, donde logró sentar a los indígenas, y las protestas se “aplacaron”. No obstante, recientemente tuvimos la información de que tales movimientos indígenas volvieron a levantarse de la mesa y cerrar el diálogo con el actual gobierno ecuatoriano, por lo que se estima la reactivación del conflicto con éste.

Lo que sucede, es harto conocido por muchos de nosotros y nosotras: El lockout informativo por parte de los medios hegemónicos es de tal magnitud, que no manejamos la información de primera mano de lo que ocurre en el hermano país de Ecuador.

Asimismo, está Haití, con un gobierno de derecha como el de Joven el Moisés, que lleva un poco más de mes y medio sumido en manifestaciones y todas clases de protestas. Esto debido a que el actual mandatario no está en capacidad de impulsar las reformas que permitan resolver los problemas del país, por lo que la población manifestante le está solicitando su inmediata renuncia y abandono inmediato del poder.

Igualmente, en Honduras, manifestantes han salido a las calles a solicitar la renuncia de su actual mandatario, Juan Orlando Hernández, motivado a que éste durante su campaña a la reelección en su país, habría recibido un millón de dólares nada más y nada menos que del narcotraficante mexicano, Joaquín “El Chapo” Guzmán. Asimismo, su hermano apareció implicado y fue condenado por un tribunal federal en EEUU por sus implicaciones con las mafias del narcotráfico.

Y ni hablar de las protestas en Brasil, Colombia, Perú y Paraguay. Precisamente por el drama social y las políticas que promueven sus gobiernos en contra de los sectores más desposeídos de la población en esos países. Pero los gobiernos de estos países, a los fines de ocultar su drama social y distraer la atención de sus graves problemas internos, atacan a la República Bolivariana de Venezuela.

Quise dejar de último el caso de Chile con Sebastián Piñera, por ser el país más desigual del continente.
La Crisis en Chile de 2019, “Primavera de Chile” o “Santiagazo” nos estamos refiriendo a la serie de manifestaciones y disturbios iniciados desde el 14 de octubre de 2019 en la capital de ese país (Santiago) y propagado a principales ciudades del país como Valparaíso y Concepción. El detonante fue el alza en la tarifa del sistema público de transporte que entró en vigor el 6 de octubre de 2019. Centenares de estudiantes se organizaron para realizar actos de “evasión masiva” en el Metro de Santiago. Con el transcurrir de los días, el número de evasores aumentó y comenzaron a registrarse incidentes dentro de las estaciones del ferrocarril subterráneo. El 18 de octubre la situación se agravó cuando progresivamente fueron cesando las operaciones de toda la red subterránea por el enfrentamiento de la multitud con carabineros, lo cual llevó al ministro del interior de ese país, Andrés Chadwick, a interponer querellas por delitos contemplados por la Ley de Seguridad de Estado contra quienes hubieren cometido daños, saqueos e incendios.

El presidente Piñera declaró estado de emergencia y un toque de queda, el 19 de octubre de 2019 (medidas que se mantienen en completa vigencia hasta el momento en que escribimos estas líneas). El 25 de octubre, se procedió a la convocatoria a una marcha masiva bajo la denominación “La marcha más grande de Chile”, a realizarse en el sector Plaza Baquedano. Tal llamado tuvo una asistencia, de acuerdo a las informaciones que nos llegan, de 1.200.000 personas, siendo (si no la más grande) una de las más grandes convocatorias realizadas durante el período de transición a la democracia y solo comparadas con las manifestaciones del “No”, tras el plebiscito convocado por Pinochet en 1988. En esa misma tarde, se realizó una movilización similar en Valparaíso y Viña del Mar con asistencia de no menos de 90.000 personas. También durante ese día se realizaron movilizaciones masivas en otras ciudades de Chile como Rancagua, Coquimbo, Concepción, Arica, Punta Arenas, entre otras.

Importante es de destacar, que pese a todo ello, no creemos que Sebastián Piñera renuncie a su mandato, debido a que las Fuerzas Armadas en Chile son el principal pivote del sistema aún imperante. Además, que la constitución pinochetista, que pese a la “entrega” de este de la presidencia en 1990, tiene 29 años de vigencia y sus sucesores han mostrado poca voluntad política de realizar las reformas que el propio pueblo chileno demanda. Sobre todo, aquellos más vulnerables de la población que habita ese país austral.

Sin embargo, estas manifestaciones pudieran herir de muerte el sistema político imperante en Chile, y que los sectores progresistas y de izquierda puedan irse preparando de cara a los comicios a celebrarse en ese país dentro de un par de años en ese país. Y un primer termómetro serán las elecciones municipales y regionales a celebrarse en noviembre de 2020 en ese país.

Por ello, mal puede imputársele a Nicolás Maduro, Raúl Castro, Miguel Díaz Canel o a Diosdado Cabello la erupción del volcán social que el Caribe y Suramérica. Esa erupción se debe a la imposición de las medidas neoliberales que los gobiernos de esos países han querido imponer a sus pueblos.

Y así también hemos visto la convulsión social en Cataluña, en la propia España aún regida por un sistema anacrónico como una monarquía, y donde este pueblo nuevamente lucha por su reclamación histórica a su autonomía e independencia. Realmente el mundo está sufriendo un terremoto y desea un cambio en sus políticas y en la forma como ha venido siendo dirigido por los poderes hegemónicos hasta ahora.

Por ello, la América Latino caribeña, y el mundo en general, podemos decir, sin temor a equivocarnos, que lo que viene ocurriendo en nuestra Patria Grande es erigirse en un territorio de rebelión e insurgencia contra los Tratados de Bretton Woods y las políticas neoliberales que pretenden hambrear a nuestros pueblos.
¡Alerta, Alerta! ¡Alerta que camina! ¡La Espada de Bolívar por América Latina!

¡Leales Siempre! ¡Traidores Nunca!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
jmartoranoster@gmail.com

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