Por Mariano Sierra:
Una forma fallida de construir país y de convivir en
sociedad
Se destaca que los avestruces generan unas técnicas
especiales que para ellas tienen gran significación para su naturaleza en su
mundo animal. Pero resulta que los animales y la naturaleza toda nos
proporcionan valiosas aplicaciones y leyes para el orden humano. Y en especial
en el campo político permite establecer unas reflexiones orientadoras,
significantes traídas de ese reino universal y cósmico con su sabiduría, con
sus procesos supra inalcanzable para nuestro entender limitado.
La tendencia nos enseña como la relación animal-naturaleza -
hombre siempre está presente en nuestra vida humana. La tendencia se refiere a
como en la política y en la sociedad estas tendencias de la naturaleza nos
enseñan el comportar de ese mundo sabio, humilde, justo donde las desigualdades
no tienen cabida, solo amor y servicio.
Esto quiere decir como los humanos accedemos a ese mundo del cual
pareciera sabemos tan poco y nos adentramos a él para fungir situaciones del
diario proceder. Muy contrario a su realidad natural-
El hombre pertenece a ese mundo biomaterial donde se mueven
dimensiones interdisciplinarias que nos enseña cómo movernos en la biosociedad,
en la biopolítica, en el biopoder, en la bióvida y en todas las Bis conque nos
relacionamos en el diario vivir. El acoplamiento del hombre a los sistemas hace
de la naturaleza y del hombre mismo, elementos de cambio donde muchas son las
oportunidades que encontramos para el bien común, para la justa administración
de todo gobierno.
Un alto en el camino emerge para discernir acerca de que el
hombre con su comportar deicida racional e irracional según convenga hacia la
naturaleza la lleva a la muerte con todos sus sintientes. El poder humano, es
el poder para destruir la vida, para controvertir sus actos humanos en actos de
muerte cuyos despropósitos legitiman el ataque a la naturaleza. La naturaleza
nos reporta un comportamiento lógico, de equilibrio e igualdad, de
transformación permanente para el bien común y el objetivo terrenal y cósmico.
El hombre no ha entendido los procesos de paz, pues solo lo identifican
parcialmente.
Sociedad y estado hacen acopio del avestruz, pero buscando esconder
la problemática para darle un giro aparente a la realidad cuyos favorecidos
serán los que ostentan los distintos poderes. Con estos procederes se busca
formar mecanismos de defensa para no enfrentar las circunstancias de estado,
haciendo oídos sordos, agachando la cabeza y replegarse en sendos discursos
retóricos.
Para gobernantes y políticos nunca hay fracasos, solo
vaivenes del común. Pero una cosa es cierta. La democracia ya no asume su papel
de representatividad. De allí la política del avestruz...se ciernen sobre ella
y allí conviven. Negar la realidad es la
consigna de gobiernos y políticos del avestruz. Por ello su emblemática actitud
es esconder con mentiras, con entropías y con engaños. Muchos no asoman la
cabeza pues siempre están reflejando insinceridad, les falta valor civil para
ponerle la cara al pueblo o si lo hacen es escondiendo su verdadero rostro,
pues son maestros del camuflaje
Si queremos que nuestra vida trascienda, debemos darle
cabida al campo de la naturaleza llevando un dialogo de saberes que aviven el
pensamiento para comprendernos y comprender la madre naturaleza en el
desarrollo que allí se generan con todos los seres sintientes que marcan
conductas racionales para que el hombre reviva la creación y su aporte a la
vida humana, pues somos un solo conjunto que se interrelaciona.
Al desconocer negativamente el hombre su enlace con la
naturaleza aplicando la política del avestruz se da de contera la pérdida de
identidad, no hay reconocimiento pleno ante el retroceso del sistema universal
de vida. Vida humana, vida animal y vida natural se complementan para ejercer
un gobierno universal y la constitución así lo contempla.
La política del avestruz es el emblema de nuestro sistema.
Desde el pasado seguimos viviendo los fantasmas del colonialismo con un
republicanismo radical y una ideología de miseria con disfraz moderno, pero por
ello no deja de ser funesto. Cambian los nombres, pero las familias y las
elites siguen aplicando los mismos procedimientos neoliberales. La política del
avestruz fluye en la deshonra y la censura por la carencia de argumentos,
política que se nutre con las contradicciones de siempre, pues es esquiva a la
conciencia para desarrollar planes sociales, para crear proyecciones como para
vivir la decadencia ética y moral.
El mundo político de la política del avestruz vive encerrado
en sí mismo. No levanta la cabeza, rehúye a las confrontaciones poniendo la
violencia policiva al frente para detener los mecanismos con los cuales el
pueblo manifiesta su malestar social. La política del avestruz es la política
de una ficción de estado, pues para todo el engranaje estatal no existen
problemas. Esta política es típica en
desmentir situaciones políticas y sociales llevada a cabo por todo tipo de
funcionarios, militares, ministros, congresistas, gobernantes de todos los
niveles, lo cual hacen de la manera más cínica y descarada. Desmentir y engañar
está en línea con incumplir los programas de gobierno.
La política del avestruz es propia de los regímenes de
ficción, sin argumentos con mecanismos simplistas como fomentar reuniones y
comisiones cada que sucede un evento o fluyan hechos especiales que implican
gestiones eficientes y efectivas. A la luz de los mecanismos simplistas y
dilatorios hay un desplazamiento humano lleno de intenciones, nada más. Todo
transcurre en tertulias para culminar en nada, pues nada es culminar en nombrar
más comisiones hasta que el problema se olvida sin solución alguna.
La política del avestruz es la política de no hay problemas.
La política del avestruz actúa con engaños y mentiras para descalificar las
realidades, haciendo que los problemas trasciendan, haciendo más gravosa la
situación para el país, es la política de la ruptura con los hechos haciendo
visible la rebelión de las masas. Ante la desesperanza dominante del hombre con
sus instituciones y su voraz e incontrolable tecnología se contrapone un
gobierno natural que siempre nos orienta con su ejemplo para recuperar el orden
de la especie viviente, sintiente que este para ser transformada no destruida,
que esta para ser el edén de la paz y del bien común.
La política del avestruz. Ciega, sorda y simbólica, alejada
de la realidad, enemiga de la libertad de expresión. Aberración del mundo de la
palabra en acción golpea sin piedad el espacio y el tiempo, es un insulto a la
noticia orientadora y formadora, es la negación a los cambios sociales, es el
sinsentido de una justicia miope y el querer humanista, donde los índices
perforan los informes pues las estadísticas arrojan porcentajes sin
interpretación social ni económica en una maraña de mentiras.
Dentro del régimen de la política del avestruz se viven
intensamente las contradicciones. La contradicción es ese elemento conductual
que profana, que se llena de convicciones, que ofrece todo tipo de soluciones,
que prometen sin determinar ni fijar posiciones. La política del avestruz es
típica de sellar alianzas aun con sus más insignes contradictores. Esto es lo
llamado estar vendiendo el alma al diablo, el gen del poder diabólico que
también finge contiendas falsas. Revisando la historia desde el pasado
republicano se hizo alianza con los Estados Unidos contrario al Pensamiento de
Simón Bolívar. Hoy esa alianza está más firme que nunca, alianza que nos
gobierna que nos impide ser y obran con autonomía de republica libre.
En la política del avestruz fluyen los despilfarros en
gastos superfluos, se mueve el mercado de contratos sin control, se mueven los falsos
positivos, práctica común para demostrar gestión, se mueven la creación de
nuevos ministerios, de embajadas y cargos salidos de un desarrollo para
justificar planeación de políticas públicas. Y en esta feria de la gobernanza
no faltan los ascensos de héroes de la patria,
pero con procesos a bordo, no faltan los desconciertos en la gestión pública
que abren el abanico para que el desorden de la gobernanza sea la bandera de un
estado de derecho, para que retornen del pasado todos los vicios políticos y
militares recorriendo los escenarios con sus macabras acciones.
Hombre- vida y naturaleza son fuerzas prácticas en la
experiencia del proceso transformador y trascendentita para entender,
comprender y así construir una nueva conciencia humana.
marsblawyer@gmail.com
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