¿Habrá alguien que a estas alturas alguien piense que fue el
noble sentimiento de la solidaridad con el pueblo venezolano lo que impulsó a
la oposición organizar; por un lado, el concierto Live Aid Venezuela, ¿así como
por el otro que la ayuda recaudada sea íntegramente entregada a los
beneficiarios?
Y es que con todo el majadero y musicalizado melodrama que
se armó para convocar al concierto, en el que el multimillonario del mundo de
la música Richard Branson pretendía hacer que el mismo sirva de música de fondo
para invasión de los 5000 marinera yanquis que estaban parqueados en Panamá,
para reeditar lo que hace 30 añas atrás hicieron con Noriega, pero esta vez con
el sucesor de Chávez.
Lo cierto es que cuando no son sinceras las intenciones, y
además se usa como pretexto causas nobles como la ayuda solidaria, no tiene
sostenibilidad esa solapada solidaridad; o como en este caso que, ante el
fracaso de concretar el verdadero objetivo, termina degenerándose los buenos
deseos, como es el caso del desvío que debía tener la supuesta ayuda.
Ésta no es una acusación más de parte del chavismo, sino que
es de la propia boca de los artistas que participaron, como Madonna, Alejandro
Sanz, o como el mismo Branson y varios
otros más que se han dado cuenta que prácticamente fueron usados por una
oposición ávida por asaltar la Ayuda Humanitaria.
Es más, periodistas como Patricia Poleo han manifestado
sentirse “asqueada” por el manejo de esos recursos por parte de los
“Guaidocistas”, celebrando que sea la fiscalía colombiana la que se haga cargo
de las investigaciones del desvío de fondos de la ayuda. Y es que recién acaba
de saberse que el ex gobernador del estado de Zulia, Manuel Rosales se ha
apropiado de 213 millones de la ayuda humanitaria, así como la legisladora Gaby
Arellano se compró un departamento avaluado en 3 millones de dólares en Miami.
Del mismo modo los otros legisladores Rossana Barrera y Kevin Rojas, no
rindieron cuentas por el dinero manejado de la Ayuda Humanitaria.
La verdad es que tampoco no puede esperarse mucho
patriotismo y decencia de la derecha venezolana, si su intención
intervencionista está incitada por los EE.UU., que se ha apropiado de ¡30 mil
millones de dólares!, como acaba de eufemísticamente embolsillarse para
“proteger” el dinero de los venezolanos.
Así que es hora de entender que el enemigo no es el gobierno
de Maduro, sino los gánsteres como Guaidó y Trump y toda su tropa de
cleptómanos.
prudenprusiano@gmail.com
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