Por Eduardo Contreras:
Más de 2 horas tardó Sebastián Piñera en entregar la cuenta
anual de su gestión ante el Congreso Nacional chileno la noche del recién pasado
1° de junio. Ante parlamentarios, diplomáticos y un público mayoritariamente
ultraderechista intentó disfrazar su muy pobre gestión como presidente de
Chile, marcada por su estricta fidelidad al modelo neo liberal impuesto por
Pinochet. Es decir su puesta a la orden del gran empresariado nacional y
transnacional y su sometimiento en materia de política exterior a lo que
disponga el gobierno norteamericano.
En rigor era esperable el relato de Piñera dadas las
características del mandatario en cuanto a su inconsecuencia, su incapacidad y
su peculiar manera de ver la vida. Porque en verdad, ¿cómo es posible creerle,
por ejemplo, en lo que denomina su lucha contra la delincuencia, y en favor de
la trasparencia, honestidad conociendo su personal trayectoria?
A modo de ejemplo, recordemos el caso de la Estafa al Banco
de Talca del que Piñera fue Gerente General, situación aprovechada para
distraer fondos hacia empresas falsas, inexistentes, de propiedad de don
Sebastián. La situación del citado Banco que adeudaba a esas fechas varias
decenas de millones de dólares al Banco Central dio lugar a que el Liquidador
del Banco, Eugenio Silva, presentara una querella y solicitara arresto por este
fraude a los directivos Piñera, Calaf y Danioni.
Dictada la orden de detención en la causa rol N° 99.971 – 6
del Segundo Juzgado del Crimen de Santiago, a fines de agosto de 1982, Piñera
se fuga, desaparece. Interesante el acta de la Policía de Investigaciones del
27 de agosto de ese año en que constan las declaraciones de la entonces
consternada esposa del prófugo, hoy primera dama.
Mientras los ejecutivos bancarios Calaf y Danioni caían
presos, el hoy jefe de Estado en Chile, desde su escondite presentaba un
recurso de amparo el 3 de septiembre de ese año el que fué rechazado por la
Séptima sala de la Corte de Apelaciones de Santiago. Y es entonces que sucede
el “milagro”. Algo ocurre en tribunales y mientras Piñera sigue desaparecido,
la Corte Suprema, presidida por el ministro Rafael Retamal acoge el amparo en
favor del prófugo. ¿Cómo fue que pudo suceder esto que es contrario a todo
ordenamiento jurídico? La respuesta – hoy conocida por todo mundo - le dio doña
Mónica Madariaga, ex ministra de Justicia de Pinochet quien, años más tarde y
muy arrepentida, confesó que fue presionada por el dictador para hacer
gestiones ante Retamal y finalmente obtener el arbitrario perdonazo en favor
del personaje.
Pero es todavía peor. En efecto, como recordaba el año 2017
el conocido periodista Tomás Mosciatti
en Radio Bío Bío en un programa en que se entrevistaba también a Manuel José
Ossandón ( quien recordando estos hechos dijo que a “Piñera no lo encargaron
reo por lindo” ) sucede que por el hallazgo de documentos desclasificados de la
CIA norteamericana – profusamente difundidos en la prensa nacional de ese
tiempo - se supo que fue precisamente la
embajada norteamericana en Chile la que ocultó y ayudó en esos días a Sebastián
Piñera, cuyo padre, José Piñera Carvallo, habría sido, según esos mismos
documentos, colaborador de los servicios de inteligencia de los EEUU.
Hechos contundentes jamás desmentidos. Es más,
independientemente de su pública difusión todos ellos me fueron relatados hace
pocos años por la propia ex ministra Madariaga, la que había sido mi compañera
de curso en la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile.
Poco tiempo más tarde otro escándalo envolvería al
personaje: esta vez el conflicto con el empresario Ricardo Claro respecto del
negocio de las tarjetas de crédito.
A la luz de la historia concreta y sin hablar de sus
negocios actuales ni del episodio de sus hijos en el reciente viaje a China,
¿cómo entonces se puede tomar en serio en su discurso las referencias a la
honestidad, el buen manejo de los recursos públicos, la probidad, etc.…?
Otros temas, estrechamente vinculados al escándalo del Banco
de Talca, son la gratitud y vínculos de los Piñera con Pinochet. No hay espacio
para el olvido de aquel encendido discurso de don Sebastián cuando el dictador
estaba preso en Londres. Fue en una concentración ante muchas personas que
Piñera habló maravillas del genocida y exigió su inmediata libertad. Llegó a
afirmar que “el senador Pinochet se encontraba en Londres en actividades
oficiales “(¿?)
Entonces, ¿quién puede creerle cuando hoy llama “a combatir
el terrorismo y defender los derechos humanos”? Seamos claros: Piñera carece de
autoridad para hablar de diversos temas. Desde luego la corrupción, el
terrorismo, la violación de los derechos humanos, entre tantos.
Por las mismas razones, es decir su gratitud y obediencia al
gobierno de los EEUU y sus vínculos estrechos con la dictadura de Pinochet, es
un cruel sarcasmo que se haya permitido decir en su discurso que en Venezuela
hay “ una dictadura corrupta ” O que haya hablado de las carencias económicas
que enfrenta el país hermano olvidando que iguales o peores vivimos en el Chile
del presidente Allende y por la misma causa : el boicot de Washington con el
apoyo de la derecha criolla. Es decir, los mismos culpables.
La razón es obvia, cumplir los mandados de la Casa Blanca y
el Pentágono. Por eso en la actividad estaba entre el público la señora que la
derecha chilena llama “embajadora” del presidente “encargado”.
Total, desconocimiento de la Constitución venezolana; si se
dieran el trabajo de leerla no seguirían hablando tonteras. ¿No sería tal vez
mejor que se preocupara de lo que sucede en la embajada chilena en Caracas y de
los desmanes de sus actuales ocupantes?
Un mínimo de respeto a las chilenas y chilenos debiera
llevar a don Sebastián a un discreto silencio. No es aceptable que siga al pie
de la letra lo que se disponga en los EEUU. Pero, en fin, sus acompañantes en
el gobierno no son diferentes. Por ejemplo, no dejaba de ser curioso que cuando
el personaje mencionaba el tema de la defensa de los derechos humanos le
aplaudiera entre otros uno de sus ministros que fuera asiduo visitante de
Colonia Dignidad en aquellos años del terror.
A la luz del discurso del sábado, razón tiene su gobierno cuando
intenta disminuir sensiblemente el estudio de la Historia. No le conviene a la
derecha que las jóvenes generaciones conozcan toda la verdad.
En fin, esta es la derecha chilena. Por supuesto anunció
trenes, caminos, etc… Y, como es obvio, nada de ello hará el Estado. Ya se
licitará para que ganen las empresas privadas, especialmente las extranjeras.
Con la cobardía propia de la derecha, un desconocido
diputado de gobierno y un penoso personaje de apellido Moreira, a la salida del
acto en el Congreso se permitieron hablar en contra del embajador de la
República Bolivariana de Venezuela en Chile.
Una gran ausencia en la palabrería de Piñera. Ni una sílaba
acerca de la urgente necesidad de una Nueva Constitución para Chile. Los
ordenamientos jurídicos no son su fuerte, bien sabemos. Pero es que además al
mandatario y a la Derecha les acomoda muy bien la actual Constitución fabricada
entre 4 paredes por unos pocos asesores de Pinochet.
Una vergüenza para un país supuestamente democrático, pero
que se rige por las normas impuestas por la más sangrienta de las dictaduras.
La cuenta de Piñera no es otra cosa que el fiel retrato de la realidad que se
vive.
eduardocontreras2@gmail.com
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