Por Rolando Prudencio Briancon:
¿Cuál es la fuerza mayor que ha logrado que Bachelet tenga
una versión diferente a la que en un inicio identificó que el origen, la causa,
el motivo del agravamiento de la crisis en Venezuela obedece a las sanciones
impuestas por los EE.UU., contra el gobierno bolivariano?
No creo que hay que ser muy avispado para concluir que esa
“fuerza mayor” provenga desde Washington para que varíe tan radicalmente; no
sólo su percepción sobre que las sanciones económicas son las que han
contribuido agravar la crisis. Y es que la razón por la que esa presión
provendría desde Washington, donde sobre la “mesa” donde todas opciones están
dadas, es que Trump desde su trono ha presionado para que Bachelet cambie su
informe.
Y es que era obvio que para nada a Washington le cayó bien
la inicial declaración de Bachelet, y que por si caso no hizo mención alguna
sobre el nudo gordiano del golpismo contra Venezuela, que no es sino el decreto
que declara: “Venezuela una amenaza para los EE.UU.”. Sobre éste desconcertante
decreto no ha dicho absolutamente nada, y que no es sino el salvoconducto para
la agresión de EE.UU., contra la patria del libertador, como ha sucedido el
pasado 23 de febrero en el puente Simón Bolívar.
Es más, a tal grado debe ser la presión que Bachelet ha
criticado la ley contra el odio, que no tiene otro objetivo que sancionar
durísimamente a quienes cometieron crímenes de odio, contra los chavistas a
quienes como le consta a Bachelet los quemaron vivos. Es por esa razón que para
nada Bachelet ha dirigido crítica alguna contra la Asamblea Legislativa, que
nunca propuso ley -teniendo el control absoluto de ésta instancia- alguna
contra estas crueles agresiones.
Y es que semejante cambio de percepción de Bachelet sobre
aquella inicial declaración sobre las causas para el agravamiento de la
situación en Venezuela, y que no toma siquiera en cuenta el decreto de Obama y
ratificado por Trump, imponiendo sanciones; es que ni por equivocación los
EE.UU., podía dejar pasar por alto aquella intolerable e inicial declaración de
Bachelet.
Este cuadro de repentina esquizofrenia que ha padecido
Bachelet, variando tan extrañamente su posición -ojo que ya no es una niña-
tiene una explicación, que no es otra que presión desde Washington.
prudenprusiano@gmail.com
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