Por Carlos Pérez Morales:
La sociedad panameña es una de las más injustas del mundo.
En ella existe una marcada desigualdad social y económica. Esta desigualdad se
evidencia por la existencia de poco más de cien familias que controlan más del
90% de las riquezas nacionales. El resto de la sociedad panameña tiene que
vivir con sólo el 10 % de la riqueza nacional. Los pueblos originarios y los
campesinos del país viven en condiciones paupérrimas. Existe en la nación una
gran exclusión en los procesos sociales.
Los millonarios en Panamá forman una oligarquía que controla
todos los poderes del estado para su propio beneficio. El poder judicial es uno corrupto y
dependiente del poder ejecutivo.
Lo que el panameño realmente necesita es una radical
transformación de las estructuras sociales, incluyendo las políticas y su
sistema económico. Ésto sólo puede lograrse a través de un proceso
revolucionario que implante en el país instituciones sociales que permitan la
igualdad y la inclusión de todos sus individuos. Las principales instituciones
que tienen que transformarse lo son, su sistema político y su organización
económica. El neoliberalismo implantado en el país por Estados Unidos luego de
la invasión militar de Estados Unidos en 1989, tiene que erradicarse del país.
Este liberalismo económico es el responsable de que cada año, los pobres se
hagan más pobres y los ricos más ricos.
Los ingresos recibidos por el paso de las naves por la vía interoceánica, deberán estar al servicio
de toda la sociedad y no de la clase oligárquica. Éste fue el deseo del General
Torrijos cuando se revertió el canal a Panamá.
La corrupción gubernamental deberá eliminarse por completo.
Las personas que incurran en este delito deberán ser procesadas y condenadas
con una fuerte pena y a la devolución del dinero robado al tesoro nacional.
Desgraciadamente la corrupción gubernamental parece ser parte del sistema
político actual y ser propio de nuestra cultura.
Los sistemas político, económico y judicial serán los
poderes encargados de eliminar las clases sociales.
El sistema judicial tiene que responder al poder popular y
debe ser una institución completamente independiente del ejecutivo y del
legislativo.
En cuanto al sistema educativo, el mismo tiene que ser
laico, gratuito y debe transformase en uno actualizado que responda a las
necesidades de la nación. El mismo sólo podrá ser dirigido por un educador
profesional. Como uno de sus objetivos enfatizará en la enseñanza de las
ciencias, la tecnología, la cultura y la verdadera historia nacional. Su misión
estará fundamentada en la ideología que guiará nuestro proceso revolucionario.
Es necesario el crecimiento y desarrollo de una educación
liberadora. La misma tiene que estar enfocada al cumplimiento de nuestros
valores. Se garantizará el acceso de todo ciudadano a la enseñanza superior. La
misma deberá ofrecerse, incluyendo el grado académico, en todas las
universidades del país y en aquellas nuevas que se creen.
Se garantizará la libertad de culto.
Los principios aquí esbozados estarán incluidos y
garantizados en una nueva constitución.
Analista Geopolítico
carlosperezmorales@hotmail.com
En cualquier tipo de comentario, periódico, noticias, siempre sale a relucir la maldad y la herencia maléfica de los Estados Unidos. Es el monstruo que se traga todo lo bueno de cualquier parte de este planeta, ellos sí que son desvergonzados, cínicos, rateros, golpeadores, cobardes, genocidas, abusivos, racistas, malévolos, esclavistas, la peor miasma de este mundo y del sistema planetario. ¿POR QUÉ SEGUIR RESPETÁNDOLO?
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