Por Marco Teruggi:
Los anuncios de la Casa Blanca sobre el congelamiento de
activos y fondos de Pdvsa fueron un nuevo paso en la estrategia golpista. Los
próximos ya fueron anunciados: protestas el miércoles, movilización el sábado,
el reconocimiento formal de Guaidó de parte de la Unión Europea y la reunión
del Grupo de Lima el 4 de febrero.
Desde Caracas
Asistimos a un encadenamiento de pasos, una serie de
secuencias que parecen cumplirse una tras otra según un orden. La génesis se
sitúa en la ruptura de la mesa de diálogo en República Dominicana a principios
del 2017, a partir de la cual la estrategia contra el chavismo descartó la vía
electoral, y tiene su nuevo paso en los anuncios dados el lunes por la noche en
la Casa Blanca. Lo que sucedió entre punto y punto es conocido, lo que está por
venir puede ser -en parte y de manera aproximativa- anticipado. Al menos en el
papel.
La primera conclusión es que no improvisan. Ni cuando
eligieron a Juan Guaidó como nuevo héroe a ser construido en redes sociales, ni
al iniciar la primera fase de violencia interna en los barrios populares del 21
al 24, ni la autojuramentación, ni la reunión en la Organización de Estados
Americanos el 24, en la Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, y en los
recientes anuncios de los golpes sobre la economía.
Resultó claro al ver a John Bolton, consejero de seguridad
nacional, y a Steven Mnuchin, secretario de tesoro, pararse ante cámaras en la
Casa Blanca para anunciar los nuevos asaltos a la economía venezolana.
Declararon que congelarán siete mil millones de dólares de la petrolera Pdvsa
en Estados Unidos (EEUU), y que el dinero de las compras que se realicen en
Citgo, filial de Pdvsa en EEUU, irán a cuentas bloqueadas. Es decir que
realizarán un robo. Guaidó, casi en simultaneidad, anunció que designará una
nueva comitiva en Citgo. La cadena de mando es vertical: el autonombrado
presidente acata.
Los nuevos ataques sobre la economía estaban previstos. La
diferencia con los que se dieron en años anteriores es la cantidad de cámaras,
la magnitud de lo que implican, el cuadro de asalto en el que se desarrollan.
Una suma de los últimos números brindados de manera pública da: 23 mil millones
de dólares de daños, según reportó el canciller venezolano Jorge Arreaza, 1.2
mil millones de oro venezolano retenidos en Gran Bretaña, 7 mil millones sobre
Pdvsa, y 11 mil millones que se generarán a partir de estos nuevos ataques,
según Bolton.
En ese encadenamiento de pasos se enmarcan los cuatro
próximos ya anunciados: las acciones de calle el día miércoles, la movilización
el sábado, la declaración ya formal por parte de la Unión Europea y Gran
Bretaña del reconocimiento de Guaidó, y la reunión del Grupo de Lima el 4 de
febrero. Se trata de los pasos públicos, los internacionales para avanzar en la
conformación del cuadro, los nacionales -al parecer- para ganar tiempo hasta
nueva activación de actos violentos de diferentes tipos combinados con las
movilizaciones semipúblicas -ningún medio que sospechen afín al gobierno puede
ingresar.
No significa que cada paso sea de triunfo dentro de la
estrategia en marcha. Siempre es necesario preguntarse cómo medir victorias y
derrotas dentro de varios planes en simultáneo. Por ejemplo: ¿no haber logrado
mayoría en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas es una derrota? ¿O
sabían que no lo lograría y el objetivo era la reunión en sí, articulada con la
conformación de todos los actores que los EEUU necesitan para dar los próximos
pasos económico, políticos y armados? ¿Están dispuestos a avanzar aún con los
desacuerdos de gobiernos como Rusia y China, con las nuevas situaciones creadas
como, por ejemplo, el impacto de los anuncios sobre Citgo donde Rusia tiene
casi la mitad de las acciones?
La hipótesis indica que avanzarán en otros niveles.
“Nosotros los estamos esperando, estamos esperando a los violentos, los
mercenarios, y a quienes pretendan meterse en Venezuela”, afirmó Vladimir
Padrino López, ministro de Defensa. Lo dijo luego de describir el escenario en
curso: “Esto es un asedio, un libreto, estuvimos viendo el formato que se
aplicó en Libia y vemos los mismos actos progresivos que se han generado con la
República Bolivariana de Venezuela”.
La “ayuda humanitaria” parece un punto central dentro de ese
plan que avanza como campanadas. Guaidó y diferentes voceros de la derecha
afirman que harán ingresar al país la ayuda, aunque no han dado detalles de
cómo. Sería, dicen, el punto de inflexión en caso de que la Fuerza Armada
Nacional Bolivariana se niegue a dejarla pasar. ¿En qué territorio piensan
montar el escenario con las cámaras, diplomáticos y organismos por delante, y
los paramilitares/bandas criminales en las sombras? ¿Será a través de la
frontera colombiana?
Es necesario caracterizar los actores locales e
internacionales, en el primer caso los factores de derecha apéndices de los
EEUU como es el partido Voluntad Popular al cual pertenece Guaidó, vinculado a
la construcción de los escenarios de política criminal desde su nacimiento. En
el segundo caso quienes están al mando de la Operación Venezuela: Donald Trump,
John Bolton, Mike Pence, Mike Pompeo, Elliot Abrams, Marco Rubio, los vectores
del neoconservadurismo norteamericano vinculados a las tramas más oscuras de
las intervenciones declaradas o por debajo de la mesa en el mundo.
Describir el escenario, las posibles lógicas de las
secuencias, las preguntas acerca de los límites o no de la avanzada dirigida
desde los EEUU, puede esclarecer el tipo de enfrentamiento en el que se está.
El cuadro venezolano se ha desacoplado de los tiempos conocidos en los demás
países del continente, guarda relaciones con factores como el paramilitarismo
colombiano dentro de una estrategia que parece haber ingresado en claves
aplicadas en Medio Oriente. Equivocarse en el análisis puede conllevar errores
gruesos de apreciación.
La dimensión de lo inédito demanda actualizar las claves de
análisis. Estamos ante un escenario novedoso dentro de una situación mundial
inestable, de disputa, emergencias de potencias y manotazos norteamericanos
para recuperar un terreno que se le escapa. Venezuela es uno de los puntos
centrales que buscan tener bajo control y ceniza. El chavismo lo tiene claro,
pelea.
Fuente: Ensartaos
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