Por Jorge Hernández:
La función de gobernar que es lo mismo que Administrar o
dirigir un país mediante la promulgación y aplicación de normas y haciendo que
se cumplan, no es tarea fácil, exige esfuerzo, cuesta mucho trabajo, en el
plano físico e intelectual. Cuando un pueblo le transfiere el poder de gobernar
a un ciudadano, en realidad lo que espera es que este ciudadano cumpla las
expectativas, no solo de lo que él propuso para que lo apoyaran, sino las que
tiene el pueblo en su conjunto, que no son más que hacer un gobierno que
dignifique a toda aquella franja de la sociedad que por centurias ha estado
invisibilizada por otros gobernantes que recibieron ese favor del pueblo y
luego, una vez obtenido, lo han usado para favorecer a la clase más rica de esa
nación.
A Andrés Manuel López Obrador, el pueblo mexicano, en una
mayoría aplastante, le ha dado la autorización de gobernar y el mismo Andrés
Manuel le transmitió un mensaje a ese pueblo de que administrará el Estado con
transparencia, con atención prístina hacia los pobres y no bien se anunció
oficialmente el triunfo de AMLO, comenzó a tomar medidas que van impactando y
diferenciando su estilo frente a los gobiernos corruptos que han dominado a
México por casi 100 años.
Estas medidas que en forma metódica y segura que está
tomando el presidente electo, a la vez que generan respaldo a nivel del pueblo
llano, encuentran obstáculos de sectores conservadores, principalmente de los
expresidentes, representantes de toda una clase adinerada criolla y extranjera,
que han volcado toda su furia en contra de Andrés Manuel y el equipo que lo
acompaña.
¿Pero, por qué han desatado un alud de ataques de estos
señores y otros sectores de poder? No hay acción sin reacción, una ley física
de vieja data, y a la acción de favorecer al pueblo mexicano en su conjunto,
los neoliberales más atrasados de ese hermoso país, pero los más poderosos,
reaccionan con virulencia ya que, para favorecer a una población cuya pobreza
alcanza casi el 54%, lo mismo que una pobreza extrema bochornosa, es necesario
tocar intereses que estos señores, sin importar la forma que lo obtuvieron, van
a defender usando todo el poder económico, político y social que han acumulado
por años de ‘sacrificios’ en la detentación del poder, ya de forma directa o
por otros medios no muy claros.
Ahora bien, los estudiosos saben que a través de la historia
se conocen, gracias al aporte en las Ciencias Sociales, de Carl Marx, que la
conformación de clases sociales, generan los antagonismos de una clase sobre la
otra. Al principio del comienzo de lo que se llama MODO DE PRODUCCION de una
época específica, la clase dominante, que siempre resulta ser la minoría,
impone sus leyes, cultura, aparato de dominación, como son los ejércitos, la
justicia, la religión y otros medios, que les permitan mantenerse en el poder
con medidas coercitivas, que ‘legalmente’ aducen para mantener a raya a todo un
pueblo. Todo ese conjunto de instrumentos para gobernar es lo que se llama la
SUPER ESTRUCTURA, misma que se va cohesionando cada día en favor de esa minoría
y empieza su decadencia cuando los explotados van adquiriendo conciencia de
quienes son y cuál es su papel en la sociedad.
Eso que estoy explicando ha sido así, con distintos matices
de acuerdo con la época, sea esta en las dinastías egipcias, la democracia
griega, el esclavismo romano, los señores feudales y los siervos de la gleba
del feudalismo y, actualmente, en el capitalismo, los obreros y las burguesías.
Pero resulta que, en la medida que transcurre el tiempo y la explotación de una
clase sobre la otra; repito, la minoritaria sobre la mayoritaria; éstas
últimas, por procesos sociológicos de masas que no vamos a explicar aquí, van
adquiriendo conciencia de la importancia de su papel en esa determinada
sociedad y en la medida que esa conciencia va madurando, los pueblos arrecian
sus luchas en contra del estatus quo establecido y llega el momento de
rompimiento de esa SUPER ESTRUCTURA. ¿Cómo sucede todo eso? Ello es tema de
otro artículo.
Lo que me interesa decirles a los mexicanos, a escasos tres
días de ponerle la banda presidencial a López Obrador, es que, por las razones
más arriba explicadas, se suscitará una lucha de clase, que en los primeros
tiempos será de bajo nivel, pero que irá en aumento en la medida en que AMLO
vaya tomando decisiones favorables a los sin voz, excluidos por el sistema
capitalista, marginados y abandonados a su suerte. Cada vez serán mayores las
trabas de componentes internos y externos, de suerte que AMLO no lleve a cabo
su programa progresista a favor de las grandes mayorías.
De ese proceso, siempre que las fuerzas más conscientes con
Andrés Manuel a la cabeza, avanzará su mentalidad, de verse como personas para
servirles a un patrón, a personas con ideas claras de su rol en la sociedad;
definirán su futuro apoyando cada vez más la obra de gobierno que el Pez
ejecute y ese solo hecho, con una dirección firme, consciente, del Movimiento
de Regeneración Nacional, los llevará por el sendero de lo que Andrés Manuel
está planteando, la democracia participativa, a lo que le agrego, lo de
protagónica e inclusiva.
Es, en fin, la organización del pueblo trabajador, del campo
y de la ciudad, lo que va a garantizar que el país, como un todo, progrese y
ese progreso se vea reflejado en la educación, la salud, el trabajo productivo,
la alimentación de los obreros, los campesinos, los originarios, las mujeres,
los jóvenes, los envejecientes, los explotados y ante tanta opresión y
explotación, por años sufrida por los más vulnerables de la sociedad mexicana
serán sujetos decisorios en el futuro de los Estados Unidos de México.
No soy un oráculo, quiero que el sexenio que inicia Obrador
el 1 de diciembre, sea ejemplo y modelo en la historia de México. Deseo que,
por lo menos, las condiciones de los más necesitados mejoren y aspiro a que el
pueblo llano y de a pie adquiera la suficiente conciencia para que malandros de
la talla de los que gobernaron, no vuelvan a destruir la esperanza de todo un
pueblo trabajador y sano; pero es mi deber decir lo que puede sobrevenir y es
el choque con los intereses de los que se creen dueños de México contra un
presidente electo por más de 30 millones de paisanos. Esa esperanza en un
porvenir de buenas nuevas, tiene que mantener su llama activa hasta lograr que
todos los hijos de esa Patria alcancen la inclusión total y entonces hablaremos
del México lindo, lleno de ilusiones y con un porvenir por delante cierto, el
México, en fin, del originario Cuahtémoc, de Hidalgo, de Zapata, Morelo y por
qué no, de Andrés Manuel López Obrador.
jorgehernandez4508@gmail.com
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