Por: Tony López R. (*):
El presidente electo de Brasil, el capitán Jair Bolsonaro al anunciar
la decisión de cancelar el convenio de Mais Médico, firmado entre los gobiernos de Brasil y Cuba, expresándose de forma despectiva, insultante
y cargada de un incompresible desprecio sobre los galenos cubanos, motivó la
respuesta del ministerio de Salud de Cuba, de dar por concluido dicho acuerdo y
orientar el regreso de sus médicos, especialistas, técnicos y enfermeras (os) a Cuba, porque la Dignidad de
nuestros embajadores de la salud no
puede admitir semejante conducta.
Con esta decisión el señor Bolsonaro provocará un severa crisis de salud a su
pueblo, porque en estos 5 años de cooperación solo en el tema de la salud,
20,000 mil médicos y técnicos de la salud cubanos atendieron a 113 millones,
359 mil pacientes en más de 3600
municipios, de ellos 700 tuvieron por primera vez atención médica,
porque los galenos brasileños no les era rentable irse a esos lejanos
municipios y el Gobierno no tenía como
solucionarlo. Fueron nuestros médicos los que asumieron esa humanitaria e
importante labor, la isla caribeña garantizo
el 100% de la atención médica en 1100 municipios, todos en el interior,
ninguno en las grandes ciudades o capitales estaduales.
Pero el capitán devenido Presidente, considera que
cancelando el Convenio Mais Médicos afectará al gobierno de Cuba, error grave del
señor capitán Bolsonaro, a quien
afectará muy seriamente es a su pueblo, que según datos del propio
ministerio de Salud de Brasil, 29 millones de sus conciudadanos se verán
desprotegido, cuando los cerca de 8,500 médicos regresen a la isla.. Mientras
que por otra parte la opinión pública debe conocer, que el Plan Mais Medico, no
representaba un beneficio financiero para el gobierno cubano, era un gesto
humanitario y un acuerdo entre la Organización Panamericana de la Salud, los
gobiernos de Cuba y Brasil. Por tanto su
demencial declaración de poner fin a la presencia médica Cubana en Brasil, no
es solo un ataque a la salud de su
pueblo, también agrede a la política de salud de la Organización Panamericana
de la Salud.
El capitán que
ocupará el sillón presidencial, al parecer desconoce que Cuba ha brindado
atención médica en 164 países desde hace
55 años, en la que han participado 407,419
médicos, especialistas y técnicos
de la salud, la calificación de los galenos es absolutamente de alta
calidad y conocimientos, avaladas por su
grandes éxitos en la medicina cubana y también
por la OMS y la OPS. En este año
2018 Cuba presta atención médica en 66 países, en América Latina, África y
Asia, en una buena parte de ellos, los más pobres absolutamente gratuita, y
donde tenemos destacados 36 000 mil colaboradores, de los cuales 18 000 mil son
médicos, un 43 % de ellos estaban
prestando sus servicios en Brasil, precisamente por la grave crisis humanitaria
y de salud que tenía y tiene ese hermano país.
La aberrante posición política de extrema derecha del electo
Presidente castrense lo ha llevado a asumir equivocadas posiciones, no solo
contra Cuba, también contra su pueblo donde se calcula que actualmente tiene un
14% de desempleo, eso significa que unos 15 millones de brasileños están sin
trabajo. La discriminación racial, de
género y sexual es la oscura sombra que tendrá que sufrir el pueblo
brasileño a partir del 1 de enero del 2019, cuando el capitán Balsonaro asuma
la presidencia de acuerdo a sus propias declaraciones. Mientras los
Movimientos Sociales entre ellos los Sin Tierra y Sin Techos, serán objetivos a combatir por su Gobierno, una
política absolutamente antidemocrática, pero propia de un aventajado
alumno de Donald Trump.
En el campo político y diplomático según él,
y una buena parte de quien lo rodea, entre ellos el jurista Sergio Moro,
se han declarado enemigo del Partido del Trabajo y han señalado que los exterminaran,
mientras que el hijo de Bolsonaro, le ha pedido a su padre que ilegalice al
Movimiento Sin Tierra y al Partido Comunista de Brasil. Todas estas posiciones
políticas demuestran que Brasil se encaminará en los próximos 4 años a un
gobierno dictatorial y que las botas castrenses pisotearán todo vestigio o
asomo de comportamiento democrático.
Lo que resulta incompresible en las declaraciones contra
Cuba del capitán Bolsonaro, es que la pequeña isla del caribe, ha mantenido
excelentes relaciones con los diversos gobiernos brasileños, sin distingo de
signos políticos e ideológicos, la cooperación en diversas áreas, no solo de la
salud, de la cultura, el deporte, la ciencia y la educación, además del
comercio, han marchado de manera positiva y sin interferencias por razones
políticas.
Lo único que explica esta conducta del elegido
capitán-presidente, resultan seguramente de su estrecha amistad con el senador
estadounidense el republicano Marcos
Rubio, conocido y activo enemigo de los gobiernos revolucionarios y
progresistas, de Venezuela, Nicaragua, Bolivia y Cuba, con este último
país, el encono del senador es
mayor. La agresividad contra el pueblo y
gobierno cubano, del señor Rubio tiene no solo un interés político, también
económico porque de los 40 millones que destina anualmente el Departamento de
Estado, a promover la subversión y oposición en Cuba, acciones de las que se encarga la mafia
cubana-americana radicada en Miami, y de la cual forma parte Marco Rubio
beneficiarios de esos millones de dólares que paga el contribuyente estadounidense.
Pero los lazos que el capitán Bolsonaro no puede romper y
que nadie podrá superar y negar son los lazos de amor, cariño y sentimiento
humanitario que ha sembrado en el pueblo brasileño nuestros médicos y
colaboradores, quienes ejercieron su profesión en los lugares más intrincados
del Brasil, lugares y regiones a donde ningún médico había llegado. Lo que
queda muy patente en el pueblo brasileño y en toda nuestra América Latina y
caribeña que los cubanos llevaron la atención médica a pacientes carentes de recursos
económicos, de extrema pobreza, en condiciones realmente complejas y donde
nunca acudió un profesional de la salud, y eso enaltece a nuestro pueblo y nuestros galenos.
La historia se encargara de colocar al capitán Bolsonaro en
las páginas más oscuras de su país al violar como mandatario, el más sagrado derecho que tiene el ser
humano, recibir atención médica gratuita, de calidad y en todas las escalas
sociales, pero especialmente en los sectores más empobrecidos del Brasil, los
que quedaran absolutamente desamparados y sin esperanza alguna.
(*) Periodista,
politólogo y analista internacional.
jorgarcia726@gmail.com
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