Por Carlos E. Lippo:
“Los métodos terroristas para derrocar al poder en el país
(Venezuela) son inaceptables”
Vladimir Putin, el 03 de octubre de 2018
Como es sabido por muchos, el venidero martes 06 de
noviembre habrán de celebrarse en los Estados Unidos lo que ellos llaman las
elecciones intermedias o de medio término, a partir de las cuales habrán de ser
renovadas parcialmente ambas cámaras del congreso y al mismo tiempo serán
electos algunos gobernadores de estado; siendo oportuno y necesario señalar que
es algo tan habitual que los gobiernos de turno ejecuten acciones más o menos
espectaculares destinadas a garantizarles resultados favorables en dichos
comicios, que los gringos que todo lo etiquetan, han bautizado este tipo de
acciones, que suelen ser fraudulentas y hasta ilegales, con el estúpido y
alcahuete nombre de “sorpresas de octubre” .
Según una encuesta del Washington Post y ABC publicada a
comienzos de septiembre, los demócratas cuentan con ventaja para esas
elecciones en las que buscan arrebatar la mayoría a los republicanos, dándose
por seguro que cuentan con posibilidades reales de recuperar el control de la
cámara baja, mientras que el senado se mantiene en disputa; tales pronósticos
son avalados por el conocido escritor Michael Snyder, fallido candidato
republicano a la cámara de representantes, quien ha señalado que si las elecciones
se hubiesen celebrado en las mismas fechas de la encuesta, "los Demócratas
controlarían casi seguramente la cámara de representantes y pudieran aún ganar
una mayoría en el senado" (1).
A juicio nuestro, los demócratas habrán de obtener la
mayoría en la cámara de representantes, con lo cual podrían dar inicio al
pretendido juicio político del presidente; pero aunque podrían también ganar el
senado, la mayoría obtenida en esa cámara probablemente habría de ser inferior
a los 2/3 (66,67%), requeridos para poder sancionarlo.
Es en medio de estos muy poco auspiciosos pronósticos que la
contraofensiva de Trump, quien busca movilizar a la base de sus seguidores del
WASP (Blancos Protestantes Anglosajones), llegó a niveles nunca vistos durante
una cena privada con 100 dirigentes y personalidades evangélicas cristianas en
la Casa Blanca, en la que advirtió sobre la inminencia de una guerra civil en
la nación en el caso de una derrota del partido republicano y de un triunfo del
Antifa (movimiento antifascista), organización política ubicada a la izquierda
del partido demócrata.
Leyendo entre líneas las frases exactas usadas por este
enajenado mental que habita en la Casa Blanca desde hace casi dos años puede
constatarse el miedo cerval que estaría sintiendo ante la probabilidad de ser
defenestrado por el nuevo congreso; ya que con la petulancia y falta de
escrúpulos que le son características, se atrevió a decir: "El nivel de
odio y cólera es absolutamente increíble en su potencia. Eso se debe en parte a
las cosas que he hecho por Ustedes, para mí y mi familia, y cómo las he hecho…
esta elección del 6 de noviembre es más que nada un referéndum, y no solamente
sobre mí, es un referéndum de su religión, es un referéndum sobre la libertad
de expresión y la Primera Enmienda. Si el Partido Republicano pierde, van a
pulverizar todo lo que hemos hecho, y lo harán rápido y en forma violenta, y
muy violenta. Existe violencia por doquier. Si Uds. ven al grupo Antifa y a
otros grupos del mismo género, son gente muy violenta" (1). Es por las
posibles implicaciones que frases como éstas entrañan al ser pronunciadas por
un jefe de estado, aunque éste no acostumbre hacer un “uso abusivo” de su
cordura mental, como es el caso, por lo que me he atrevido a decir que este mes
de octubre, durante el cual habrá de ser desarrollada la parte medular de la
campaña legislativa, será un mes crucial para los Estados Unidos.
Dado que en los Estados Unidos la confrontación militar con
un enemigo exterior ha sido desde siempre una fórmula capaz de concitar fuertes
apoyos internos, a causa del mal entendido patriotismo de sus grandes masas
populares de escasísima o ninguna formación ideológica, no tendría nada raro
que en esta oportunidad Trump optase por un enfrentamiento militar como
“fórmula salvadora” ante el previsible descalabro electoral del 06 de
noviembre.
Podría resultar nada fácil el descubrir cuál sería el
“enemigo seleccionado”, por ser tantos los países con los cuales Estados
Unidos, por obra de la administración Trump, se encuentra librando una guerra
no declarada, ejecutada fundamentalmente hasta ahora por medio de amenazas de
intervención militar, sanciones económicas, financieras y diplomáticas y
colosales campañas mediáticas de difamación y desprestigio, tales como Rusia,
China, Corea del Norte, Irán y Venezuela; así como países en los cuales ha
estado librando desde hace años una cruentísima guerra real, por medio de
gobiernos y organizaciones terroristas interpuestas, como en el caso de Siria y
Yemen. Sin embargo, con base en la neurosis que ha venido experimentando Trump
con Venezuela, casi desde el inicio de su gestión, suficientemente demostrada
en trabajos anteriores (2) y (3), me atrevo a señalar que será nuestro hermoso
país el blanco de una nueva “sorpresa de octubre”, un pronóstico en el cual
coincido con el demócrata Ralph Emanuel, exjefe de gabinete de la Casa Blanca
de Barack Obama y actual alcalde de Chicago (3), que desde luego no tengo el
más mínimo deseo de acertar. Es por ello que me he atrevido a señalar que octubre
2018 también será un mes crucial para nosotros en Venezuela.
Otros comentarios del antes citado Michael Snyder servirán
para poder evaluar con toda propiedad la extremadamente delicada situación
interna del imperio en el momento actual. Snyder juzga que: "Trump está en
lo cierto de que habrá probablemente violencia si los republicanos pierden,
pero habrá también probablemente violencia si los republicanos ganan. Porque en
cualquier caso, Antifa y otros grupos de la izquierda radical continuarán la
escalada de su retórica y violencia" cuando "muchos partidarios de
Trump han sido atacados en varias ciudades con frecuencia alarmante";
concluyendo con esta lapidaria frase que no hace más que augurar una más
temprana que tardía caída del imperio: "este país se está volviendo una
caldera de furia, y no va a tomar mucho tiempo para que explote el caos".
En resumen, ningún escenario creíble del 6 de noviembre
vislumbra estabilidad alguna para el imperio,
que habrá de oscilar entre el caos de una guerra civil y el inminente
inicio de su balcanización; a pesar de ello y tomando en consideración que la
decadencia del imperio romano duró tantos siglos que los historiadores aún no
se ponen de acuerdo en una estimación aceptable para todos, considero que no
debemos ni podemos bajar la guardia frente a él.
En ese ánimo de no bajar la guardia frente al imperio bajo
ningunas circunstancias debo decir con toda responsabilidad que en el caso de
que Trump diese la orden de intervenir militarmente sobre Venezuela en los próximos
días, lo haría utilizando como ejecutor interpuesto al ejército de Colombia,
que con toda seguridad actuaría articulando con las bandas paramilitares de la
frontera asociadas al narcotráfico y el contrabando de extracción, las cuales
están siendo severamente golpeadas por las recientes medidas de carácter
económico tomadas por el gobierno revolucionario.
En apoyo de la hipótesis anterior podríamos mencionar:
• Un
acuartelamiento de las Fuerza Aérea de Colombia, iniciado el pasado 26 de
septiembre (4), que pudiese haber sido ordenado en acatamiento a la
“sugerencia” del vicepresidente Pence, quien desde su cuenta Twitter había
acusado a Venezuela el día anterior, de ejecutar maniobras “intimidatorias” en
la frontera (5), presumiblemente a causa
unas exitosas maniobras militares conjuntas que realizara nuestra FANB
con unidades militares de Rusia, China y Cuba, a lo largo de la frontera, entre
los días 22 y 29 de septiembre (6).
• Un
acuartelamiento de todas las unidades militares del país, ordenado el lunes 1°
de octubre por el Comando General de las Fuerzas Militares de Colombia (6)
seguramente acicateado por el apoyo ofrecido por Pence en el twit antes
referido; siendo necesario y oportuno señalar que dicho acuartelamiento, que
nada bueno puede augurar, debe estar vigente aún puesto que no hemos podido
obtener en la red ninguna información sobre el hecho de que lo hayan levantado.
Sabido es que más allá de la antipatía que los sectores
oligárquicos de Colombia y parte de las capas medias pudieran sentir por la
Revolución Bolivariana, densos sectores poblacionales entre los cuales se
encuentran políticos, intelectuales y activistas sociales, han alzado la voz
para criticar acremente que su gobierno asuma una aventura militar de esta
naturaleza; sabido es también que su alto mando militar tiene que estar
consciente de que Venezuela sería un hueso extremadamente duro de roer para
ellos. Lo que ocurre es que Colombia es un país cuya soberanía ha sido
entregada totalmente al imperio por todos sus sucesivos gobiernos desde finales
del siglo pasado y por ello no puede negarse a satisfacer los deseos y
exigencias del amo imperial.
Simultáneamente con esta intervención a través de la
frontera occidental y tal como lo planteásemos en un trabajo anterior titulado
“Colombia y Guyana Habrán de ser las puntas de lanza de la intervención militar
del imperio en Venezuela” (7), habría de producirse a través de la frontera
oriental, en las cercanías del delta del Orinoco, una intervención de las
fuerzas estadounidenses, británicas y francesas, bajo el pretexto de un apoyo a
la débil nación guyanesa ante un supuesto ataque desde Venezuela.
Dicha intervención, que mediante una acción rápida pudiese
ponerles temporalmente en control de instalaciones tan estratégicas para el
país como lo son los complejos hidroeléctricos del Caroní, es algo que debe
haber sido contemplado en algunos de los encuentros de asesores militares
estadounidenses con miembros del ejército guyanés, que con la manida excusa del
combate contra el narcotráfico se efectúan con frecuencia en la base militar de
Camp Ayanganna, y en su ejecución pudiesen participar también efectivos de la
tristemente célebre Legión Extranjera de Francia acantonados en la base
aeroespacial francesa de Kourou (Guayana Francesa), tal como ya lo hicieron en
la intervención militar “humanitaria” de Haití.
Como lo que abunda no sobra queremos reiterar que a pesar de
haberlas formulado deseamos fervorosamente que tan terribles hipótesis no
lleguen nunca a materializarse, y por otra parte queremos manifestar nuestra
confianza en el efecto disuasivo que habrá de tener el apoyo militar que
estamos recibiendo de países amigos como Rusia, China y Cuba, puesto en
evidencia muy recientemente con las exitosas maniobras militares conjuntas ejecutadas
por más de 100.000 efectivos de los cuatro componentes de la FANB y de las
fuerzas armadas de dichos países, que ya mencionásemos en uno de los párrafos
precedentes.
No tengo duda alguna sobre que el alto mando militar del
imperio habrá de pensarlo más de dos veces antes de recomendar la ejecución de
una intervención militar en Venezuela, porque ¿cómo podrían hacerla sin
arriesgarse a crear en América un nuevo espacio de confrontación con Rusia y
China, adicional a los que ya tienen en diversos puntos del planeta, en
momentos en los cuales la hegemonía del imperio se encuentra en una franca
declinación? Mi única duda deriva del hecho de que su comandante en jefe ha dado
muestras de padecer de una neurosis extrema en contra de Venezuela y su
revolución.
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
(1)
https://mundo.sputniknews.com/firmas/201808311081639312-elecciones-de-noviembre-en-eeuu/
(2) http://celippor.blogspot.com/2018/07/lamuy-peligrosa-neurosis-de-trump-con.html
(3)
http://celippor.blogspot.com/2018/
(4)
http://www.elcolombiano.com/colombia/fuerza-aerea-colombiana-esta-en-acuartelamiento-de-primer-grado-IG9392785
(5)
http://www.cubadebate.cu/especiales/2018/10/01/guerra-en-venezuela-la-sorpresa-de-octubre/#.W7VuVvkpDIU
(6)
http://www.diariodecuba.com/cuba/1538534221_42205.html
(7)
http://celippor.blogspot.com/2018/09/colombia-y-guyana-habran-de-ser.html
celippor@gmail.com
Por su posición geoestrategica y sus ansiados recursos energéticos, naturales y materiales, Venezuela está en el ojo del huracán globalizado.Se requiere estar prevenidos particularmente en el mes de octubre y lo qu resta de este trimestre, ante el acecho y posibles ataques de las fuerzas militares de la oligarquía.
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