viernes, 12 de octubre de 2018

Jair Messías Bolsonaro, pastor del Dios dinero


Por Rubén Armendáriz:

Los movimientos evangélicos han aumentado su influencia en la política de América Latina. Aunque Brasil es el país con más católicos del mundo, los evangélicos ya representan casi un tercio de la población. Un 26% de los fieles pentecostales y neopentecostales le confiaron a Bolsonaro su voto y tras una intensa campaña de los principales líderes de las iglesias, la adhesión llegó al 46 por ciento.


"Bolsonaro es quien mejor defiende nuestras banderas" contra el aborto y la llamada "ideología de género", la defensa de la familia tradicional y de las "buenas costumbres", dijo Josimar da Silva, presidente del Consejo de Pastores Evangélicos de Brasilia.

Un 40 por ciento de los católicos del mundo están concentrados en América Latina, pero las iglesias evangélicas, que se reconocen como protestantes, atraen cada vez más fieles en el área. En 2017, un estudio sobre la religión en la región realizado por la consultora Latino barómetro estimaba que casi uno de cada cinco latinoamericanos (19 por ciento) era protestante, con picos de 41 y 39 por ciento en Guatemala y Honduras.

En Brasil, la influyente Iglesia Universal del Reino de Dios, fundada en 1977 por dos cuñados (Edir Macedo y Romildo Ribeiro Soares), con seis mil templos en todo el extenso país, convocó abiertamente a respaldar en la elección al excapitán del ejército Jair Bolsonaro, un nostálgico de la dictadura (1964-1989) y puso a su disposición el oligopolio mediático de la Red Record para imponer su candidatura en el imaginario colectivo

Las políticas del Vaticano pre Francisco y los escándalos de pedofilia que afectan a la iglesia católica, conducen a que cada vez más personas se acerquen a los movimientos evangélicos.

El fenómeno no es nuevo en Latinoamérica: las recientes elecciones en Chile, Costa Rica, Colombia, Guatemala y la del domingo en Brasil revelan una polarización creciente del electorado y un giro político a la derecha. Incluso en México, el centroizquierdista Andrés Manuel López Obrador se alió con un pequeño partido conservador, fundado por un pastor pentecostal, para asegurar su triunfo.

En Brasil el crecimiento de los pentecostales (una de las corrientes de los evangélicos) ha sido tan fuerte que este país tiene hoy la mayor población pentecostal del planeta, por encima incluso de Estados Unidos.

William Beltrán, especialista en religión y profesor en la Universidad Nacional de Colombia señala que "Las iglesias evangélicas han logrado responder mejor a las necesidades de las nuevas generaciones de latinoamericanos, especialmente en contextos de un cambio social acelerado, caracterizado por una urbanización y una globalización acelerada".

Todos estos procesos han dejado a grandes sectores de la población excluidos, o con muy escasas oportunidades, mientras las temáticas preferidas de los evangélicos están cada vez más presentes en el debate público.

"Los pastores evangélicos intervienen mucho más en la vida cotidiana de sus fieles y no tienen problema alguno de llamar a votar por alguien", destaca Gaspard Estrada, especialista de América Latina en el Instituto de Estudios Políticos (Sciences Po) de París. Los escándalos de corrupción, la carencia de liderazgos y la falta de crecimiento económico han llevado a que haya "una radicalización del electorado que es conducido hacia los extremos y los candidatos alternativos", dice.

"Esta afirmación del voto evangélico y conservador es una reacción al avance del voto feminista y de la sociedad civil", considera Estrada. Las iglesias evangélicas han logrado constituirse en un nuevo actor político cuyo papel y poder debe considerarse cada vez que se plantea la lucha electoral.

Bolsonaro, católico formal, aunque evangélico por conveniencia política, hasta tiene un segundo nombre bíblico: Mesías. Su religiosidad a medida rindió sus frutos. En mayo de 2016, el pastor y líder del Partido Social Cristiano (PSC) Everaldo

Rebelión
franckgaudichaud@yahoo.es

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