Por Thierry Meyssan:
Siete años después del inicio de la guerra contra Siria, a
través de grupos yihadistas, los partidarios de la destrucción de este país
árabe pretenden reactivar el conflicto a pesar de la indiscutible derrota que
ya han sufrido en el terreno, donde la población –después de un momento de
vacilación– optó masivamente por respaldar la República Árabe Siria. Este
intento de reanudar la guerra, como partiendo de cero, sólo tendría sentido si
el objetivo ya no fuese el mismo.
En enero de 2018 en Washington, bajo la presidencia del
estadounidense David Satterfield, el «Pequeño Grupo» (Small Group) buscaba
reactivar el proyecto Rumsfeld-Cebrowski de destrucción de los Estados y
sociedades en los países del Medio Oriente en general y, en particular, en
Siria. El Pequeño Grupo se componía inicialmente de Arabia Saudita, Estados
Unidos, Francia, Jordania y Reino Unido –dándose por sentado que los países
árabes miembros no serían destruidos a corto plazo.
Secreto en el momento de su creación, el Pequeño Grupo se ha
convertido poco a poco en una entidad pública a la que se integraron Alemania y
Egipto. Al parecer se hizo también más razonable y ahora da la impresión de
estar buscando una salida honorable a la crisis. Incluso ha entrado en contacto
con el Grupo de Astaná (Irán, Rusia y Turquía).
Pero el Reino Unido ha reactivado el proyecto contra Siria
con la preparación de una operación bajo bandera falsa en la zona de Kfar Zita.
Para realizar esa nueva provocación, varios especialistas de la firma Olive han
sido enviados al terreno y cierta cantidad de armas químicas han llegado a la
provincia siria de Idlib mientras que los White Helmets (Cascos Blancos)
secuestraban 44 niños, que el MI6 británico piensa sacrificar para atribuir sus
muertes a un «ataque químico» del Ejército Árabe Sirio contra los «rebeldes».
El MI6 ya tenía organizada la divulgación de esta nueva
intoxicación mediante el «testimonio» que ofrecería Hala [la niña de 6 años
cuya foto acompaña este trabajo]. Para eso creó, el 29 de julio, una cuenta en
Twitter a nombre de Hala, cuenta a la que se suscribieron de inmediato unos 30
medios de prensa, en espera de la señal de inicio de la Operación «Eyes on
Idlib». Entre esos medios de propaganda aparecen la BBC [1], Radio Free
Europe/Radio Liberty [2], BuzzFeed y The Huffington Post [3], que participan
todos, de manera activa y consciente, en la propaganda de guerra británica.
Simultáneamente, el Pentágono ha desplegado en el Golfo
Pérsico el destructor USS The Sullivans (DDG-68), con 56 misiles crucero a bordo,
y ha enviado a la base aérea de Al-Udeid, en Qatar, un bombardero estratégico
B1-B, armado con 24 misiles crucero aire-tierra AGM-158 JASSM.
Está demostrada la responsabilidad de la primer ministro
británica Theresa May en las acciones del MI6. Pero no se sabe quién ordenó el
despliegue militar estadounidense.
Marchando –como siempre– tras los pasos de Londres, el
presidente francés Emmanuel Macron teorizó la semana pasada sobre la
reanudación de la guerra contra Siria ante los embajadores franceses reunidos
en su encuentro anual en París. Ignorando la decisión del pueblo sirio, que
eligió a su actual presidente acudiendo masivamente a las urnas en 2014, el
presidente francés Macron hizo una declaración especialmente hipócrita en la
que en realidad propone decidir en lugar de los sirios: «Respetemos la soberanía
de Siria. Pero respetémosla verdaderamente, permitiendo al pueblo expresarse y
encarnarla.» [4]
Los autores del plan destinado a justificar una nueva
agresión occidental contra Siria saben perfectamente que, ante el pueblo sirio,
ya perdieron la guerra. Lo que quieren ahora es provocar un enfrentamiento con
Rusia, que se convertiría rápidamente en una guerra mundial.
Siria y Rusia reaccionaron sin demora, denunciando los
hechos, o sea todos los preparativos de la provocación. Rusia ha enviado además
importantes cantidades de material militar al puerto sirio de Tartús, en el
portacontenedores Sparta-3. Moscú ha reforzado también su presencia naval
frente a la costa de Siria –10 navíos de guerra y 2 submarinos rusos– y ha
iniciado en la zona una gran maniobra aeronaval en la que participan 25 barcos
de guerra y unos 30 aviones.
Extremadamente inquieto, el Departamento de Estado
estadounidense acaba de enviar el embajador James Jeffrey a calmar los ánimos
en los países de la región. Jeffrey visitará Israel, Jordania y Turquía en
compañía del coronel de la inteligencia militar Joel Rayburn, adjunto del
asistente del secretario de Estado a cargo del Medio Oriente, David
Satterfield. Los dos enviados estadounidenses deben asegurar a sus
interlocutores que Washington no se prepara para bombardear Siria bajo un nuevo
pretexto fabricado.
Pero si los interlocutores regionales de la delegación
estadounidense reúnen el coraje necesario, tendrán que solicitar algunas
precisiones. Por ejemplo, ¿el asistente del secretario de Estado a cargo del
Medio Oriente –David Satterfield– está aplicando la nueva política del
presidente Donald Trump o en realidad prosigue la política de George Bush hijo
y de Barack Obama?
Y tendrían que hacer también una pregunta que puede parecer
todavía más extraña. La posición de Londres es claramente anti-rusa y la de la
Casa Blanca evidentemente pro estadounidense. Pero, ¿cuál es exactamente la
línea del Pentágono? [5]
[1] La BBC es el órgano público de difusión del Reino Unido.
[2] Radio Free Europe/Radio Liberty es una radio pública
creada por la CIA en tiempos de la guerra fría y financiada por el Congreso de
Estados Unidos.
[3] Tanto BuzzFeed como el Huffington Post fueron creados
por el empresario estadounidense Jonah Peretti. Ambos medios siguen actualmente
una misma línea editorial violentamente anti-Trump y anti-rusa.
[4] «Discours d’Emmanuel Macron à la Conference del
ambassadeurs et des ambassadrices», Réseau Voltaire, 27 de agosto de 2018.
[5] El presidente Trump está tratando de adaptar la política
estadounidense a los intereses de su país. Sus predecesores –George W. Bush y
Barack Obama– estaban en realidad al servicio de la finanza transnacional y
destruyeron conscientemente la economía de su propio país. Nota del Autor.
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