El pueblo kurdo de Siria afianza su proyecto confederal en
medio de la guerra contra el terrorismo y haciendo equilibrio entre las
potencias internacionales y regionales.
En la guerra de nunca acabar que hace siete años azota a
Siria, el pueblo kurdo pudo desarrollar una propuesta política, social y
económica que tiene grandes diferencias con las opciones más visibles. Estas
opciones -que se tensan y enfrentan en el territorio sirio- son el
mantenimiento del status quo del actual gobierno, liderado por Bashar Al Assad
y el partido Baaz, o el desmembramiento del país a través de un sinfín de
grupos terroristas, en un panorama similar a lo que sucede actualmente en
Libia, donde existen dos gobiernos y cientos de organizaciones irregulares
(incluido el Estado Islámico) que se disputan las regiones más importantes de
la nación del norte de África.
Desde el norte de Siria (Rojava), los pueblos que habitan
ese extenso territorio confluyeron a partir de 2012 en una organización
política, social y económica que intenta superar la estructura estatal
construida durante décadas por el gobierno del clan Al Assad, como también
derrotar a los grupos terroristas en diferentes regiones del país e ir creando,
al mismo tiempo, nuevos espacios de autoadministración y autodefensa.
Las Fuerzas Democráticas de Siria (FDS) como brazo armado y
el Consejo Democrático Sirio (MSD, por sus siglas originales) y el Movimiento
por la Sociedad Democrática (TEV-DEM) como principales organización de
autogobierno y toma de decisiones, son las partes más visibles de la Federación
Democrática del Norte de Siria (FDSN), el territorio autónomo que incluye a
kurdos, árabes, asirios, turcomanos, armenios, musulmanes, cristianos y
yezidíes, entre otros.
Los kurdos aseguran que en Siria se desarrolla la Tercera
Guerra Mundial y, aunque pueda sonar exagerado, es real que las principales
potencias mundiales y regionales están en el terreno, en el cual no sólo
dirimen cuestiones militares sino que se disputan el control de Medio Oriente,
una región rica en recursos naturales, ubicada en un punto geoestratégico.
Estados Unidos, Rusia, Irán, Turquía, Israel, Arabia Saudí, Francia y Gran
Bretaña dejan ver que en Siria sus posiciones muchas veces se enfrentan, pero
en otras oportunidades se alinean bajo un pragmatismo sin fisuras. Los pueblos
del norte de Siria, encabezados por los dos millones de kurdos que siempre
vivieron en el territorio con sus derechos totalmente negados, atraviesan las
tormentas políticas y la destrucción militar por una fina línea de equilibrio,
con la premisa de defender su proyecto de país, en el cual la democracia plena
y la convivencia son pilares fundamentales.
Destrucción y resistencia
El Estado turco es uno de los poderes que mayor incidencia
(e injerencia) tiene en Siria. Están por demás de comprobadas las estrechas
relaciones entre el gobierno del presidente Recep Tayyip Erdogan con diversos
grupos terroristas, incluido el Estado Islámico (ISIS). En estos años, Erdogan
no ocultó su objetivo de derrocar a Al Assad y, sobre todo después de 2012,
exterminar a los kurdos de Siria y el proceso revolucionario que encabezan.
Cuando las Unidades de Protección del Pueblo y de las
Mujeres (YPG/YPJ, autodefensas kurdas) comenzaron a liberar de terroristas a
Rojava, la administración turca puso a disposición de ISIS y de otro grupos
-muchos de ellos vinculados a Al Qaeda-, la logística y los armamentos
necesarios para iniciar la ocupación de territorio. La zona que va de Jarablus
a Al Bab fue la primera que el ejército turco, en alianza con los terroristas,
arrancó al territorio kurdo de Siria, pese a las denuncias realizadas por este
hecho. A principio de año, Erdogan ordenó la ocupación de Afrin, el cantón
kurdo que junto a Kobane y Cizire conforman la administración autónoma kurda.
Aunque existe una alianza táctica entre las fuerzas kurdas y
la Coalición Internacional, encabezada por Estados Unidos, y Washington mantenga
apostados en diferentes zonas del norte de Siria unos dos mil soldados, desde
la Casa Blanca –y también desde Moscú, que controlaba el espacio aéreo de
Afrin- le dieron vía libre a Erdogan para bombardear durante dos meses y luego
ingresar a sangre y fuego.
El resultado es que la zona más pacífica de Siria, que había
recibido a 500 mil desplazados internos, ahora es una tierra de nadie, en donde
los grupos terroristas saquean los hogares, secuestran a los pobladores –por
los que piden rescates de entre 3000 y 5000 dólares-, islamizan a la fuerza a
los habitantes que se quedaron y son responsables del éxodo de al menos 150 mil
civiles, que tuvieron que trasladarse a Shehba, en el norte de Alepo, y
refugiarse en campos de refugiados precarios y en los cuales no ingresa la
ayuda humanitaria internacional.
Desde que comenzó la ocupación turca en Afrin, el gobierno
de Erdogan no tuvo todas las de ganar. Las YPG/YPJ ultimaron a más de 2500
soldados turcos y terroristas luego de que anunciaran la guerra de guerrillas
como táctica en el marco de la Operación “Resistencia de la Era”. Aunque el
golpe más duro para Ankara es que la FDNS continúa afianzando su poder
organizacional y aumentando el respaldo de los pobladores de la región.
Diálogos Rojava-Damasco
En julio pasado, el MSD mantuvo reuniones oficiales con
funcionarios del gobierno sirio, por lo cual se abrió un canal de diálogo que
hasta ahora no había existido. La administración de Damasco sabe que las
YPG/YPJ y las FDS, que controlan entre el 30 y 35 por ciento del territorio
sirio, son efectivas en la lucha contra los grupos terroristas. El gobierno de
Al Assad tiene claro también que entre los principales peligros se encuentra
Turquía, que por todos los medios quiere ver caer a la administración siria.
Por su parte, el MSD –en representación de la Federación Democrática- con estas
conversaciones intenta una profunda reforma constitucional, que amplíe los
derechos democráticos y culturales en Siria, y permita la institucionalización
de la autonomía de hecho que ya existe en el norte del país.
En un comunicado posterior a la reunión, el Consejo
Democrático Sirio explicó que la delegación encabezada por Îlham Ehmed,
co-presidenta del MSD, consideró las conversaciones “como un paso importante
hacia una solución política a la guerra”. Los asistentes a la reunión,
efectuada en la ciudad de Dirbesiye, enfatizaron que “todas las fuerzas y
partidos políticos están de acuerdo en que se debe de buscar una solución
política a la guerra en Siria”. Desde el MSD además propusieron “fortalecer las
negociaciones para la elaboración de una hoja de ruta hacia una Siria
democrática y descentralizada”.
A principios de agosto, Kemal Akif, portavoz del Comité de
Relaciones Diplomáticas del TEV-DEM, indicó que en esa primera reunión las
partes acordaron formar comités que tienen la tarea de “redactar una hoja de
ruta”. Akif recordó que “el problema kurdo es un problema en el que MSD está
trabajando como parte de la solución de los problemas de los pueblos sirios.
Creemos que las negociaciones que deberían tener lugar con el régimen serían de
interés para todos los sectores”.
A mediados de agosto, el MSD mantuvo otra reunión con
Damasco para avanzar en diferentes puntos, entre ellos el restablecimiento de
algunos servicios cortados en el norte de Siria. Riad Darar, co-presidente del
Consejo Democrático, declaró al diario Al Watan que la reunión “se centró en el
autogobierno local, las posibilidades para participar en ello y la futura
visión de la descentralización” del país.
Saleh Muslim, titular de Relaciones Internacional de la
FDNS, explicó a su vez que en los encuentros con el gobierno “hubo bastantes
discusiones técnicas y se hizo un trabajo conjunto”, pero las reuniones “no
tuvieron lugar en cooperación con las instituciones del régimen”.
¿Jaque mate en Idlib?
Desde hace semanas se anunció una operación masiva para
liberar la provincia de Idlib, en el noroeste de Siria, en la que se recluyeron
los principales grupos terroristas -como Hayat Tahrir Al Sham, Jahbat Al
Vatania Lil Tahrir, Ahrar Al Sham o Fath Al Sham-, muchos de ellos vinculados a
Al Qaeda y que cuentan con al menos 30 mil combatientes.
Desde Moscú, Damasco y Teherán declararon su intensión
concreta de encabezar un operativo militar que derrote a las fuerzas irregulares,
mientras que Turquía y Estados Unidos (más allá de las “diferencias” de sus
presidentes) presionaron para que lo que todavía denominan “oposición” no sufra
bajas masivas. En el medio, los civiles -que rondan los tres millones- se
encuentran en pleno fuego cruzado. La aviación rusa y siria ya realizó varios
bombardeos y los terroristas mantienen una férrea política represiva.
En los últimos días, Rusia y Turquía llegaron a un acuerdo
luego de tensas reuniones por las cuales la operación militar masiva por ahora
quedó suspendida. Además, estipularon la creación de una zona desmilitarizada
de hasta 20 kilómetros de ancho que dividirá las posiciones de las tropas
sirias y los grupos terroristas.
Idlib, al ser fronteriza con el territorio kurdo de Siria y
con Turquía, se presenta como un problema para las autoridades de la FDNS, ya
que conocen al pie de la letra los objetivos de Ankara: desplegar toda su
logística para trasladar a los terroristas hacia Afrin, como lo hizo desde
zonas como Guta Oriental y Deraa.
Ante este panorama se especuló que las fuerzas de
autodefensa de las FDNS –teniendo en cuenta las conversaciones con Damasco-
podían participar en la ofensiva sobre Idlib. El 17 de septiembre pasado, el
portavoz de las YPG, Nuri Mahmud, declaró que “ante la posibilidad de una
campaña militar en la ciudad de Idlib y sus alrededores, algunos medios de
comunicación han hablado de la participación de nuestras fuerzas en la misma”.
“Este tipo de alegaciones son meras especulaciones y están muy alejadas de la
realidad”, aseveró.
Mahmud agregó que como YPG y YPJ “aseguramos a la gente que
nuestras fuerzas continúan su dura lucha contra la organización terrorista ISIS
y que estamos decididas a eliminarla del noreste de Siria”. El portavoz explicó
que “continuamos con nuestra legítima lucha contra el ejército turco invasor
que ha declarado su presencia en Afrin como lícita y contra la organización
terrorista ISIS, apoyada por el Estado turco”. Las palabras de Mahmud se
conocieron luego de que el ministro de Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu,
apuntara la posibilidad de que las YPG/YPJ participaran en la operación en
Idlib.
Saleh Muslim, portavoz TEV-DEM, alertó el miércoles que las
negociaciones entre Rusia y Turquía “solo fueron suficientes para reunir a las
milicias de diferentes partes de Siria en Idlib”. “El debate sobre una gran
ofensiva en Idlib –aseguró Muslim- no fue más que material de propaganda en los
medios. Este fue un intento de engañar al público de Siria. No hay el más
mínimo cambio en la cuestión de Idlib. En ese sentido, Irán y el gobierno sirio
deben resolver este problema antes de que se convierta en un callejón sin
salida”. Muslim denunció que la “mayoría de los mercenarios reunidos en Idlib
eran extranjeros y fueron llevados a la región por la agencia de inteligencia
turca (MIT).
“Durante su conversación con Putin, Erdogan declaró
abiertamente que quería atacar el norte de Siria. A cambio del apoyo de Rusia
en una nueva ocupación de Manbij, Turquía se ofreció a resolver el problema en
Idlib. Sin embargo, Rusia rechazó esta propuesta porque Manbij no está bajo
control ruso”, advirtió Muslim.
Mientras las presiones y tensiones se cruzan en Idlib, las
Fuerzas Democráticas de Siria lanzaron la última etapa de sus operaciones para
liberar la provincia de Deir Ezzor. Las FDS ya controlan la mitad de ese
territorio, en el cual le dieron golpes mortales al Estado Islámico. Con la
Operación “Tormenta de Cizire”, las FDS lograron liberar decenas de pueblos y
aldeas y trasladar a sus habitantes a zonas seguras.
leandroalbani@gmail.com
0 comentarios:
Publicar un comentario