Por Eduardo Andrade Bone:
El bipolar y circense mandatario estadounidense, Donald Trump,
vuelve una vez más a la carga con nuevas sanciones contra China. El anuncio de
nuevos aranceles sobre importaciones chinas por 200.000 millones de dólares
forma parte de la agresión económica comercial, no solo contra China, también
replica en la Unión Europea, Rusia y también a los países con economías
emergentes.
Las medidas sancionadoras del gobierno de Trump, tienen a
una buena parte del mundo, en el desconcierto, la incertidumbre y la toma de
distancia de la gestión presidencial de Trump, el cual ante su guerra comercial
desatada, busca no perder su influencia y hegemonía en la esfera de los
económico comercial, lo que además se torna un tanto peligroso, pues no sería
raro, que las medidas de Trump con respecto al resto del mundo, en su escalada nos
podría conducir a una eventual guerra nuclear, de incalculables consecuencia a
escala global.
En este sentido cabe recordar que la primera y segunda
guerra mundial, fueron desastres bélicos entre los diversos intereses
geopolítico-capitalistas, en donde primaron los chauvinismos, los nacionalismos
y el proteccionismo en lo económico comercial.
La prepotencia y agresividad de Trump, es de tal envergadura
que incluso amenazo a China, al decir que, si este país toma medidas de
venganza contra nuestros agricultores o contra otras industrias, vamos a seguir
inmediatamente con la fase tres, con aranceles en aproximadamente 267.000
millones de dólares de importaciones adicionales”, afirmo el bipolar
mandatario. Lo que agrava aún más esta guerra comercial, donde parece ya no
existir espacio para la distensión y la negociación en materia económico
comercial.
Con estas medidas el mandatario estadounidense, busca
presentarse ante el mundo una vez más, como una blanca paloma, como un a
víctima, y que todos los males que padece Estados Unidos se deben a sus socios
más cercanos, como la Unión Europea, China, Rusia y las llamadas economías
emergentes del sudeste asiático, la India, Turquía, Irán y otros países.
Al Sr. Trump le cuesta digerir y entender que en el mundo
está naciendo una nueva configuración geopolítica internacional, en donde los
EE.UU. ya no tiene "la sartén por el mango", en donde muchos países
buscan alinearse con aquellas naciones con las cuales pueden llegar a acuerdos
bilaterales o multilaterales que sean de mutuo beneficio, en donde todos ganen
y no solo para el que busca imponer sus propios criterios en el plano económico
comercial.
También al mandatario estadounidense le cuesta aceptar que
los problemas que padece EE.UU. se deben a la mala gestión de sus prácticas
económicas y comerciales, de los gobiernos anteriores a su actual gestión. Pues
las reglas internacionales en estas materias siempre han estado claras y los
países actúan de acuerdo a lo ya acordado, de allí que es una gran falacia que
los responsables de la salud de la economía estadounidense se encuentren fuera
del país.
Lo cierto es que el Sr. Trump está dispuesto a acusar al
resto del mundo, de cualquier cosa con el objeto de mantener la supremacía de
Estados Unidos, ante el resto del mundo, pues dentro de sus exabruptos verbales
siempre están las palabras sanciones, amenazas o castigos fulminantes a los
países que no se sometan a sus dictados. De allí las amenazas con aplicar
tarifas punitivas contra todo país que no juegue limpio en el comercio con
Estados Unidos. “Si los países no hacen tratos justos con nosotros, serán
‘tarifados"”, ha expresado el mandatario estadounidense.
De allí que no es raro, que China decida responder en los
mismos términos que lo hace el bipolar mandatario estadounidense, empujando al
país asiático a una serie de contramedidas. Al respecto el portavoz del
ministerio chino de Relaciones Exteriores, Geng Shuang, manifestó que “si
Estados Unidos adopta nuevas medidas sobre derechos aduaneros, China tomará medidas
de represalia para defender sus derechos e intereses legítimos”. Para luego
agregar que "China no aceptará las acciones unilaterales de EE.UU. y el
proteccionismo comercial", o sea el sancionador, sancionado por el gigante
asiático. De allí que todos los intentos por frenar a China, vía sanciones
económicas, están destinadas al más completo fracaso.
Co respecto a las medidas contra China de parte de Estados
Unidos, la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, refiriéndose a las
nuevas sanciones al país asiático expresaba que "las guerras comerciales
no son buenas y resulta imposible ganar en ellas, esa agudización es muy
incómoda, pero no apoyamos los métodos que se utilizan", afirmo la
funcionaria de la UE en una rueda de prensa.
Mientras tanto crecen las presiones contra los aranceles en
Washington y las declaraciones de Trump han dejado a los candidatos
republicanos en una posición incómoda frente a los comicios de medio mandato de
noviembre, que se anuncian reñidos, en donde incluso Trump se juega su
permanencia en el gobierno, pues si los demócratas logran controlar el Congreso
y se posicionan de una mejor situación
en el Senado, los demócratas la tendrían más fácil para desatar un
procesos de destitución de Trump del poder, de allí las amenazas de una
presunta guerra civil en su país. Cuestión que está ligada a los presuntos
éxitos de la guerra comercial de Trump.
También cabe destacar que semana pasada, más de 80 grupos de
presión del sector agrícola, industrial, tecnológico, de los servicios y de la
distribución anunciaron el lanzamiento de una amplia campaña en contra de la
política proteccionista de Trump. En donde además la tendencia es la protesta
gradual de diversos sectores empresariales, que ya comienzan a sentir las
consecuencias de las medidas proteccionistas de Trump.
Incluso el Banco Central estadounidense manifestó la semana
pasada que la guerra comercial desatada por Trump está preocupando y
presionando a las empresas estadounidenses, las que estarían repensando hacer
nuevas inversiones, pues estiman que en el futuro inmediato es muy incierto
bajo la gestión presidencial de Donald Trump poder hacer nuevos negocios.
Las nuevas sanciones o aranceles de EEUU a las importaciones
chinas afectarán el 2,5% del comercio mundial, de acuerdo a un reporte reciente
del banco holandés ING, el cual señala que “estas tarifas influirán en el 2,5%
del volumen mundial de comercio, y si EEUU continúa castigando con estos
aranceles a China, la cifra crecerá hasta el 4%", indica el informe, lo
cual tendrá ecos negativos para el conjunto de la economía mundial.
Lo cierto es que las medidas proteccionistas del gobierno de
Trump y su guerra comercial con el resto del mundo, se están transformando en
una espiral que puede conducir al mundo a una crisis económica internacional de
imprevisibles consecuencias y que ponga en peligro la poca estabilidad mundial
que va quedando a escala global.
Comunicador Social
Analista Político
Corresponsal de Prensa
Agencia Indoamericana
de Prensa
aindoamericanap@gmail.com
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