miércoles, 26 de septiembre de 2018

El capitalismo neoliberal apuesta a la guerra


Por Diego Olivera Evia:
La sociedad humana en una crisis de valores

En este nuevo trabajo no parece importante, analizar la realidad del modelo capitalista en su fase superior, que va desde la guerra económica, al uso de la guerra como concepción global, aplicando a las naciones del mundo invasiones armadas y terrorismo, a través de grupos creados en Europa, financiados y armados por EEUU, el Sionismo militar de Israel, además de países satélites.

Que ahora aplican los mandatos, del presidente bipolar e incoherente Donald Trump, que aplica sanciones y amenazas a todas las naciones del mundo, no solo a los que considera enemigos, sino a sus propios “aliados”, a las mismas sanciones a las economías, aplicando aranceles a la producción las exportaciones de la Unión Europea, lo que ha creado un dictadura de los Estados Unidos, para controlar los mercados al capricho, de un magnate si un ápice de la política.

La realidad de la propuesta de Trump, de realizar un modelo proteccionista al estilo de la primeras décadas del siglo XX, fue el embuste más artero a las mismas empresas de EEUU, al prometerle a los trabajadores de cuello blanco, de la principales fábricas de automotrices y de la industria liviana una salida a la crisis, creo una falsa expectativa al crecimiento de la economía, dando trabajo a los obreros de Supremacía Blanca, agrupados por el fascismo.

Esta promesa a los arios gringos, quedo en nada y sin un modelo de desarrollo, estos fue comprobado en el reciente discurso en la Organizaciones de Naciones Unidas (ONU), donde fue el hazme Reír de los miembros de esta organización, al predecir un crecimiento económico, que solo es real en las trasnacionales y en crecimiento de la Industria Militar de EEUU, dejando de lado el desarrollo y la crisis de su propuesta, típico del modelo criminal en el mundo.

En este sentido nos pareció importante señalar que, el neoliberalismo fue considerado como una filosofía económica creada en 1930 por varios académicos liberales europeos, que buscaban una vía intermedia entre el liberalismo clásico, doctrina a la que se atribuía la Gran Depresión y los recientes fracasos económicos de esa década, y la doctrina de planificación económica, que suprimía total o parcialmente las libertades económicas para el mercado.

El término dejó de utilizarse en la década del 60 y reapareció con sorprendente fuerza en los años 80, en el contexto de las reformas económicas impuestas por la dictadura de Augusto Pinochet en Chile, y panificadas por el think-tank norteamericano llamado los “Chicago Boys”. Desde entonces se le atribuyen las posturas de defensa capitalista más radicales, como las implementadas por Ronald Reagan en Estados Unidos y Margaret Thatcher en el Reino Unido.

Las usuales políticas neoliberales pueden resumirse en:
             Flexibilización laboral. Eliminación de restricciones, impuestos y regulaciones a la actividad económica y desprotección de la masa trabajadora en favor de la multiplicación del capital producido por el sector privado.
             Apertura de las fronteras a los mercados extranjeros y reducción de los proteccionismos al mercado de producción local.
             Reducir la oferta de dinero circulante, a veces a través de un aumento en las tasas de interés, para prevenir posibles devaluaciones y mantener la inflación cercana a cero.
             Trasladar los impuestos de la producción, renta personal y beneficios empresariales al consumo.
             Reducir al mínimo el gasto público y fomentar la movilidad de capitales.
             Apostar por un efecto de derrame económico a través del crecimiento total de la producción.
             Fomento de la iniciativa privada y privatización de empresas estatales y servicios públicos.

Los reproches históricos al neoliberalismo son numerosos y dolorosos, sobre todo los nacidos a partir de las dictaduras militares latinoamericanas de mediados del siglo XX, cuyo carácter sangriento y cruel tuvo un costo elevadísimo en vidas humanas y tiñó la doctrina neoliberal de un aura perverso.
Por otro lado, la década del 90 representó en muchos países el fin del ensueño neoliberal, cuando la sensación de inmediata abundancia que arrojó la privatización de amplios sectores Estatales dio paso a las medidas de ajuste tarifario en un contexto de depresión, devaluación y pobreza. Esto fue particularmente notorio en el caso argentino y venezolano, por citar dos ejemplos.

También se ha acusado al neoliberalismo de expandir el control de organismos internacionales parciales, como una forma de favorecer la inversión corporativa y trasnacional de empresas estadounidenses y europeas en amplios sectores del Tercer Mundo, convirtiéndolo en una maquila empobrecida de la cual lucrarse y repatriar las ganancias a sus respectivas naciones, lo cual genera a la larga mayor exclusión y profundiza la brecha entre el mundo desarrollado y la periferia.
Fuente: https://www.caracteristicas.co/neoliberalismo/#ixzz5SCsx3Ki3

Estos parámetros establecidos por la lógica capitalista, de crear una guerra permanente en el  siglo XX y XXI, son la práctica de un modelo imperialista, que ha generado bases militares, en casi todos los países del mundo, logrando controlar los mercados a punta de lanza, de sus ejércitos de marines, para controlar los mercados, creando una farsa de un modelo democrático, que solo apuesta al control global de las naciones, imponiendo los portaviones, barcos, y controlando los mercados del planeta, a la guerra criminal y al control de los pueblos.

La sociedad humana en una crisis de valores
La realidad del modelo neoliberal capitalista ha resquebrajado a la sociedad humana, los valores de una economía de  mercado, ha vuelto al ser humano en un maquinaria al servicio de los empresarios y las grandes trasnacionales, que han creado en Asia por ejemplo, en maquilas de producir zapatos, ropas, encerrados en oscuras fabricas donde duermen cientos en literas, hacen sus funciones de una manera de esclavitud, las imágenes de esta realidad muestran el uso del ser humano.

En este mismo sentido la ONU cierra los ojos ante el esclavismo en África, miles de fotos muestran la crueldad de hombres y mujeres colgados, como si fueran animales, pero nadie se extraña, de la inmoralidad del uso de los inmigrantes como mano de obra, creando una crisis humanitaria por ejemplo en el Mar Mediterráneo,  hoy denominado tumbas de los pueblos de Medio Oriente, y el norte de África.

La pérdida de valores muestra el abuso a las mujeres en el Mundo, la muerte de féminas de manera cruel, es parte de la inmoralidad del machismo y el abuso de las guerras, donde los terroristas y los ejércitos de EEUU y Europa, violan los derechos de la mujer, que van desde el abuso de cultura en África, en los países árabes como Arabia Saudita, que recientemente decapito a una mujer por querer sus derechos, enterrando su cuerpo en la arena para ser cercenada su cabeza, pero nadie hoy ve estos hechos.

La crisis en la Iglesia cristiana se ha puesto al descubierto, cuando los prelados y sacerdotes, como la curia en general, en la violación de niños, que ha mostrado la inmoralidad de la Iglesia, mostrando miles casos criminales de estupro, como afirmar que los niño le piden ser abusados, todos hechos no tienen fronteras, son parte de una humanidad en crisis, de una sociedad que perdió la brújula del humanismo, de los derechos humanos, ante un modelo económico de miseria y pobreza en el 80 por ciento del mundo.
diegojolivera@gmail.com     

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