martes, 28 de agosto de 2018

Del Programa de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica.


Por Juan Martorano:
Advertencias y Sugerencias a los eventuales ataques

Hace una semana se comenzó a implementar en la República Bolivariana de Venezuela el denominado Programa de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica por parte del Presidente Nicolás Maduro. Programa este que busca abatir una galopante hiperinflación y restituir el poder adquisitivo de la clase trabajadora y la estabilidad del núcleo familiar de la sociedad.
Sin duda, si aplicásemos las categorías marxistas de análisis, y como lo señalamos en el artículo anterior, el 20 de agosto de 2018 marca un punto de inflexión que sin duda contribuye a atizar las contradicciones en el seno de la sociedad venezolana y constituye un capítulo más en la lucha de clases, en que la clase explotadora pretende tomar las herramientas de lucha para hacerse de los medios de producción y lograr su emancipación en un modelo y proyecto socialista.

Comenzamos nuestras apreciaciones y valoraciones del referido programa con uno de los últimos elementos como lo fue la publicación de los recientes 25 precios acordados publicados en la correspondiente Gaceta Oficial Extraordinaria 6.397 de fecha 21 de agosto de 2018 como ya lo mencionábamos en el artículo anterior, detectando algunos vacíos en la referida normativa las cuales nos permitimos advertir al Ejecutivo Nacional, formulando las correspondientes sugerencias a este respecto. Tan es así que en un famoso programa televisivo de Venezolana de Televisión se hicieron comentarios sobre el tema.

Importante es de destacar que nos quedamos cortos con esos vacíos, ya que parte de las argumentaciones que los mercenarios económicos disfrazados de comerciantes ahora señalan, es que el producto de proteína animal, sea carne o pollo, no es de las empresas que firmaron el acuerdo con el Ejecutivo Nacional, además de ser importado, y que por ello, se ven impedidos de “respetar” la regulación promulgada por el Gobierno Bolivariano.

Esto ya se traduce en la desaparición de los rubros que fueron objeto de esta regulación. Comienza a reaparecer el problema del acaparamiento y la especulación de los bienes esenciales para la población, referidos a alimentos, medicamentos, productos de limpieza, además de servicios públicos, con el fin de reforzar el argumento de que los controles implementados por el Ejecutivo Nacional se traducen en escasez e inflación.

Y es uno de los problemas que aquejan al país y uno de los trípodes sobre los que descansan las actuales agresiones económicas en contra de la población.
No olvidemos que esta situación se suscita en el marco de un bloqueo financiero y comercial contra la República Bolivariana de Venezuela, promovida desde la administración Trump, y que entre otras cosas genera la “escasez” de dólares que solicitan los mercenarios económicos para la “reactivación del aparato productivo venezolano”. Nada dicen sobre el gran negocio de adquirir dólares preferenciales para luego venderlo a los precios de las cotizaciones ilegales del dólar. Ese terrible y abismal diferencial cambiario fue lo que enriqueció a muchísima gente, bajo la tesis del cadivismo o el raspacupismo, por denominarlo de alguna manera.

Una de las jugadas brillantes que se aplicó el Presidente Nicolás Maduro, porque de eso se ha hablado muy poco, es sobre la determinación del tipo de cambio respecto al anclaje del bolívar soberano al petro. ¿Nadie se ha preguntado de donde salió la operación aritmética que determino que un petro equivale a 3.600 bolívares soberanos?
La cuenta es muy sencilla, y en eso no sólo tiene que ver el tasar el petro al precio de un barril de petróleo (60 dólares), sino que la semana previa a la entrada en vigencia de la reconversión y nuevo cono monetario fue determinante.

Esto porque no olvidemos que el dólar criminal se estaba cotizando en un promedio de 6.000.000 de bolívares fuertes en ese momento. Si esa cifra la multiplicamos por los 60 dólares del barril de petróleo nos da 360 millones de bolívares fuertes, y si esa cantidad la dividimos entre 100.000 nos da los 3.600 bolívares que es lo que equivale al valor del anclaje del Bolívar Soberano al Petro. Es decir, las cotizaciones oficiales (DICOM, DICOM remesas se cotizaron a la par de Dólar Today y de otros marcadores ilegales, que vienen determinando los precios de los productos y bienes desde hace rato).
No descuidemos que esto se da luego de que la Asamblea Nacional Constituyente derogará la Ley de Ilícitos Cambiarios. Es decir, se aplica hasta cierto punto, y de acuerdo a las investigaciones realizadas, una cierta liberalización de la economía.

Y de ahí, la otra jugada maestra de Maduro de fijar el salario mínimo en medio petro (1.800 bolívares soberanos lo que sería el equivalente a 30 dólares), esto porque el otro medio petro es el que va a fluctuar al precio del dólar en el mercado, que en este caso lo entendemos a tasa DICOM y el DICOM remesas.
Y es ahí donde es necesario también formular algunas advertencias. Reconozco que no soy economista, y tal vez los economistas revolucionarios explicarán esto mejor que yo, pero plantearé esto como una inquietud que es necesaria no perder de vista.

A raíz de la entrada en vigencia de la reconversión y nuevo cono monetario, el marcador ilegal Dólar Today comenzó a cotizar en bolívares soberanos. Para el momento en que escribo estas líneas, 6:57 de la mañana, el marcador ilegal indica un valor de la divisa estadounidense por el orden de los 83,47 bolívares por dólar, es decir, 23, 20 bolívares por encima de la cotización legal del DICOM, que cerró el viernes en 60,27 bolívares por dólar, de acuerdo a lo indicado el día de ayer por el Presidente Nicolás Maduro.
Eso sin contar que el denominado Dólar Implícito, o Dólar Cúcuta, se ubica por el orden de los 45 bolívares por dólar.

Es decir, más de uno comprará dólares a precios del DICOM en cualquiera de las casas de cambio promovidas por el Ejecutivo Nacional, pero y por el problema cultural que afrontamos, esos dólares serán vendidos usando el marcador ilegal del dólar criminal y del “Dólar Cúcuta”, puesto que ya se ha detectado y comenzado el contrabando de dinero con el nuevo cono monetario. Acá como me pregunta un amigo, cabe la siguiente interrogante: ¿Esto no constituye fuga de capitales de alguna manera? ¿Cuál es entonces la acción del Ejecutivo Nacional de eliminar la ley de ilícitos cambiarios si continúa una de las características principales del fracasado y caduco modelo rentístico petrolero como lo es la asignación de divisas por mecanismos como el DICOM y DICOM Remesas?

Esa sería una de las aristas y advertencias que formulamos en esta artículo, porque también se ha detectado, y es que en la revisión de los marcadores ilegales de la divisa estadounidense, se ha sacado un promedio de todos ellos, y hasta el viernes 24 de agosto, ese promedio daba 120 bolívares soberanos por dólar, es decir, el doble con respecto al DICOM.

Es indudable que estos mercenarios económicos, a una semana de implementación del Programa de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica, pretenden perforar los precios acordados y minar el poder adquisitivo de la clase trabajadora. Se confirma que son instrumentos políticos para buscar el derrocamiento de la Revolución Bolivariana, y no mecanismos económicos, hay que estar muy atentos con esto.

El enriquecimiento de mucha gente con esos mecanismos perversos estriba en el diferencial cambiario. Ahí es en donde las autoridades del Ministerio del Poder Popular de Economía y Finanzas y del Banco Central de Venezuela, deben estar muy atentos y prevenidos.
Esto porque si el valor del petro es el precio a un barril de petróleo. La cesta petrolera venezolana se ubica, para el momento en que escribo estas líneas, 66,28 dólares. Si a eso lo multiplicamos por los 60,27 con los que cerró el DICOM el viernes 24 de agosto, entonces el valor del petro se ubicaría en 3.994,70 bolívares soberanos, por lo que el salario mínimo señalado por el Presidente Maduro ya no debería ser de 1.800 bolívares soberanos, sino de 1.997,35 bolívares soberanos, aplicando la fluctuación del bolívar con respecto al dólar.

Si se hubiese validado al precio de dólar today, el petro debería estar valorado en 5.532,39 bolívares soberanos y el salario mínimo en 2.766,20 bolívares soberanos, pero este es un marcador que el Gobierno no lo toma como referencia ni válido.

Y a esto habría que agregarle la posibilidad que estaría considerando el gobierno estadounidense de la posibilidad de un bloqueo a las exportaciones petroleras venezolanas, a fin de boicotear la implementación del Programa de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica. Hay que estar muy atentos con ello.
Sin duda esto es una guerra con armas no convencionales. Mientras el arma de la resolución número 8 del Banco de la República de Colombia siga vigente, permitiendo que en Cúcuta el sistema para determinar el precio del dólar con respecto al bolívar sea diferente al de Bogotá, continuará como una amenaza a la economía venezolana y que continúe el chuleo de las mafias de ese país con respecto al nuestro.
Por ello, debemos estar atentos y en guardia ante estos acontecimientos que se encuentran en pleno desarrollo y nos encontramos en plena batalla.

Si no estamos atentos, las profecías auto cumplidas de los espantadores de la comarca de la oposición se cumplirían. Habría que eliminar más ceros a la moneda, se dispararía la inflación y el poder adquisitivo de la ciudadanía quedaría nuevamente disminuido. Además de enfrentar el problema cultural del modelo rentístico petrolero, donde algunos, fuera incluso de la ortodoxia y lógica del propio capitalismo y análisis econométricos, siguen validando a los marcadores ilegales para incrementar sus tasas de ganancia.

Y de ahí, como lo señalamos en el artículo anterior, no obstante, hay alternativas para poder solventar estas posibles problemáticas. Me sumo a las propuesta del analista Luis Enrique Gavazut de que haya un estricto cumplimiento y seguimiento en el cobro de impuestos a los monopolios, especialmente en lo referido a las rentas o ganancias empresariales (dado que de nada les sirve al monopolio subir los precios si, al cabo, los ingresos que obtiene de esa manera terminan en manos del Estado por la vía impositiva).

Por ello, la medida de cobrar el 1% a todas las transacciones financieras de los contribuyentes especiales, es acertada, aunque todavía demasiado tímida, como lo señala Gavazut. De ahí que propone la adopción del esquema de progresividad en el Impuesto Sobre la Renta y elevar la alícuota progresiva hasta llegar al 80%. Por supuesto, la eficacia de la política impositiva para combatir la fijación impositiva para combatir la fijación monopolista de precios dependerá de la capacidad de las instituciones del Estado para cobrar efectivamente los impuestos, sin dejarse burlar por la elusión y la evasión.

También hay que tomar en cuenta las propuestas formuladas por Carlos Lanz, sobre la revisión de los libros de contabilidad y las estructuras de costos de empresas y diferentes establecimientos comerciales. Esto para establecer los costos en materia prima, maquinarias, equipos, salarios, tasa de ganancia, etc.
También y de acuerdo a lo señalado por Lanz y el colectivo comunicadores en acción 2021, esto permitirá la radiografía del tipo de tecnología y la cuota de explotación del trabajo. Asimismo, la caracterización del sistema de mercadeo y distribución, carteles, mafias y posición de dominio.

De igual manera, el poder popular debe establecer mecanismos de seguimiento de las mercancías en el mercado, al mayor, al detal y sus nexos posibles con el bachaquerismo. La determinación del tipo de capital: ficticio, especulativo, grado de centralización y concentración de la propiedad.
Debe haber un análisis de la naturaleza jurídica de las empresas (C.A., S.R.L.) para determinar la composición de las directivas, a fin de poder ubicar a las empresas de maletín.

También hay que estudiar en profundidad y determinar cuáles son los mecanismos que nos vienen implementando para la manipulación de los inventarios y stocks de mercancías, a fin de poder monitorear el acaparamiento que se comienza a implementar luego de la activación del programa de recuperación, crecimiento y prosperidad económica.

En ese orden de ideas, debe haber un registro de las potenciales estafas con la manipulación del peso y medida de las mercancías, así como la detección del aprovechamiento y modificación de los precios a través del empleo del dinero en efectivo o a través de los puntos de venta y transferencias bancarias.
Y desenmascarar los tipos e instrumentos contables, inconsistencias numéricas y el maquillaje de cifras usando “balances invisibles”, los activos intangibles.

Esto son algunas alertas tempranas que son necesarias hacer en este momento, acompañadas de propuestas de compatriotas como Luis Enrique Gavazut, Carlos Lanz y el Colectivo Comunicadores en Acción 2021.

¡Bolívar y Chávez viven! ¡Y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!


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