Por Manuel Humberto Restrepo Domínguez:
Próxima Guerra Vs Defensa de la Vida con dignidad
Uribe-Duque, representan la propuesta de la guerra y de la
muerte y votar por ellos la garantiza y profundiza y ese no puede ser el
destino esperado, que vuelva a entregar incalculables cuentas de muerte,
inhumanidad y riqueza colectiva invertidas por el odio y la sed de poder, que
no descansará hasta imponer una vida de sumisión, el autoritarismo y el fin de
la democracia. Votar en blanco es votar por esa guerra, quitarle oportunidades
a la paz y a los derechos. Votar por la paz, solo se hace votando por el
candidato que la encarna. Cuando se invoca un voto en blanco por principios, no
es lejano comparar la situación con León María Lozano, el Cóndor, líder de la
época de violencia, que mataba y mandaba a matar liberales, descuartizarlos y
tirarlos al rio, por fidelidad a unos principios.
No hay sueño de futuro, ni bienes materiales para
cumplirlos, porque la guerra es la medula del régimen Uribe-Duque y es de largo
aliento, sigue el espíritu nazi. Prepara juventudes como lo hicieron en las 38
escuelas de elite para formar varones y en las escuelas de novias de la liga
nacional socialista de mujeres para admirar a Hitler, ser genéticamente
impecables y profesionales en las faenas de la casa y sobre aprender a no
desobedecer a los guerreros.
Ojala en la próxima guerra que nos ofrece el régimen
Uribe-Duque, los votos en blanco encuentren justificación, cuando encuentren
que los soldados sean los hijos de las elites, que cambiarían las universidades
por un camuflado y fusiles, granadas y cambuches de verdad; que los oficiales
fueran los jóvenes de clase media que rápido aprenderían a escuchar el
estruendo de la muerte y a permanecer la noche en vigilia y; que los generales
fueran los hijos de los campesinos que no tuvieron tierra para cultivar, ni
universidad para estudiar. Así habría menos sufrimiento y se podrá esperar una
tragedia menos cruel y despiadada y sobretodo más breve y más romántica, en la
que los mutilados solo pierdan por un momento la esperanza pero nunca sus
piernas ni sus brazos y que las fosas que tengan que hacer sea para enterrar
desechos y excrementos, nunca cuerpos humanos y; que si aparecen el mosco
marrano o el anopheles de la malaria, no los ataquen. Ojala que ni en juego
haya más barbarie Uribe-Duque, pero seguro es demasiado, es algo impensable
para usted(es).
Los votos son para defender la vida con dignidad, votar
blanco cuenta para el Reich
El presente y el futuro de la democracia se construyen con
demócratas esperanzados en forjar las condiciones materiales y simbólicas que
liberen del temor y la miseria y permitan disfrutar las libertades y derechos
conquistados, sin miedo, discriminación, ni ciudadanías de primera y de segunda
y sin persecución por pensar de otra manera. Ese es el espíritu de unidad que
convoca con urgencia a sellar con votos una alianza nacional por la defensa de
la vida, la paz y los derechos, que detenga la reinstalación del proyecto
Uribe-Duque, de profundas coincidencias con principios y prácticas del espíritu
nazi, carente de sentido de humanidad y para el que la muerte vale más que la
vida. El único y real objetivo del programa Uribe-Duque, es consolidar
definitivamente un reino de horror que en su intermedio tendrá a los Uribes
hijos, Londoños, Ordoñez, Valencias, Morales.
Aun en los momentos que el nazismo prometía someter a la
Europa entera hubo alianzas que parecían imposibles para derrotarlo y hoy en
Colombia ocurre lo mismo. El reto es remover obstáculos, más ideológicos y de
prejuicios que reales, quitar inamovibles, trabajar por sueños y sumar, juntar
jóvenes, mujeres, indígenas, afro, campesinos, inconformes, intelectuales,
ecologistas, universitarios, LGTB, para vencer al miedo fabricado con engaño
que invita a dudar o claudicar. Cada voto multiplica por un nuevo humanismo,
con ética, política y para poner por encima el valor de la vida sobre la
muerte.
Los votos en defensa de la vida y la dignidad no son votos
en blanco. El blanco suma por la instalación del régimen del terror de
Uribe-Duque. “La diferencia entre votar por el cambio y votar en blanco es la
misma que separa la inteligencia de la estupidez”, porque el blanco es inútil,
oscuro y no aporta para defender la democracia, y en cambio afirma una maniobra
sucia que merece desprecio[1]. El voto en blanco aunque excuse una debilidad
individual u oculte miedos, no impide que los beneficiados Uribe-Duque, ajusten
cuentas primero con críticos y opositores y después con ellos, porque para los
nazis los débiles también son enemigos a exterminar, así lo hicieron antes, así
lo harán ahora, así lo harán después. Hay suficientes lecciones respecto que
los votos de las derechas son fijos, de doctrina, de fidelidad, se
distribuyeron entre liberales y conservadores (en acomodaciones de fragmentos
temporales como cambio radical, cristianos, unidad nacional, centro
democrático) que resultan ser variaciones sobre lo mismo y se deben a la
obediencia al partido o la iglesia por lo que llaman cuestión de principios de
respeto a los jefes, esos si siempre unidos en el único propósito de defender
lo suyo y mantener el control del estado, que es su negocio.
Las cuentas de los
votos Uribe-Duque llegaron a su límite máximo y como un karma son similares a
las del número de víctimas que ellos mismos han producido. Pareciera que de
cada víctima sacan un voto de sus dolientes olvidados, seducidos con pasiones
que reviven el odio. Los otros votos, sumados son más y tienen la urgencia de
impedir que la democracia llegue a su fin y recomience el régimen del horror,
en el que no habrá cupo posible para el futuro de ninguna otra opción política,
hasta el final de este siglo que apenas comenzó, así sería para movimientos y
partidos democráticos (verde, visionarios, seguidores de fajardo, polo
democrático, progresistas, liberales independientes), y organizaciones sociales
que quedarían en espera para el siglo XXII. Con Uribe-Duque, lo que no es suyo
sobra, menos los votos en blanco que esperan con paciencia y alientan con
engaños.
Es claro que dejar conducir los votos de la esperanza hacia
el voto en blanco o pretender justificarlo por disgusto personal o
contrariedades subjetivas, afecta y diluye la responsabilidad política de este
único e irrepetible momento histórico, que sí se malgasta no se podrá repetir.
O es ahora o la juventud de los jóvenes será inútil y la vejez de los viejos
tendrá un triste final de derrota de sus conquistas alcanzadas por la Colombia
nueva, libre, soberana, equitativa y con justicia social esperada. Es momento
de urgencia y clamor para sanar heridas, aclarar zonas grises, cerrar
diferencias y avanzar imparables entre matices, diferencias y partes para
completar.
P.D. Clamor Nacional. “Prefiero votar la paz y equivocarme
que votar por la guerra y acertar”. Mockus.
mrestrepo33@hotmail.com
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