Ante el silencio mundial, la región kurda de Afrin está
siendo devastada por la invasión militar de Turquía y diversos grupos
terroristas.
Los valles, ríos y campos de Afrin, que durante siete años
resguardaron a su población de la guerra en Siria, hace casi seis meses que se
transformaron en una tierra de muerte, secuestros, violaciones y disputas
geopolíticas. Los responsables de esta situación: el presidente turco Recep
Tayyip Erdogan y su ejército, pero también los grupos terroristas -como Al
Qaeda, el Estado Islámico (ISIS) y el Ejército Libre Sirio (ELS)-, que avanzan
junto a los uniformados turco en la ocupación de esa región kurda del norte de
Siria.
Cuando el 20 de enero pasado Erdogan ordenó los bombardeos
masivos sobre Afrin, con la denominada Operación Rama de Olivo, sucedió algo
que pocas veces se había visto en Siria: Rusia y Estados Unidos llegaron a un
acuerdo en medio de las tensiones diplomáticas, el pragmatismo reinante en
Medio Oriente y un territorio devastado por bombardeos y los combates
múltiples. Moscú y Washington aprobaron los ataques turcos con justificaciones
varias o con profundos silencios ante las muertes de los civiles.
Afrin es una de las regiones kurdas que forma parte de la
Federación Democrática del Norte de Siria (FDNS). Es una zona constituida por
casi 400 pueblos y aldeas, y con 500 mil habitantes distribuidos en los siete
distritos en que se divide un territorio de 2.033 kilómetros cuadrados. Sobre
esa tierra de olivares y agricultura, que en los últimos años recibió al menos
a 500 mil desplazados internos de Siria, el Estado turco descargó toda su
furia. Por un lado, con el objetivo de desbaratar la experiencia política y
social encabezada por los kurdos y otros pueblos de la zona, como los árabes,
asirios, turcomanos y armenios; por el otro, juega su carta militar para agitar
y capitalizar al nacionalismo turco frente a las próximas elecciones del 24 de
junio, que el gobierno adelantó 18 meses. Con una economía inestable y frágil
en Turquía, la administración de Erdogan también ocupó Afrin para tapar con una
mano un sol de problemas internos.
La denuncia más recurrente de las autoridades de la FDNS,
como también de las instituciones de autogobierno de Afrin, es que Turquía
intenta implementar un radical cambio demográfico en la región. Como en otras
ocasiones le sucedió al pueblo kurdo, el objetivo del Estado turco es desplazar
a los habitantes y en sus casas instalar pobladores de otros lugares. Con 200
mil personas desplazadas de Afrin hacia la región de Shebha (norte de Alepo),
el ejército turco ahora recibe a los terroristas y a sus familiares que escapan
de otras zonas de Siria, luego de negociar con el gobierno de Damasco.
El viernes se conoció que el ejército turco trasladó
cuarenta familias desde Guta Oriental y las estableció en casas abandonadas por
sus propietarios en la aldea de Kaxure, en el distrito de Mabeta. El miércoles
las fuerzas turcas instalaron a 15 familias de yihadistas en la aldea de
Kurzêlê. Las autoridades de Afrin afirman que desde el inicio de la invasión,
Turquía ya envió a la región un total 1.139 familias de integrantes de grupos
terroristas.
Como si fuera poco, el ejército turco y sus aliados en el
terreno usurpan las propiedades para transformarlas en centros de detención. La
agencia de noticias ANF informó que la semana pasada el ejército turco y los
yihadistas secuestraron a ocho civiles en el distrito de Rajo y los trasladaron
a la aldea de Chiqla, en Jindires, donde funciona una prisión. Según ANF, los
uniformados demandaron siete mil dólares a los familiares de los detenidos para
que sean liberados.
“centros de
investigación y tortura”, y que hasta ahora cincuenta civiles fueron secuestrados
en las localidades de Cheqmaqa, Xilalka, Jenjliya y Elemdar.
A su vez, medios de comunicación kurdos informaron que el
ejército turco usurpó tierras en la aldea de Eltaniya, en Rajo, y luego de
talar quinientos olivares inició la construcción de una base militar.
Frente a este panorama, el Movimiento por una Sociedad
Democrática (TEV-DEM), uno de los principales órganos de autogobierno del norte
de Siria, denunció que el Estado turco y sus aliados “torturan y secuestran,
saquean y ejercen una violencia inusitada” en Afrin. El TEV-DEM advirtió que
Turquía ordenó “que los colegios solo puedan usar la lengua turca en clase y
han cambiado los nombres kurdos de las tiendas e instituciones públicas, las
cuales ahora usan el turco. Como si todo esto no fuera suficiente, están
presionando al pueblo a cambiar sus nombres de pila en kurdo al turco. Lo que
estamos viendo en Afrin es un grado de violencia inhumano”.
Además de aplicar estos métodos, la administración turca
estableció, bajo la coordinación de sus servicios de inteligencia (MIT), un
consejo de gobierno para Afrin en una reunión realizada en Gaziantep, en
territorio kurdo de Turquía, integrado por yihadistas, kurdos de derecha y en
el cual quedaron excluidas las mujeres.
Desde la invasión militar a finales de enero, el ejército
turco y los mercenarios que lo acompañan son responsables del asesinato de más
de 300 civiles, incluidas 56 mujeres y 46 menores de edad.
Quien se pronunció sobre la situación crítica que viven los
pobladores de Afrin, fue Lina Berekat, coordinadora general de la Asamblea de
Mujeres Sirias (AMS). Berekat afirmó que “Turquía está cometiendo crímenes de
guerra en Afrin” y denunció que “la guerra en Siria se está recrudeciendo
gracias al entrenamiento y apoyo que Turquía está otorgando a los terroristas”.
La dirigente alertó que el ejército turco en Afrin comete
prácticas como el secuestro, la violación, el asesinato y el cambio
demográfico. Al referirse a la situación de las mujeres, Berekat advirtió que
fueron “desprovistas de su derecho a la educación, la sanidad y han sido
forzadas a emigrar. Las mujeres han sufrido y todavía sufren acoso,
violaciones, asesinatos y son vendidas como esclavas”. Desde la AMS revelaron
que durante la ocupación a Afrin, un total de 119 mujeres fueron secuestradas
por los soldados y los terroristas.
Cualquier semejanza entre las prácticas de ISIS y el
ejército turco no es pura casualidad.
leandroalbani@gmail.com
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