Carta abierta de Salvatore Mancuso a Iván Duque
Señor Iván Duque Márquez
E. S. D.
Estimado doctor.
Fui extraditado a los Estados Unidos en el gobierno de
Alvaro Uribe Vélez, para evitar que nuestro patrón y todo su séquito, fuéramos
condenado por crímenes de lesa humanidad del cual usted es bastante conocedor
de los abundantes casos de masacres, asesinatos selectivos, etc, y que solo por
narcotráfico me condenaron a quince años de prisión, pena que se redujo
considerablemente por colaborar con la justicia.
Déjeme decirle, que tanto usted, como yo y todos los que de
alguna manera hemos ayudado a “Varito”, nuestro patrón, a cometer todos los
horrendos, nefastos y desastrosos crímenes que han inundado de sangre a todo
Colombia, y que ha dejado a ciento de miles de familia inocente sumergidas en
el más ignominioso luto, con la anuencia perversa, que con premeditación y
alevosía se siguen cometiendo. Crímenes, corrupción, asesinatos, hasta
convertirse en genocidios, que van, desde descuartizar a una persona con
motosierras y jugar futbol con su cabeza, introducir a personas en ollas con
agua hirviendo, tirarlas a los cocodrilos, el uso de hornos crematorios, hasta
las masacres de cientos de personas inocentes, entre indígenas, campesinos,
trabajadores, maestros, estudiantes, líderes sindicales, gente común, etc., en
resumen los pobres de la patria.
Doctor Ivan Duque, el río de sangre que corre por Colombia
es tan caudaloso, que ya, éste llega hasta la propia piscina de su casa, por
apoyar y dejarse llevar por quien, cobarde e irresponsablemente
Actúa en la oscuridad, y que además, nos utiliza como
marionetas encantadas para sus maléficos planes. Su suerte sería peor que la
mía, porque hoy, ese pueblo estúpido que nos acompañaba en las elecciones para
que siguiéramos gobernando, empieza a despertar y a tomar conciencia para
enjuiciarnos por todo el espantoso daño que le hemos causado, y usted, mi
estimado doctor Iván Duque, sería el primero en la lista, después de nuestro
amado patrón, el doctor Álvaro Uribe Vélez.
Está aún a tiempo, de renunciar a ese infierno y a sus
mezquinos intereses de querer ocupar” la primera magistratura” de ese país,
para si es que puede, conservar su honor, respeto y dignidad ya bastante
pisoteadas, por cierto.
Atentamente.
Desde la oscura celda de la cárcel de Atlanta.
apfingenieria44@hotmail.com
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