martes, 12 de junio de 2018

Para comprender las luchas estériles de la pequeña burguesía


 Por: Níkolas Stolpkin:
La ideología pequeñoburguesa

El gran problema de la pequeña burguesía es que su ideología les impide dirigirse a las causas de sus propias “tragedias” y se concentran más en las consecuencias. La pequeña burguesía no entiende que el resolver una consecuencia no impedirá que surjan muchas otras. El mismo sistema capitalista está diseñado para generar espacios que puedan resolver determinadas consecuencias. Y resolver una consecuencia, generará espacios para ir por otras consecuencias. Porque el sistema capitalista le interesa mantener a la pequeña burguesía distraída en resolver las innumerables consecuencias, para así tratar de invisibilizar las causas o el modelo económico que las genera.

Muchos pequeños burgueses pierden su tiempo en resolver ciertas consecuencias. Pero lo que les da más “entusiasmo” es tener un apoyo explícito de Medios de Comunicación, clase política dominante, generadores o líderes de opinión, más ciertos “recursos” que podrían ir cambiando según sus “financiadores” o “mecenas”, que suelen aportar a la “casa” (Fundaciones, ONGs, etc.).
 Mientras las luchas de la pequeña burguesía no sean incómodas al Poder, siempre habrá espacios para generar resolver ciertas consecuencias. A mayor lucha de la pequeña burguesía, mucho mejor para las clases dominantes.

 El mayor obstáculo actual de las luchas por el interés general de las mayorías son las luchas de la pequeña burguesía. Y lo que facilita mayor aún su propagación, es el haber convertido la otrora Opinión Pública en el actual termómetro de las redes sociales de Internet. Las minorías al facilitarse innumerables tribunas, invisibiliza a las mayorías y el interés general, los cuales carecen de la facilidad de mantener ciertas luchas con el apoyo del que goza la pequeña burguesía. ¿Nunca te preguntas por qué estas minorías gozan de tribunas que las mayorías, o quienes mueven al país, difícilmente llegan a tener?

Lo anterior, hace que los que pertenecen o representan los intereses de las mayorías, adopten cómodamente el comportamiento del pequeño burgués, no extrañándonos para nada el ver a estos tomar como bandera de lucha las reivindicaciones de ciertas minorías que gozan del respaldo señalado más arriba. Y es que, cuando las ideas de la pequeña burguesía tienen el respaldo y eco en innumerables partes, contrariar dichas ideas sería catalogado como “políticamente incorrecto”. Por lo que, la forma más “cómoda” para convivir dentro del medio es, al parecer, ser “políticamente correcto”. De lo contrario, serías una víctima más de la dictadura de estas minorías (“homofóbico”, “machista”, etc.).

En realidad, no hay ni para qué comprender las luchas de la pequeña burguesía. Lo que debiéramos comprender es cómo muchos de la clase obrera avanzada ven como propias estas luchas.
 La ideología pequeñoburguesa se identifica cuando apunta fundamentalmente a las consecuencias y no a las causas.

Puede ser “políticamente correcto” abanderarnos por luchas pequeñoburguesas como los derechos de los homosexuales, del “feminismo moderno”, contra el “acoso callejero”, contra el “maltrato animal” o el “maltrato infantil”, el aborto, la eutanasia, la legalización del cultivo o consumo de marihuana, etc., pero si queremos realmente atacar las causas que lo generan, entonces debemos atacar al sistema económico que los engendra para distraernos y fragmentarnos: el Capitalismo. ¿Nunca han escuchado aquello de “divide y vencerás” o “dividir para reinar”?

Toda lucha que se concentra en innumerables objetivos, debilita desafortunadamente el objetivo cardinal nuestro. ¿Acaso nuestros objetivos no podrían apuntar a nuestro objetivo cardinal?
Así como muchas minorías reclaman que se ha “naturalizado” la violencia, podemos afirmar que se ha naturalizado el sistema de opresión capitalista.

 Si no estamos dispuestos a atacar al Capitalismo y su forma de producción y reproducción, entonces es porque sinceramente estamos muy cómodos siendo “parte de…” y no tenemos ningún interés serio por acabar con las consecuencias de raíz.
stolpkin@gmail.com

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