Por Marcel Alejandro Doubront Guerrero:
Mucho es lo que se puede decir sobre la reciente Asamblea
General de la Organización de Estados Americanos O.E.A. foro el cual debería
ser para integrar, hoy es un espacio para la fragmentación de nuestros pueblos
como estrategia imperial para seguir manteniendo la histórica y nada agradable
doctrina Monroe, en ese sentido, muchas son las miradas que se dirimieron en
ese triste espectáculo, por un lado se habla de una victoria de los países pro
Estados Unidos por la aprobación de una resolución donde nuevamente se opina
abiertamente de los asuntos internos de un país sin su consentimiento, sin
embargo, es importante recordar que par
de días antes el Vicepresidente de EEUU Mike Pensé ofreció sacar a la República
Bolivariana de Venezuela de la OEA, afirmando tener los votos necesarios para
consumar su suspensión.
No obstante la sesión de la OEA se tornó en un más de los mismo,
representantes de naciones las cuales irrespetan los derechos humanos hablando
sobre el sistema democrático de Venezuela, países donde el mecanismo de
votación es a través de una fotocopiadora criticaron la metodología del Consejo
Nacional Electoral y/o el país mayor productor de drogas así como el mayor
consumidor de drogas del mundo acusando a Venezuela de Narco Estado, algo que
sin duda alguna recuerda una frase de Fidel “colosal olla de grillos.. un
engendro más del poderoso imperio y sus aliados más ricos”
A diferencia de las
opiniones de gente supuestamente nacida en Venezuela que pusieron un toque de
admiración y reverencia por la intervención del canciller Chileno donde se mostró un alto grado de
desequilibrio discursivo al no tener un mínimo de moral de como sostener sus
acusaciones contra Venezuela, la
posición de nuestro representante Jorge Arreaza en la defensa de la Republica
es digna de reconocer, poniendo por delante las verdades de un pueblo que se
niega al entreguismo de sus recursos naturales a través de la rendición
producto de la guerra no convencional contra Venezuela.
Por otro lado si bien los EEUU no lograron su cometido, algo
que quedó evidenciado horas antes cuando
Mike Pompeo luego de afirmar “Además de la suspensión, pido medidas adicionales
contra el régimen de Maduro hasta que haya la presión necesaria para que la
gente pueda tener acceso a ayuda humanitaria” huyera del recinto dejando en su
lugar a otro representante de menor nivel, la reflexión pasa sobre el que hacer,
si bien conocemos que aunque los Estados Unidos conjuntamente con las naciones
pro yanqui no lograron los votos suficientes para excluir de la Organización de
los Estados Americanos a una nación que ya en 2017 manifestó su determinación
de abandonar esta confederación, nada se gana con desmeritar tal situación y
mucho menos como la integración de las naciones americanas sigue día a día
disminuyendo ante las pretensiones imperiales.
En ese contexto, cuando se toma en el título de este
artículo la frase “prepararnos
estructural mente para vencer la actual coyuntura.” Es necesario recordar a
Hugo Zemelman cuando refiere que “El conocimiento sin conciencia histórica está
detrás de alguno de los graves problemas que hemos tenido” es por ello que más
de un excelente discurso de nuestro ministro Arreaza, de la existencia de
organizaciones nuestramericanas como el ALBA, Petrocaribe, CELAC, o de que toda
institución u obra se le coloque el apellido de Bolivariana, debe existir una
educación verdaderamente Bolivariana, integracionista, conocedora de la
potencialidad geopolítica de la nación,
de desarrollo sostenible, Antiimperialista, promotora y defensora de su
cultura y patrimonio, una educación de pertinencia, en concordancia, el
artículo 107 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela bien
expresa: “Es de obligatorio cumplimiento en las instituciones públicas y
privadas, hasta el ciclo diversificado, la enseñanza de la lengua castellana,
la historia y la geografía de Venezuela, así como los principios del ideario
bolivariano.”
Por lo cual, la
educación no puede estar deslastrada del proyecto país si realmente se quieren
obtener logros significativos en materia industrial, agroalimentaria, salud,
así como en el contexto político y diplomático, debe estar como punta de
lanza la formación en todos sus espacios
Humberto Maturana bien lo explicaba “Pienso que uno no puede reflexionar acerca
de la educación sin hacerlo antes o simultáneamente acerca de esta cosa tan
fundamental en el vivir cotidiano como es el proyecto de país” Y es como también refiriera Ander Egg “el problema de la educación no puede ser
considerado aisladamente del contexto político, social, económico y cultural en
que se da” es allí donde se forjan los niveles de conciencia necesario para la
construcción de la patria que queremos,
en concordancia, es pertinente acotar el planteamiento de Zemelman
Tenemos conciencia de lo que los ingleses, de lo que los
franceses, de lo que los alemanes, de lo que los italianos tienen conciencia, que
es tener una matriz cultural; pero ¿tenemos conciencia de cuál es nuestra
matriz desde la que nos estamos planteando los problemas, desde la cual estamos
tratando de construir una teoría?
Tenemos una gran etimología cultural sin embargo, a través
de los años a muchos posiblemente por descuido se le viene desvaneciendo su
ontología bolivariana el cual es producto de la herencia dejada a sangre y
voluntad por nuestros libertadores Bien el Comandante Chávez lo decía “no
haremos el futuro grande que estamos buscando sino conocemos el pasado grande
que tuvimos”; como se refirió en párrafos anteriores el espíritu bolivariano no
consiste en ponerle su nombre a cuanta avenida o institución exista ni mucho
menos cuantas consignas se griten o cuanta indumentaria colorada se tenga, por
el contrario como dijera el Che no se lleva en la boca para vivir de ella, en
relación a esa dicotomía lo que se dice
y lo que se hace Freire decía
Solo en la medida en que se descubra alojado al opresor
podrá contribuir a la construcción de su
pedagogía liberadora. Mientras vivan la realidad en el cual ser es parecer y
parecer es parecerse con el opresor, es imposible hacerlo. La pedagogía del
oprimido, no puede ser elaborada por lo opresores.
En ese contexto, desde el sistema educativo se requieren
nuevas metodologías, se habla en la constitución sobre el deber de defender la
patria pero en los pensum que forman a los profesionales no se hace mención de
nuestra historia, cultura, patrimonio, mucho menos del proyecto país, por el contrario
seguimos formando para el mercado laboral y para el rentismo olvidando que nos
aproxímanos a casi 20 años del siglo XX y los programas y estrategias navegan
en el siglo XX, algo que debería preocupar a la misma altura como las casas de
estudios universitarias que llevan nombres de prócer de la independencia pero
lo menos que se hace es hablar de sus epónimos, por lo cual este llamamiento de
atención se debe ver reflejado en una frase del comandante Chávez “Tenemos que
ser creativos continuamente. Hay que buscar la teoría; no hay revolución sin
teoría revolucionaria”
Por ultimo aprovecho estas líneas para nuevamente reconocer
y felicitar la posición valiente y heroica de nuestro Canciller Jorge Arreaza
en la defensa de la patria.
marceldoubront@gmail.com
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