sábado, 26 de mayo de 2018

¿Quién mueve los hilos de la marioneta presidencial en Argentina?


Por Norma Estela Ferreyra:
Estamos muy preocupados por el presente y futuro de los argentinos, sabiendo de que esto  tendrá un final trágico para las mayorías y un éxito millonario para las clases privilegiadas o de ricos. No hay dudas, de que se repartirán las inversiones que nunca existirán y nos dejarán  deudas que nunca se terminaremos de pagar. Pero nadie irá preso, ya que el sistema funciona impunemente.

Pero develemos la incógnita. Los argentinos que votaron a Macri creen que eligieron a un presidente. Pero no saben quien maneja a este títere, desde adentro y desde afuera. Lo de afuera, es sencillo, todos sabemos que Israel es el dueño del mundo y sus lacayos más importantes son los EEUU, Inglaterra y la Unión Europea. Pero adentro, la cuestión es más difícil de visualizar, porque está encubierta. Veamos:¿Ud.. cree que es Magneto? No. (Sólo difunde mentiras programadas) ¿Cree que es Durán Barba? Tampoco. ¿Sólo maneja una secta sobre imagen y  dicursos). ¿Entonces, quién?

Pues quien maneja los hilos de la marioneta es Marcos Peña, el niño elegido por los servicios del Poder Mundial, por sus antecedentes familiares. En el último tiempo, el jefe de Gabinete ha sido fuertemente cuestionado por sus provocadoras declaraciones en medio del ajuste al pueblo trabajador y el uso de datos personales de la Anses para comunicación oficial y por desafiar fallos de varios jueces que frenaron el tarifazo del gas. Como si eso fuera poco, por estos días se conoció que bajo su mando y dentro de la Casa Rosada mantiene una “oficina de inteligencia”.  Hechos como éstos no sorprenden viniendo de un CEO como él, que es parte de una familia de patrones y de un gobierno que sólo benefició a los grandes empresarios, al campo, las mineras y a los buitres. Con sólo seguir el árbol genealógico se puede saber de dónde descienden Marcos Peña y su primo Miguel Braun, actual secretario de Comercio de la Nación.

Por caso, José Menéndez y Mauricio Braun, crueles personajes de la historia del país fueron, entre otras cosas, miembros de la Sociedad Rural Argentina. José Menéndez, un joven asturiano, que arribó a Buenos Aires en 1866 después y luego se radicó en la Patagonia, donde se transformó en empresario naviero, comerciante y gran estanciero. Eran dueños y patrones en el sur de gran parte del comercio de lanas, frigoríficos, almacenes, bancos y otros. En 1908 crearon lo que actualmente es la gran cadena de supermercados La Anónima, que cuenta con 159 sucursales en 80 ciudades del país y sus propietarios actuales son familiares de Miguel Braun. El historiador español José Luis Alonso Marchante documenta en su libro “Menéndez, rey de la Patagonia” que esas familias fueron parte de la Sociedad Rural y propietaria de la Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego que llegó a tener 1.376.160 hectáreas, 1.250.000 lanares que producían 5.000 millones de kilos de lana, 700.000 de cuero y 2.500.000 de carne. Las dos familias terminaron apropiándose de casi la mitad de la tierra de la Patagonia. Mauricio poseía además, en forma particular, más de 15 estancias, la Compañía Minera Cutter Cove de explotación de cobre y varios frigoríficos, entre otros grandes negocios. Desde ya que no eran los únicos, entre ellos había  estancieros  británicos. Unos y otros, se apropiaron de miles de hectáreas en la Patagonia argentina y chilena a sangre y fuego, con el exterminio de los pueblos originarios

El escritor Eduardo Galeano aseguraba que “los alambrados de José Menéndez y la introducción de cientos de miles de lanares en la tierra de los onas, a fines del siglo XIX, espantaban los guanacos, sustento principal de los selk’nam (por su carne como alimento y sus pieles para sus vestimentas), quienes vieron una alternativa en el ‘guanaco blanco’ -como denominaban a la oveja-, desconociendo que era ‘propiedad privada’”. Añade Galeano que “pronto los grandes estancieros se organizaron y comenzó la cacería de los selk’nam”.

La familia Menéndez Braun no sólo fue responsable, junto al Estado y otros empresarios nacionales y extranjeros, del genocidio contra los pueblos originarios, sino que años más tarde fueron también parte de los responsables de la masacre de los 1.800 peones rurales de “La Patagonia Rebelde” (pegar el google).
Las condiciones de vida y trabajo para los trabajadores en 1920 en la Patagonia eran terribles, con temperaturas bajo cero, sin luz, etc. Eran los tiempos de la presidencia de Hipólito Yrigoyen y del gobernador conservador de Santa Cruz Edelmiro Correa Falcon. En aquel año los trabajadores, cansados de vivir como esclavos, se largaron a la huelga y pararon todas las estancias. Miles se movilizaron y ni los hoteles ni los comercios funcionaron. Demandaban un sueldo mínimo de $100, comida en buen estado, dignas condiciones de higiene, velas para alumbrar en la noche y que las instrucciones de los botiquines sanitarios estuvieran en español en lugar de inglés. Fue una de las huelgas más importantes del siglo XX, protagonizada por valientes trabajadores argentinos, chilenos y de otras nacionalidades.

 Según el periodista Patricio Segura (pegar en google), “en 1921 fueron ejecutados cientos de peones en la Estancia La Anita, de propiedad de la familia  Braun Menéndez, cerca de lo que hoy es El Calafate, en Argentina. Éste fue un episodio más en la huelga general que se produjo en la Patagonia producto de las desigualdades donde  siempre ha habido matanzas,  Esta es la herencia que hasta los gobiernos más “progresistas” ocultan. En la actualidad los trabajadores rurales siguen sufriendo en carne propia la explotación y muchas veces hasta la esclavitud, incluso de niños y niñas. que hoy llamamos justicia social” La respuesta del gobierno, los militares, los estancieros y empresarios como los Menéndez Braun, con el lógico apoyo del imperialismo, fue el intento de desterrar para siempre la resistencia de los trabajadores.           
Sin embargo hay algo que no podemos explicar: ¿Cómo es posible que el pueblo siga pagando la entrada en este espectáculo que ya es un fracaso, con un poder de daño tremendo?.

¿Tenemos los gobiernos que nos merecemos o somos víctimas de una ingeniería político-marketinera-financiera que se reinventa constantemente y nos mantiene entretenidos con un show mediático. A lo mejor ya sea hora de dejar de ser espectadores.

normaef10@hotmail.com

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