Por Oscar Ugarteche:
La paja en ojo ajeno
Análisis
El actual gobierno del presidente peruano Pedro Pablo
Kuczynski es conocido internacionalmente por sinvergüenza, farsante y cómplice,
pero no por hacerse el tonto, mientras su primera ministra, aunque carece de
escrúpulos y ética, tampoco tiene un pelo de tonta. El Perú acusa a Venezuela
de causar una crisis humanitaria y en virtud de eso está dispuesto a que
Venezuela se convierta en Siria. Indultó a Fujimori por razones también
humanitarias.
Quizás el presidente del Perú, no sepa de las crisis
humanitarias que tuvo el Perú entre 1988 y 1993. ¿Sabe de la epidemia del
cólera de 1991? La república empresarial es amnésica. Es poco probable que su
primera ministra y los jóvenes asesores no se acuerden que entre 1988 y 1993
los niveles de escasez en el Perú fueron la razón para que migrasen centenares
de miles de peruanos, gran parte de los cuales nunca volvieron.
Es un dato rebuscado que el Perú tuvo una crisis de
hiperinflación con gran escasez de alimentos entre 1988 y 1990, años en el que
el PIB per cápita se contrajo en total 32.6% encima de la contracción del PIB
de 15.1%, entre 1983 y 1984.
La hiperinflación en el gobierno de Alan García se elevó a
4.37417602E+16 entre 1988 y 1992 que lo hace comparable con Hungría, Alemania y
otras grandes hiperinflaciones de la historia. Un cheque de 300 dólares en
intis, millón de junio de 1990, no cubría el costo de un taxi de Miraflores al
Centro para cobrarlo, 3 dólares aproximadamente. (- Conversión: 1,000 soles= 1
inti en 1987. 1 millón de intis= 1 inti millón en 1989. 1 millón de intis
millón = 1 nuevo sol en 1991).
El resultado de las contracciones del PIB y el alza brutal
de precios significó una caída de 2/3 de las remuneraciones medias utilizando
como base 2005=100. Cayó desde 277.6 en
1980 hasta 89.8 en 1990. La razón por la que no hubo, como en otros países, un
retorno de los migrantes fue porque después de 1990 no había empleo y los
salarios permanecieron abajo y siguieron yéndose. Al año 2015 en el pico del
auge económico, el salario alcanzó el índice de 120, menos de la mitad de lo
que fue el salario medio en 1980. México y el Perú son los dos países donde el
salario real no ha subido sino bajado en los últimos años. Hay más consumo y
más crédito de consumo pero no mejores salarios ni mayor peso de los salarios
en el PIB. En cambio regresan de Venezuela al Perú, entre otros, los hijos de
los peruanos que se fueron allá en la década del 80.
Algo más que tuvo el Perú en la década del 80 fue una guerra
interna, con más de 70,000 muertos y que trajo consigo desasosiego, escasez de
agua y luz, y gran inseguridad porque las bombas colocadas en las ciudades
podían tocarle a cualquiera y de hecho afectaron a muchos directa o
indirectamente. Recuerdo una bala de mortero en el aeropuerto y la cancelación
de todos los vuelos una madrugada de enero de 1993. Por los efectos de esas
razones humanitarias, se fueron del Perú ya después, entre 1990 y 2014, 2
millones 724 mil 869 personas, según el Instituto Nacional de Estadísticas e
Informática. Antes, entre 1980 y 1990 se habían ido otros 800,000 peruanos
llegando a sumar más del 10% de la población peruana total migrada por razones
políticas y económicas, entre la década
del 80 y la fecha. A Venezuela sola migraron 92,896 peruanos que son más o
menos el mismo número de venezolanos que han llegado al Perú.
Con esa historia, ¿cómo es que el gobierno del Perú llama a
la caída de un gobierno hermano por razones humanitarias? El APRA y los
asesores tendrían que tener amnesia para no recordar ese gobierno. Todos se
deben acordar cuando se rumoreaba que si Sendero no era puesto bajo control,
habría una invasión de ejércitos vecinos. Que Alan García y lo que queda del
APRA quieran que se caiga Maduro y Chávez antes, es lógico. Se sabe que desde
al menos 1962 el APRA trabaja con la embajada americana. En los papeles
desclasificados del Departamento de Estado (bajo Foreign Relations of the
United States, 1961–1963, Volume XII, American Republics en la entrada Peru, ítem
416) se dice, en relación a las elecciones de marzo de 1962: “También debemos
tener en cuenta la gran posibilidad de la victoria de Belaunde y la
conveniencia que éste borre su impresión de que favorecemos al APRA y nos
oponemos a él como pro-comunista". Existe una vieja relación política. Se
consigna también ya en 1962, antes de las elecciones de dicho año, una relación
estrecha entre la CTP y la CIA.
De otro lado, si bien su fortuna, su familia y su pasaporte
son americanos y están en Estados Unidos, el Presidente del Perú no es un
funcionario estadounidense, y le debe al menos lealtad al pasaporte peruano,
por respeto a todos los peruanos, y a la tradición diplomática peruana de no
intervención que viene desde Corpancho en México. Los que hemos vivido guerras
queremos la paz. Los que deben decidir
el futuro de Venezuela son los venezolanos y nadie más. Nadie más.
- Oscar Ugarteche, economista peruano, es investigador
titular del Instituto de Investigaciones Económicas UNAM (México), SNI/CONACYT,
Coordinador del proyecto Obela www.obela.org.
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