Por Dr. Néstor García Iturbe:
Desde que en 1823, hace cerca de 200 años, Estados Unidos
proclamó por primera vez la Doctrina Monroe, esta no ha dejado de estar vigente en la política
exterior del Imperio, es por eso que considero un enfoque equivocado el
considerar que la administración Trump está retornando a la Doctrina Monroe, como han planteado, con
toda buena intención, algunos politólogos
y periodistas.
La repudiada doctrina establece bien claro el principio de
“América para los americanos”. En este
caso cuando se habla de América se está refiriendo a todo el continente, norte,
centro y sur, pero cuando se menciona a los “americanos” se modifica la
etimología de la palabra para referirse solamente a los que viven en Estados
Unidos, pues ellos mismos se denominan “americans” y eso fue lo que se plasmó
en la Doctrina Monroe.
Esta doctrina fue la que ideológicamente se utilizó para
arrebatar vastos territorios a México en un período comprendid0 entre 1836 y
1848.
En 1855 Estados Unidos invade Nicaragua y posteriormente
ocupa El Salvador y Honduras.
También se puso de manifiesto en 1898 con la intervención de
Estados Unidos en la Guerra de Independencia de Cuba contra España, la
ocupación militar de la Isla, la imposición de un tratado que le proporcionaba
entre otras ventajas bases militares y la posibilidad legal de intervenir con
sus tropas cundo lo consideraran necesario, lo cual hicieron en tres
oportunidades.
En 1903 crean la república de Panamá, robándole territorio a
Colombia para posteriormente adueñarse del Canal de Panamá.
Desembarcan los Marines estadounidenses en República
Dominicana para sofocar una rebelión originada en 1904.
A partir de esa fecha y hasta el año 2000, prácticamente un
siglo, en más de cuarenta oportunidades la presencia estadounidense se ha
puesto de manifiesto en América Latina utilizando distintas variantes, pudiera
decirse que fueron los Marines las fuerzas más utilizadas, sin dejar de tomar
en consideración otros cuerpos militares, además de la CIA, que también operó
en la región. Las acciones realizadas
van desde ocupación de países, golpes de estado, represión a las fuerzas de izquierda y otras donde en
todo momento se han defendido los intereses económicos de los grandes
consorcios estadounidenses. El listado de acciones es extenso y tétrico. La
ayuda a los “contra” en Nicaragua, la muerte de Torrijos y la invasión de
Granada son algunos ejemplos de las distintas formas adoptadas.
A partir del año 2000, las acciones vinculadas a la Doctrina
Monroe han continuado poniéndose de manifiesto. En algunos casos el Imperio ha
tratado de encubrir su actividad utilizando métodos más sofisticados, pero
cuando ha sido necesario se han quitado la careta y se han apoyado en la
presencia militar para conseguir sus objetivos.
Un buen ejemplo de esto es el Plan Colombia, utilizado para
formar una potente fuerza militar que responda a sus intereses, el fallido
golpe de estado en Venezuela en el año 2002 es otra variante. El derrocamiento
del gobierno constitucional de Honduras, los golpes de estado “constitucionales
“ en Paraguay y Brasil. La constante guerra contra Cuba, donde además del
bloqueo se utilizan métodos de subversión política ideológica para tratar de
derrocar la Revolución, las campañas contra Evo Morales y el tratar de crearle
una oposición “fabricada”. Las acciones contra el gobierno constitucional de
Nicaragua y El Salvador nos dicen que siguen utilizando el engendro de Monroe.
Pero si todo eso no dejara totalmente clara la acción
intervencionista de Estados Unidos en la región, no considero que las
declaraciones recientes del señor Rex Tillerson sean las que deban despertarnos
y promover el cuestionamiento de si el Imperio está regresando a la aplicación
de la Doctrina Monroe.
Venezuela es el mejor ejemplo de un país que lleva años
sufriendo las acciones que se derivan de la aplicación de dicha doctrina. Han
tratado de doblegar al pueblo venezolano con todas las formas posibles de
hacerlo, estrangulando su economía, creando y financiando grupos internos de la
llamada “oposición”, organizando disturbios callejeros que han costado la vida
de decenas de venezolanos, creando una carestía artificial de productos para
tratar de reducir al pueblo por hambre, promoviendo la inflación, organizando
campañas de descredito utilizando los medios que aún poseen, tratando de
dividir la unidad existente entre gobierno, pueblo y fuerzas armadas. Todo eso
es más que una declaración más, sobre algo que ya sabíamos.
La inteligencia y resistencia del pueblo venezolano, su
determinación de lucha y patriotismo, demostrarán una vez más la ineficacia de
las aspiraciones Imperiales.
sarahnes@cubarte.cult.cu
0 comentarios:
Publicar un comentario