Por Rolando Prudencio Briancon:
El sistemático cinismo de los yanquis no tiene límites. Ya
ayer acusaron a Rusia de desplegar un papel “extremadamente desestabilizador”
en Siria. Hoy acaba de trascender la crítica después que Venezuela -entre otras
47 naciones- fuese nombrada como miembro del Consejo de Derechos Humanos de la
ONU, por parte la secretaria adjunta de la Oficina de Organizaciones
Internacionales de Estados Unidos, Mary Catherine Phee señalando que: “Los
países miembros del Consejo deberían tener unos estándares de derechos humanos
al más alto nivel".
Desde ya contra Venezuela se ha construido un cerco
comunicacional, que ha mostrado durante la asonada golpista guarimbera, una
sola cara de la moneda. Vale decir que una segunda fase de la asonada golpista
fue la mediática, mostrando las bajas de las filas opositoras; que en muchos
casos han sido las “víctimas necesarias”, los “daños colaterales” dentro ese
arremetida para mostrar que estamos ante un “régimen” represor y de gatillo
fácil, y obviamente olímpicamente las provocadas por los opositores.
En muchos casos las víctimas: o se inmolaron ingenuamente,
como el caso de Neomar Lander, o en otros, fueron ultimadas desde las propias
filas opositoras, para tener una “bandera” contra la represión del “régimen”.
Desde ya dentro ésta lectura no se cuenta las víctimas del lado del chavismo,
como fueron aquellos quemados vivos; o por ser chavistas o finalmente por
parecerse.
La crítica de la Secretaria Ajunta no contempla
deliberadamente esos hechos, pues como en el caso de la crítica contra Rusia,
no contempla el papel desestabilizador que siempre desarrollado EE.UU., en
todas parte del mundo; hoy no se han fijado la viga que tienen dentro,
criticando Venezuela como miembro de la Comisión de Derechos Humanos.
Una de las razones más para la caída estrepitosa de los imperios
es la práctica sistemática del cinismo, que como en el caso de los EE.UU.,
calumnian a Rusia de ser “extremadamente desestabilizadores”; y hoy a Venezuela
por ser miembro de la comisión de DD.HH., de la ONU; cuando aparte de haberse
estornudado en las resoluciones de la misma ONU cuando trató de impedir sus
inicuas invasiones como la de Irak en 2003 y varias otras más, hoy critican
Venezuela.
Esa es pues la moral de doble rasero que practica los
EE.UU., cuando exige “estándares más altos” en DD.HH.
prudenprusiano@gmail.com
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