Por Jorge Aniceto Molinari
En 1984, el Uruguay fue a elecciones generales, con
candidatos proscriptos, con cientos de presos políticos, y con un poder
Judicial en manos de la dictadura. En esas elecciones ganó el Partido Colorado
y surgió la primer Presidencia de Julio María Sanguinetti.
¿Cuál es la diferencia con la Venezuela actual?: muchas y
muy variadas.
En Venezuela, no hay partidos proscriptos, ni candidatos
proscriptos, ni prensa proscripta, si hay políticos presos, que han participado
en atentados terroristas.
Pero la principal diferencia no es interna sino externa. En
1984, los servicios de EE.UU. ya no bancaban más a la dictadura cívico-militar
de Uruguay, a diferencia de Venezuela donde al otro día de la elección legítima
de Maduro comenzaron las acciones tendientes a su derrocamiento, con la
intervención directa del comando sur de EE.UU.
Al que anexaron la Secretaría General de la OEA.- Trataron de influir al
ejército del que solo lograron anexar unidades, síntoma de un nuevo tiempo
porque recordemos que hasta Venezuela los ejércitos eran la mano armada de la
intervención externa. Intentaron un referéndum revocatorio (que existe
impulsado por Chávez, caso único en las constituciones vigentes en los
distintos países) pero no consiguieron las firmas necesarias, si trataron de
imponerlo a prepo, utilizando campañas de prensa en todo el mundo.
Sin embargo su arma principal ha sido la económica, donde el
gobierno constitucional de Venezuela ha tenido las principales dificultades,
particularmente con el manejo de la moneda que se convierte en estas
circunstancias en un elemento central en la política de desestabilización y un
instrumento además de corrupción del que no está libre ningún gobierno en el
mundo, y más particularmente en economías donde se parte de un 80% de
informalismo, y con toda una cultura stalinista predominante en la izquierda de
que los Estados estatizando pueden ser autosuficientes.
El gobierno de Maduro enfrentó así todo un periodo de
tremendo sofocón en el cual la oposición logró el triunfo logrando mayoría en
la Asamblea Nacional.
La derecha creyó que había tocado el cielo con las manos e
inmediatamente empezaron a predominar en su interior todas las fuerzas
golpistas, entonces el objetivo no era cogobernar con Maduro, sino derrocarlo
inmediatamente para que todo lo que el pueblo venezolano había avanzado con
Chávez fuera destruido.
Pero el dulce les picó los dientes. El chavismo se rehízo, y
las fuerzas democráticas que había en la oposición fueron internamente
derrotadas, lo cual no era una buena noticia.-
La respuesta de Maduro no se hizo esperar, y en el campo de
las confrontaciones democráticas impulsó la elección de una Asamblea Nacional
Constituyente, para la cual la oposición democrática derrotada ya no pudo
participar, con lo cual se restó un actor que hubiera sido importante si de
tender puentes se trataba.
El actual proceso electoral, tiene sus peligros para todos
los actores que quieren el progreso del pueblo venezolano.
No cabe duda de que el pueblo ha hecho su experiencia, las
elecciones que ganó la oposición tuvieron en las fuerzas chavistas el peso de
una importante abstención, como hoy ocurre en toda América, en relación a las
fuerzas progresistas, abstención que hoy el gobierno de Maduro mide como que ha
logrado asimilar.-
La situación no es fácil, el no manejo de la moneda, o mejor
dicho el que creer que se maneja el no manejo de la moneda, como lo creen
prácticamente la totalidad de los gobiernos, a excepción de Ecuador, a donde
han recurrido al no poder hacerlo, a otras armas. En el Uruguay por ejemplo hoy
el tema que los sectores conservadores (o restauradores) ponen sobre la mesa es
el llamado atraso cambiario, el que se reclama se maneje para bajar los costos
sociales del empresariado nacional.
Pero además casi siempre los que especulan con estos temas
tienen los huevos en las dos canastas, en el gobierno y en la oposición.- Un
ejemplo muy claro es en la Argentina Lázaro Báez.-
La presión es muy grande, EE.UU. trata de aprovechar una
coyuntura económica, producto de la política de Trump, que saben tiene poca
proyección para el futuro donde el panorama económico es extremadamente
preocupante. Hoy conocimos un informe del Secretario General de la ONU sobre
los gastos militares en el mundo y sobre el stock de armas nucleares, sencillamente
aterrador, y que solo tiene explicación como válvula de escape a la crisis de
rentabilidad en las inversiones del capitalismo (en nuestro idioma:
agostamiento irreversible de la tasa de ganancia).
A su vez la presión estatista sobre el gobierno de Maduro es
también un peligro. Venezuela necesita aliados en el mundo que sean vehículo de
diálogo y a su vez dar pasos seguros y no retroceder en sus objetivos
democráticos al servicio de los más.-
Los hechos muestran que la presión sobre el gobierno uruguayo,
entre otros, ha sido enorme, y por ahora lo que vemos es que su canciller que
había mantenido una conducta de principios ha cedido.
De todos modos no nos
apuremos, porque los que si tienen apuro son los que ven comprometidos su
interés cuando en el mundo la crisis avanza cada vez más.-
sipagola@gmail.com
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