Por Ensartaos:
En la Primera Guerra Mundial hubo en Europa más de diez
millones de muertos y más de 20 millones de heridos (casi todos mutilados).
Producto de la Segunda Guerra Mundial el planeta tuvo más 70 millones de
muertos y por su culpa alcanzó la cifra de unos 200 millones de locos y
heridos. En ésta última contienda mundial participó gozosa la mejor hija y
émula de los imperialismos europeos: Estados Unidos.
Luego EE UU ha asesinado en los últimos sesenta años, a más
de 500 millones de personas con intervenciones, invasiones, bloqueos e
injerencias en el planeta.
Europa (la mamacita y ductora del imperialismo gringo) es la
madre del racismo y de la esclavitud, de la Inquisición, de las abominables
contiendas religiosas; de guerras que duraron cien años; la que impuso la
guerra del opio para obligar a los chinos a drogarse (para que vivieran
sometidos al imperio inglés); llevó sus crímenes y criminales a todos los
continentes: África, Asia, Oceanía, y América Latina.
Todos ellos: alemanes, franceses, ingleses, españoles,
italianos, holandeses,… han sido países horriblemente malhechores y genocidas.
Y estos malditos locos (madres y abuelas de los nazis y
fascistas del orbe) nos quieren dictar a nosotros cátedra de derechos humanos.
Es la que le da el premio Sajarov a la oposición venezolana (!y se lo dan para
que alienten el terrorismo, las guarimbas!), porque todavía sueña con que nos
matemos unos con otros y así ella lograr la guerra civil que con gran acierto
ha sabido implantar (junto con estados Unidos) en Libia, Irak, Siria,
Afganistán, Yemen,… Mataron de la manera más vil, con sevicia, a Sadam Hussein
y a Gadafi; lo celebraron difundiendo el ahorcamiento de uno y la mutilación
con gran jolgorio del otro. Entraron estas malditas hienas a Irak y a Libia
para saquear sus tesoros y su petróleo.
Y siempre han sido así.
Sólo los imbéciles que no conocen la historia de Europa
sería capaces de admirar a este asqueroso y repugnante continente junto con
todos sus mandatarios, filósofos y políticos. Simón Bolívar sentía el mayor
asco hacia Europa, y estoy escribiendo un libro para demostrarlo.
La historia de Francia (la culta), por ejemplo, comienza con
Clodoveo y la reina Cleotilde, padres de Clodomiro. Cleotilde tuvo la virtud de
hacer católico a su bárbaro marido; este “milagro” condujo al dominio de los
visigodos y un poder que se extendió desde el Loira hasta los Pirineos.
En el siglo VI, los hijos de Clotario habían dividido su
herencia en tres reinos: el de Paris (Neustria), que pertenecía a Chelperico;
el de Metz (Austrasia), que tenía por Rey a Sigiberto, y el de Autun (Borgoña),
que el que reinaba Gontrán.
Los tres soberanos eran una banda de degenerados y
envidiosos.
Cuando murió el hermano de Clodomiro, dejando tres niños
pequeños, Clodomiro pensó que los tres sobrinos eran molestos y los invitó a
pasar una tarde en su palacio. Los niños llegaron sin ninguna desconfianza.
Clotario mandó a su madre una nota redactada así: “Quisiera conocer tu voluntad
acerca de los niños: ¿prefieres que vivan con la cabeza rapada o que sean
degollados?”
En aquella época, la cabeza rapada constituía una señal
infamante. La abuela exclamó ante los emisarios, a la manera de los héroes
cornelianos:
¡Antes muertos que rapados!
Clotario no esperaba más que esta respuesta para poner manos
a la obra. En cuanto la recibió, se dirigió a la sala en la estaban jugando los
niños, y con la ayuda de su hermano Childeberto, los asesinó a cuchillazos.
Tras ello, los dos criminales procedieron a repartirse el reino de Clodomiro.
Estos métodos, eran corrientes en aquella época; Chilperico,
Sigiberto y Gontrán se mantenían alerta.
Chilperico era quien llevaba la vida más disoluta. Poseía un
verdadero harén, y cada una de sus preferidas ostentaba el título de reina.
Todo un mierdero que lleva casi dos milenios y siguen
igualitos.
! Qué multitud de canallas y miserables, Dios mío!
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