Por Rolando Prudencio Briancon:
En las barbas de Rajoy
Pero que recontra estúpido y ensoberbecido ha sido el
majadero de Mariano Rajoy, que mientras éste estaba en esa obsesionada ofensiva
internacional contra el gobierno de Nicolás Maduro, Cataluña si hacer alarde de
la altanería que hizo Rajoy contra Venezuela preparaba su independencia del
reino de España. La verdad es que hasta cierto punto no simpatizo con los
procesos independentistas, en razón que en Bolivia, estos se convirtieron en
una conjura contra la Unidad Nacional e Integridad territorial; y no sólo en
Bolivia sino en los países antiimperialistas como Venezuela y Ecuador, que
siendo las regiones más ricas en recursos, se impulsaron estos procesos
independentistas.
Estos son los casos, ya sea Zulia, Cojedes en Venezuela. O
la Media Luna en Bolivia. O Guayaquil en Ecuador.
En el caso de Cataluña debo reconocer que no estoy
interiorizado de su proceso independista, pero siendo aún España una monarquía;
por más representativa que esta sea, se esperaba que alguna de las regiones
anexadas antiguamente por el peso del poder de la corona alzaran su voz. Es en
ese sentido que España es un espurio Estado que se ha republicanizado después
de la abusiva anexión de regiones como la catalana.
Claro que será entre los catalanes y los españoles que
deberá definirse como acaba este disgregador desencuentro. Desde ya para Rajoy
será muy difícil aplicar el 155, pues o tendría que encerrar a millones de
catalanes, o convertirse en un genocida.
Y es que el estúpido de Rajoy no se dio cuenta que cuanto
más agresivo se enfilaba para hacer estallar Venezuela, en sus barbas Cataluña
lo sorprendía con el soberano soponcio de su Independencia. Y ahora miremos
cómo anda Venezuela y España. Venezuela pacificada y enrumbada a reconstruir
una patria unida -aunque no hay que bajar la guardia con que los gobernadores
quieran dar un golpe separatista en el arco minero petrolero-; en cambio España
está en ascuas por la declaratoria independentista de Cataluña.
Todo lo que se hace se paga, podríamos decir; y en hora
buena que esa fascista factura le haya llegado rabiosa de Rajoy que atacaba a
Venezuela, y hoy los tiene a los catalanes, como las guarimbas. Qué patética
paradoja para el pasmarote de Rajoy.
prudenprusiano@gmail.com
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