viernes, 27 de octubre de 2017

La democracia después de la democracia

Por Rolando Prudencio Briancon:

¿Es la democracia una realidad dada, preexistente -a decir del filósofo alemán Martin Heidegger, estudioso de la ontología del Ser- sin que pueda cualitativamente ser más perfectible de lo que es, y; más aún si la democracia en su ser, en su esencia, en su razón de ser, ha sido secuestrada para servir a los intereses de los poderosos?



La domesticación del dogma de la democracia liberal -esencialmente representativa- se ha convertido en un totalitario tabú, incuestionable e infranqueable para la razón, para comenzar a convertir en la piedra de choque para ese dogma democrático, que ante el avance de esas corrientes políticas progresistas en el Continente Latinoamericano, han comenzado a cuestionar; no la esencia, la naturaleza, el fondo de lo que es la democracia; sino la forma, el método, el medio con el que esos gobiernos han llegado al poder, lo que devalúa desde ya

Se ha convertido un comentario común señalar que los gobiernos progresistas -“populistas” desdeñosamente los llaman- una vez que han llegado al poder en base a procedimientos democráticos formales, comienzan a desconocer al sistema que les permitió llegar al poder, como sugiriendo una deslealtad con la democracia al desconocer su esencia liberal representativa.

Pero en el fondo no se trata de una deslealtad con la democracia, sino el dotarle de mayor profundidad a su razón de ser, pues es una inclinación innata en el ser humano la inconformidad, ya que básicamente busca la verdad, la autenticidad, en éste caso el del alcance real de la Democracia, que el teórico de lo que es el dogma democrático formal.

La búsqueda de la democracia después de la democracia, está poniendo en entredicho lo que hasta antes la democracia formal había fosilizado el sentido común de lo que debería; o a lo que debería tenderse cada vez más, convirtiendo el concepto de democracia en verbo vivo, y no en un doctoral dogma; sólo reservado para quienes la han modelado a sus intereses de clase.

prudenprusiano@gmail.com


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