Por Jesús Arenas Hernández:
La banca internacional gana dinero robándoles
a sus clientes. Las informaciones económicas parecen hormiguitas negras por su
dinamismo y aventura. La desmonetización viene acompañada de la corrupción y es
una carta de Trump para combatir el financiamiento del terrorismo. Por lo menos
es la consigna desplegada por los grandes diarios del clan. La historia nos la
han pintado para disfrazar la devastación de la economía sin importar mucho las
consecuencias generadas en las políticas de empleo. Un desfase predeterminado
para el sálvese quien pueda. Es la tendencia de Trump para crear o anunciar
planes enloquecidos que en nada favorece la economía mundial. Una estrategia de
amenazas es la consigna yanqui para colectivizar su locura.
EEUU posee un expediente de experiencias
financieras que han desestabilizado el concierto mundial económico; una
supuesta flexibilización cuantitativa que fracasó; una ralentización económica
que solo alcanzó atemorizar y dele que son pasteles. Por eso, la acción del
presidente Maduro, aunque aceptable, no es la única. Otros países con
anterioridad han diversificado su canasta, ojo, pero si es original en
Suramérica. Venezuela no lo hace por retaliación política sino por su defensa
ante el atropello y acoso que pretende Trump con sus sanciones peculiares,
alevosas e ilegales. Escudando su violación ilegal en una supuesta “dictadura
de Maduro”. Argumento fantasioso para justificar lo injustificable de su
altanera excursión.
La angustia económica en que se encuentra
sumida su administración, lo conduce al psiquiátrico de una política provocada
por la esquizofrenia de su trust bancario. El sueño prometido es ahora una
pesadilla para millones de ciudadanos norteamericanos esquilmados en un
resultado electoral fraudulento. El costo del dinero se agobia. La jugada
excelente de Maduro no solo desvía la criminal intención del chantaje yanqui
sino que coloca en precaria subsistencia las instituciones y empresas
inversoras de los EEUU. Conocido es la acción de los bancos centrales que emiten papeles cuyo respaldo no solo es
dudoso sino que no es confiable.
Manejar la economía venezolana con sus conos
diversos no será nada fácil pero es plausible ante el acoso de los bloqueos
financieros. Esas sanciones ilegales ante el derecho internacional y demás
convenios, es una inventiva satánica del imperio para sobornar y tratar de
colocar sus intereses intrusivos. Oculto en el Harvey la sombra no logra
disimular el chantaje petrolero. Previa a la adaptación de la canasta variada,
el gobierno de Maduro estudia la viabilidad, la confiabilidad de cada una de
las monedas a intervenir para preparar la presumible arremetida del dólar que
se niega a su reemplazo en parte por la dolarización de los regímenes
derechistas/entreguistas e imperantes de Suramérica.
En el fondo, lo que teme EEUU es la posible
adhesión a la iniciativa por otros países del continente. Ante esa posibilidad
no solo lo espera el aislamiento, también estaría en graves aprietos su vida
financiera, afectada por esa finanza artificial y esa acumulación que posee en
una reserva federal endeudada, repleta de bonos de ensayo emitidos alocadamente
destinados a auto préstamos a banqueros en supuestos rescates salvadores
respaldados por papel blanco empeñado hasta los teque teques. El peligro de
Corea del Norte es efímero ante la autodestrucción que sus políticas monetarias
oportunistas y chantajistas emanadas de Wall Street demacran y conmueven la
economía mundial.
Cuáles son las consecuencias políticas,
sociales y económicas para Venezuela de la liberación monetaria en ciernes? Los
versados en la materia sostienen que tiene muchas vertientes reaccionarias. Es
un riesgo revolucionario. Es un reto al socialismo del siglo XXI. Es un paso
audaz entre muchos que se desprenderán de esa acción. Venezuela no solo posee
la autoridad moral, es poseedora de una fuerza de liberación al grado sumo.
Construyendo una excelente estructura básica que se adapte al paso lento pero
firme de la iniciativa china, (referencia vital en el intercambio) los
problemas de ajuste pueden ser superados. Hasta hace poco las tablas
estadísticas señalan (la dinámica dispara los índices) que Venezuela ocupa un
puesto privilegiado (8º lugar) entre los países más importantes exportadores de
crudo, que la llevó a sostener once
punto tres (11.3 ton) de toneladas y una variación interanual del catorce (14%)
por ciento, después de Rusia, Arabia Saudita, Angola, Omán, Brasil y otros
países productores.
Las reacciones políticas de los países
esclavizados por la derecha internacional, acólitos de Trump, es de frustración
e impotencia, al ver que están sujetos al dictamen imperialista, inamovibles,
infranqueables y arrodillados. El
reacomodo económico de Venezuela, impulsado por un cambio necesario y
reaccionante, pasará, como todo riesgo, por situaciones especiales de
acoplamiento pero a mediano plazo (dependiendo de la velocidad monetaria)
surgirá la bonanza esperada. Maduro ha asimilado bien las lecciones del
Comandante Chávez.
En primer término, la liberación del dólar
permitirá a Venezuela “eludir las sanciones yanquis” * a través del yuan y la nueva canasta. (*Nikken Asian Review). En
nuestro mundo social la economía se revitalizara y adquirirá una confiabilidad
superior y en el aspecto político el fastidio gringo continuará quizás con más
fuerza para tratar de salvarse de su inevitable derrumbe. Los objetivos de los
catorce motores principales, se acelerarán y se acercarán a una auténtica
liberación nacional.
Venceremos.
fundapoder@hotmail.com
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