Por
Eduardo Contreras:
Se cumplen 44 años desde el golpe de Estado
contra el pueblo de Chile y camino ya del medio siglo bien vale aunque sea una
breve mirada a lo que hoy somos como sociedad, cómo se comportan aquellos sectores
que desataron la peor tragedia de nuestra historia, qué ha pasado con las
víctimas y sus familiares y qué cambios en dirección a recuperar lo que
teníamos se registra tras la destrucción de nuestras conquistas sociales
provocada por la dictadura.
1.- Una elemental comprobación de cómo es
la vida diaria en nuestro país nos muestra desde luego lo mucho que falta para recuperar lo que teníamos en 1973. Pensemos por ejemplo en la Educación
estatal gratuita y de calidad para todos, sin discriminación y que generó
profesionales talentosos. Confirma esta afirmación el hecho que por esos años
en los países del continente era común leer en los carteles de anuncio de
oficinas de profesionales el orgulloso agregado de “titulado en la Universidad
de Chile ” o “ titulado en la Universidad Técnica del Estado de Chile”.
Debe considerarse además la garantía real que brindaba el Estado
respecto de derechos esenciales de la persona humana, como el derecho a la
Salud. Como una sencilla muestra a mano, debe señalarse la calidad y tamaño del
edificio construido durante el gobierno del Presidente Allende para que fuera
hospital allí en la comuna de Pedro Aguirre Cerda. No alcanzó a terminarse,
vino la dictadura, años y años sin terminarlo, “ el elefante blaco” le llamaron
y luego con la Concertación, igual, nada. Sólo este gobierno impulsó su
conclusión definitiva….. pero ahora para centro comercial. “Es muy grande para
hospital” escuchamos decir. Interesa más el comercio.
2.- En el país de antes del golpe – y
especialmente en los años del gobierno de la Unidad Popular – existía un Estado
fuerte, una economía planificada con activa gestión estatal y las principales
riquezas nacionalizadas. Todo contrasta con nuestra dura realidad con un Estado
“subsidiario”, es decir sin injerencia real en la conducción económica de la
nación. Un Estado reemplazado por el “mercado”, es decir por grupos de grandes
consorcios económicos y financieros, nacionales e internacionales. Y las
riquezas naturales del país en manos foráneas o de amigos y parientes de
Pinochet. Hasta el día de hoy.
Todo lo que contribuye a explicar la situación real en materia
salarial en el país. El economista de la Universidad Católica Marco Kremerman
señala que la mitad de los trabajadores de nuestro país recibe un salario
líquido mensual inferior a 350 mil pesos y la mitad de las mujeres recibe un
salario inferior a 300 mil pesos. Ello explica la alta tasa de endeudamiento y
de morosidad de la población. Según datos responsables, se estima que en el
curso del presente año en Chile hay cerca de cuatro millones y medio de
deudores morosos, la inmensa mayoría de los cuales tiene sueldos mensuales por
bajo los 500 mil pesos. Sólo el 5% de los chilenos gana sobre un millón y medio
mensual y las ganancias desorbitantes son apropiadas por un exiguo 1%.
Una de las principales razones de esta inequidad está en la falta de capacidad
negociadora de las organizaciones de trabajadores ; recién ahora se ha
emprendido una reforma laboral que busca restituír su legítima fuerza a los
sindicatos. Lo dicho hace muy explicable la violencia en el país y los altos
índices de stress, suicidios, consumo de drogas y aumento de la delincuencia,
entre otras consecuencias
3.- Antes del 73 Chile contaba además con
una política exterior de independencia, de defensa de nuestra soberanía y de
fortalecimiento de la unidad latinoamericana. La dictadura y los gobiernos
posteriores no actuaron del mismo modo y la lamentable dependencia de la
política de los gobiernos norteamericanos no ha estado ausente. Es más, nuestra
cancillería ha dado señales negativas en materias como las relaciones con
Bolivia y, en el caso de Venezuela, se ha puesto claramente del lado de los
golpistas como lo prueban sus declaraciones del presente año y además olvidando
absolutamente nuestra propia historia. Venezuela hoy ( grupos violentistas de ultra derecha, acaparamiento de productos
básicos, actitud del gran empresariado y medios de prensa ) es como el Chile
previo a la gran tragedia; algunas lecciones debería haberse aprendido, pero
muchos “demócratas” de ayer están hoy contra el legítimo gobierno del
presidente Maduro.
4.- En cuanto respecta al marco jurídico
institucional del país, se mantiene la Constitución de Pinochet, elaborada por
unos pocos agentes de la dictadura entre 4 paredes. Sólo el presente gobierno
ha echado a andar un proceso constituyente que, esperamos, culmine en una nueva
carta fundamental surgida desde la base social y en una asamblea constituyente.
5.- La memoria pareciera también fallarle a
muchísimos chilenos y chilenas en materias como las batallas contra las
dictaduras o en el apoyo a los familiares de las víctimas. Pienso, es un
ejemplo, en la falta de apoyo a diversos actos de la mayor significación
histórica y ética. Sólo por mencionar un par de ellos : ¿cuántas personas
acompañaron en el recordatorio de julio de este año en el cementerio
general a los familiares de aquellos
heroicos compatriotas que en su tiempo cayeron luchando contra dictaduras del
continente por la libertad e independencia de pueblos como Nicaragua, Colombia,
El Salvador o Guatemala ?
Todavía más : ¿es suficientemente conocida
esta lucha internacionalista de tantos jóvenes chilenos, hombres y mujeres,
estudiantes, trabajadores, profesionales, que cayeron en otras tierras por la
libertad del continente? En aquellas naciones sí son reconocidos, pero para la
mayoría de Chile es como si no existieran. Peor todavía : en nuestro propio
país mientras se mantiene en parte la impunidad de feroces criminales y hay
quienes les defienden y exigen su liberación, se persigue en cambio con saña a
quienes algún día serán considerados héroes reales de la lucha antifascista.
Hablamos en concreto de combatientes y dirigentes del Frente Patriótico Manuel
Rodríguez, sin cuyas luchas tal vez todavía estaríamos en dictadura y que hace
rato que es tiempo de reivindicar su valioso aporte a la recuperación de la
democracia.
Tampoco vimos dirigentes políticos ni
sindicales ni muchas personas acompañando la
marcha contra la impunidad en materia
de crímenes de la dictadura que organizaron las más importantes
agrupaciones nacionales de familiares de las víctimas.
6.- Finalmente, ¿en qué están aquellos
sectores que abrieron paso al golpe de Estado de hace 44 años? Hablo de los
factores del poder real, concreto, es decir de quienes controlan el pensamiento
social, es decir los medios de comunicación así como de quienes controlan el
movimiento de la economía, es decir el gran empresariado nacional y externo y
finalmente - y lo más importante -
quiénes controlan la fuerza, es decir los institutos armados.
El cuadro es desolador y preocupante. Los
mismos medios de comunicación que impulsaron el proceso sedicioso y que luego
fueron cómplices de los crímenes no sólo siguen existiendo sino que mantienen
la misma línea editorial, ocultan o tergiversan información y dan tribuna a los
que quiebran lanzas en favor de torturadores o asesinos.
De la descomposición y corrupción en las
Fuerzas Armadas y Carabineros basta con apreciar las sorpresas del día a día. Muchísimos millones de dólares
saqueados al erario nacional por los altos mandos, jubilaciones
multimillonarias, dobles jubilaciones, jubilaciones fraudulentas, robo directo
de fondos estatales durante años siguiendo el ejemplo de su líder. Sin hablar
del secretismo del empleo de los fondos de la llamada “ley reservada del Cobre”
que nadie entiende porqué se mantiene. Corrupción iniciada en dictadura y
sostenida hasta hoy.
De los grandes empresarios de ultra
derecha, por cierto no todos ellos son golpistas, pero que los hay los hay, un
botón de muestra. En octubre de 2016 en la causa rol n° 12 - 2013 compareció a
declarar ante tribunales el otrora líder de la empresarial SOFOFA, don Orlando
Sáenz Rojas. Dijo entonces que era inocente y negó toda participación en los
hechos subversivos, si bien justificó el golpe y con mala fe acusó al gobierno
de Allende de querer “instaurar un régimen tipo dictadura del proletariado”.
Descartó abiertamente toda injerencia suya
y negó toda reunión conspirativa con
militares o con grupos extremistas como “Patria y Libertad” y finalizó
categóricamente: “No conocí a persona alguna civil que tuviera alguna
vinculación con la preparación del movimiento militar del 11 de septiembre de
1973.
Pero sucede que un mes antes de su
declaraciones había publicado su libro “Testigo Privilegiado” en que
abiertamente confiesa su participación en el proceso sedicioso y dice: “ La
estrategia dio resultados porque, a los pocos días, apareció en mi oficina el
abogado Pablo Rodríguez Grez quien, con cara de inocencia, me hablo de un
coronel recién pasado a retiro versado en inteligencia y, que además era un
furibundo antimarxista. En esos momentos teníamos buenas relaciones con Patria
y Libertad, de forma que las recomendaciones que Pablo dejaba sobre mi
escritorio durante sus visitas las tomábamos en serio……”.
Y en la página 69 agrega: “Así fue como
conocimos al Coronel X, a quien jure que nunca revelaría su nombre y, aunque él
ya no está entre nosotros, la promesa sigue en pie. Me inspiró confianza desde
el primer instante, acepté sus condiciones, consensuamos un presupuesto inicial
y nunca me arrepentí de mi acierto, porque los logros del oficial en los dos
años posteriores fueron suficientes como para escribir una novela. Llegó a
reclutar 72 agentes, insertos en todas las instituciones que nos interesaban y
ni siquiera las directivas de los partidos marxistas fueron impenetrables para
sus ojos y oídos.” “Nos reuníamos personalmente en raras ocasiones, pero yo
recibía todos los días un informe de su autoría y nunca se me olvidara el día
en que René Silva Espejo, por entonces director de El Mercurio, me declaró el
hombre mejor informado de Chile, cuando en realidad, lo que me bastaba para
ello eran los informes del Coronel X. ….”
En el libro el empresario informa que “Una parte importante de nuestra estrategia
de combate contra el gobierno marxista de Salvador Allende fue el apoyo a
instituciones, grupos y movimientos potencialmente efectivos para ese
propósito.” “Parte fundamental de ese plan era el refuerzo económico a radios,
diarios y revistas de oposición, a los que el régimen se proponía ahogar a
través del control del avisaje y del crédito.” “En ese ámbito, nuestra línea de
subsidios alcanzo gran tamaño y estaba especialmente orientada a los pequeños
medios de difusión en las provincias.”. “En lo que a organizaciones y grupos
respecta, nos interesamos particularmente en el apoyo de dos de ellos: Patria y
Libertad y el Movimiento Gremialista. La relación con estas entidades me puso
en contacto con dos personajes inolvidables: Pablo Rodríguez Grez y Jaime
Guzmán Erràzuriz…. ”
Y agrega Saenz: “Con todas esas
consideraciones presentes, acordamos ir al paro, lo que requería preparar
muchas cosas, como por ejemplo: vías de escondites, transporte y reuniones
conjuntas de los líderes, campañas de lanzamiento, soporte publicitario y
sistema de transmisión de instrucciones.” “Y, lo más delicado de todo, la
ventana abierta – desde la clandestinidad – hacia los líderes políticos,
institucionales e incluso gubernamentales en caso de mucho éxito. …”
En las páginas 96 y 97 Saenz se jacta del
éxito de sus acciones, las mismas que ocultó al tribunal y dice: “ Ese
increíble paro nacional acabó con el proyecto político de la Unidad Popular,
porque frente a él se levantó la muralla enorme de una mayoría nacional
movilizada y decidida”.
“Con las Fuerzas Armadas convertidas en un
ente político deliberante, las horas del régimen estaban contadas y los diez
meses siguientes no fueron otra cosa que la crónica de una muerte anunciada”.
Por cierto la participación del gran
empresariado chileno no se redujo sólo a lo que haya hecho el ex mandamás de la
Sofofa que fue sólo uno más de la larga cadena. Espero no se olvide, entre
tantos otros ejemplos, lo de la falsa bomba de finales de 1970 en casa del
empresario Jorge Yarur Banna, hecho que se le atribuyó a una supuesta entidad
de izquierda y que resultó ser obra del propio empresario de conjunto con
“Patria y Libertad” y la llamada “Democracia Radical”
Ojalá lo evocado en estas líneas ayude a
mantener en la memoria cómo se abrió paso a esa dura etapa de nuestra historia
de Chile, sobre todo porque sus autores – muchos de los cuales siguen vivos y actuantes
- no parecen haber cambiado nada en lo esencial
eduardocontreras2@gmail.com
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