Por Jorge Aniceto Molinari
Explicar una ley de la física o de la química, parecería
infinitamente más fácil que explicar una ley aplicada al desarrollo social, tal
vez porque en esta debemos contar con nuestra propia implicancia y con un mundo
más directo de desarrollos de la imaginación.
Que un objeto cae producto de la ley de gravedad, es tan
simple que comparado con el que tener explicar de que ningún modo de producción
en la historia abandona su predominancia hasta agotar sus posibilidades, no
podría haber comparación posible.
Esa es precisamente nuestra quimera, tratar de hacer simple
la comprensión de fenómenos que aparecen terriblemente intrincados.
¿Qué tenemos a nuestro favor?: un enorme bagaje en textos,
escritos particularmente por Marx, Engels y Lenin los más destacados- que
analizaron magistralmente el desarrollo del capitalismo y pudieron dar un
visión muy completa de su curso, en ascenso, cuando les tocó vivir a los
primeros, en una de sus más grandes crisis, en vida de Lenin y ya hoy en que vemos que la crisis de
predominancia para el capitalismo ha entrado en una fase crítica irreversible.
Son escritos de trabajo, de análisis, de estudio, cuya validez se asienta en el
conocimiento humano adquirido a través de los siglos y que seguramente serán
superados en el futuro con el desarrollo de nuevos conocimientos. Al día de hoy
esos trabajos no han sido superados, si deformados por interpretaciones que se
han pretendido acomodar al gusto y paladar de los grupos que han ejercido los
poderes económicos y los estaduales de turno.
¿Por lo tanto qué tenemos en nuestra contra?: la terrible
fragmentación y deformación que de sus trabajos se ha venido haciendo,
transformándolos en irreconocibles a la hora de comprender los acontecimientos
actuales.
Hoy reconocer la crisis y catalogarla, parece obra de
titanes. Preguntas simples y sencillas como la de responder sobre las
posibilidades actuales del desarrollo capitalista parecen estar vedadas a los
economistas de nuestra época. Y sin embargo nunca antes la disposición de los
datos está al alcance de todos y particularmente de los que quieran investigar
sobre el tema.
Si, es cierto, precisar la tasa general de ganancia no es
sencillo, pues en el marco de las emisiones monetarias demenciales –que hace
que ningún valor monetario actual tenga una base real-, el crecimiento
incesante de la deuda de los Estados, el crecimiento exponencial de los
paraísos fiscales, hace que la fijación de una tasa de ganancia real tenga más
que ver con el lavado de dinero, con el mercado negro, con el trafico –por
ejemplo de jugadores de futbol- de los más diversos. Pero en lo que resumíamos
en los indicadores anteriores hay una expresión inexorable del carácter de la
crisis.
Y una contradicción más: el incremento de la industria de
guerra. Tenemos armas a nivel universal para destruir varios planetas Tierra:
de terror. Así marcha la “reactivación económica” en alguna de las otroras
potencias del mundo.
Deberíamos reunir un Congreso, una Conferencia, o como se le
quiera llamar, de todas las personas –autoridades- del mundo que tengan hoy
alguna responsabilidad en la gobernanza del planeta Tierra, y alguien debería
decir: “muchachos, muchachas (es la forma de hablar, que se estila ahora) así
no podemos seguir, estamos viviendo el crecimiento de una tragedia que nos
puede ser incontrolable”.
Hay quienes dicen que por la “condición humana”, intentar
modificar esto, es imposible; nosotros pensamos diferente, es el modo de
producción predominante el que ha instalado la competencia en un marco de lucha
de clases que inexorablemente tiene que llegar a su fin.
Los límites para llegar a la barbarie son cada vez más
finos, ahora increíblemente en esta realidad las posibilidades para dar un
impulso a una sociedad superior también lo son.
En diciembre del 2008 envié una carta al entonces Presidente
electo de EE.UU. Barack Obama de la que nunca tuve respuesta.- ¿Cuál era el
objetivo de la misiva?: que el presidente de EE.UU. utilizara su poder en el
mundo para poner en debate iniciativas que pudieran cambiar esta realidad que
en ese entonces ya se tornaba dramática.
Obama además se constituía en un símbolo de la necesidad de
cambio de una sociedad que acumula tensiones que son universales y que la hacen
responsable de lo que ocurre en el mundo. Que haya podido o no responder a esa
necesidad ya es otra historia, hoy al frente del gobierno está Donald Trump.
Partíamos de que para sincerar la economía lo primero era
definir un valor monetario, único y universal. Luego introducir un sistema
impositivo también único y universal basado en la circulación del dinero,
eliminando los paraísos fiscales, los impuestos al consumo, a los salarios y a
las pensiones, haciendo que ninguna transacción tuviera valor legal si no
estaba debidamente registrada en los organismos que la sociedad determinara.
En este marco lo recaudado no sería para engordar las
burocracias de los Estados o Instituciones similares, sino para planificar
obras a nivel universal, que hoy el capitalismo no encara porque no les son
rentables en temas como los de la salud, la enseñanza, la vivienda, la
alimentación, etc. etc. Abordar el pago de los presupuestos en un marco de
racionalidad, de rentabilidad y rendimiento incorporando todos los adelantos
técnicos disponibles para el conjunto de la humanidad. Los instrumentos de la
democracia – conquista imprescindible de la humanidad para la convivencia humana- hoy son tremendamente
caros y burocráticos y la sociedad los siente como un peso y no como un beneficio.
Los avances en todos los terrenos son en esencia el impulso
al desarrollo de una nueva predominancia para construir un sistema social que
por sus características no es otra cosa que el socialismo. Claro hasta ahora ha
predominado el preconcepto de que socialismo es propiedad estatizada. Propiedad
estatizada además que nunca pudo superar los límites del capitalismo de Estado,
del cual tampoco renegamos toda vez que significó derechos y reivindicaciones
para los trabajadores, pero que como solución no podía ir más allá de la
coyuntura socio-política que lo originaba.
Hoy el mundo debe entrar en un estadio superior a riesgo de
entrar en la barbarie de no hacerlo. ¿Qué falta?: la voluntad política
organizada que lo haga posible.-
Entonces no hay hoy
tarea más importante, que organizar esa voluntad política, hacerlo es el
granito de arena necesario para desarrollar el socialismo, no hacerlo
contribuir a una tragedia cada vez mayor.
sipagola@adinet.com.uy
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