Por Emilio Marín
Se fortalece el gobierno bolivariano tras la votación
A pesar de los numerosos actos de violencia de la oposición,
Venezuela concurrió a votar masivamente para la Asamblea Nacional
Constituyente. Fue un gran éxito político de Nicolás Maduro, pero no obstante
la oposición continuará con su violencia.
Los contrastes son muy gruesos, aunque desde Argentina sea
difícil apreciarlos debido a la campaña de los medios concentrados como Clarín,
que distorsionan todo lo relacionado con Venezuela. Este domingo el gran
distorsionador fue Jorge Lanata en Canal 13, pata televisiva del monopolio.
El 16 de julio la Mesa de Unidad Democrática, MUD, convocó
ilegalmente a votar en un plebiscito para armar un gobierno paralelo en el país
sudamericano. Uno de los tres puntos sometidos a consulta autorizaba a la
Asamblea Nacional, dominada por esa oposición pero colocada fuera de la ley por
sus acciones fulminadas por el Poder Judicial, a designar nuevos jueces y
miembros del Tribunal Supremo de Justicia.
En esa consulta trucha, sin el concurso del Consejo Nacional
Electoral ni padrones ni autoridades ni veedores internacionales, dijeron que
votaron 7.6 millones de personas. Como todo era fraudulento, de inmediato de
proclamado el resultado, los operadores de la MUD quemaron todos los registros
con el argumento que el gobierno no pudiera perseguir a los votantes. En
realidad, estaban flojos de papeles y no toleraban un mínimo chequeo. Esa fue
una cara de la moneda.
La otra, muy diferente, fue la elección convocada por el
gobierno bolivariano para una ANC prevista por el artículo 348 de la
Constitución de 2009. Eso fue anunciado el 1 de mayo pasado por el presidente y
se cumplieron todos los pasos legales, con la convocatoria del Consejo Nacional
Electoral presidido por Tibisay Lucena. Estaban convocados 19,4 millones de
venezolanos en 24.000 mesas electorales, para elegir libremente a 537 delegados
constituyentes. El total será de 545, pero los 8 restantes procederán de los
pueblos originarios, que los elegirán según sus modos y costumbres hoy 1 de
agosto.
El resultado fue, según el informe de Lucena a nombre del
CNE, una votación de 8.089.230 personas. Sobre el padrón total supone un 41,53
por ciento, un alto porcentaje sobre todo por el contexto político actual. Ese
porcentaje sube al 58,8 por ciento si se tiene en cuenta que normalmente no
concurre a votar el 100 por ciento del padrón sino alrededor del 70. Además,
hay que tener en cuenta que el voto en Venezuela no es obligatorio sino
voluntario, otro elemento que otorga más importancia al caudal que se recogió
en las urnas el domingo 30.
Hasta los diarios opositores como El Universal, El Mundo,
Tal Cual, El Carabobeño y otros, debieron admitir que la cifra proporcionada
por el CNE era la correcta. A confesión de parte, relevo de pruebas...
Río de gente
Los procedimientos y escrutinios de la justicia electoral
venezolana gozan de un bien ganado prestigio internacional. Con la del domingo
se cuentan 21 elecciones desde que Hugo Chávez llegó al Palacio de Miraflores;
él y sus seguidores, caso de Maduro en 2013, ganaron 19 comicios y perdieron
sólo dos, admitiendo de inmediato los resultados, algo que la oposición nunca
hizo. Elecciones reñidas y polémicas fueron de una limpieza absoluta según los
observadores internacionales, entre ellos Fundación Carter de EE UU.
Y la del 30 de julio no fue la excepción, de allí el
contraste con el fraude de la MUD de dos semanas antes, con quema de toda la
papelería para no dejar evidencias.
Lo más resaltable del 30-J fue el contexto de violencia
criminal y terrorista que tuvo que amortiguar el gobierno y la población para
poder ejercer el voto. En barrios del este de Caracas, sector rico de la
población, se había amenazado de muerte a quienes fueran a sufragar. Allí y en
otros estados se atacó 200 centros de votación y quemaron máquinas de votar, se
asesinó a un sargento de la Guardia Nacional Bolivariana, hubo atentado
explosivo en la plaza de Altamira, bastión opositor del Chacao, donde se hirió
a ocho efectivos que sufrieron serias quemaduras, etc.
En el PPT de Lanata, con dos periodistas filmando y
mintiendo a dos manos, no registró ese atentado terrorista en la plaza de
Altamira, a pesar de que anduvieron por allí. Luego se fueron a Miami, desde
donde completaron su farsesco reporte al canal 13.
Pese a ese clima de violencia y muertes, sobre todo en
Táchira y Mérida, el grueso del pueblo creyó necesario ir a votar. En algunos
municipios donde era imposible votar por la violencia y amenazas de las
guarimbas de la MUD, el CNE autorizó votar en un estadio de Caracas. No se
piense que fue al voleo ni generalizado el cambio de lugar. La titular del
organismo aclaró que “únicamente electores de municipios Chacao, Baruta, Sucre
y El Hatillo, así como de las parroquias El Valle, La Vega y El Paraíso, del municipio
Libertador, pueden votar en el centro de contingencia de paz habilitado en El
Poliedro de Caracas”.
Las imágenes del gentío que no podía votar en sus lugares
habituales por la violencia opositora e iba a pie hasta el Poliedro, fueron
conmovedoras. Aún más lo fueron las fotos de población de Táchira cruzando un
río o caminando por el monte para eludir los trancazos de la oposición y poder
votar. Hugo gran cantidad de electores pero también mucha calidad de gestos
patrióticos y democráticos de la ciudadanía para participar del inicio de la
Constituyente sin olvidar a los 146.000 efectivos de la Guardia y de la Fuerza
Armada Nacional Bolivariana que dieron seguridad a los comicios.
Paz y profundización
¿Por qué tal afluencia de gente a votar, en circunstancias
tan adversas?
La respuesta no es sencilla, porque influyeron diversos
motivos, pero seguro que uno de las más importantes es que la población no está
de acuerdo con que siga el terrorismo que ya provocó más de cien muertos y
1.600 heridos. La apuesta de Maduro a la Constituyente contactaba con ese deseo
profundo del pueblo, de sus seguidores e incluso de quienes no lo son pero
quieren discutir civilizadamente el rumbo político al interior del campo
bolivariano.
Para esa amplia mayoría era la hora de los votos y no de las
balas, las molotov y las guarimbas, ni de quemar vivo a sus contrincantes, como
han hecho los opositores con personas del chavismo y efectivos de seguridad.
Maduro dijo haber negociado con Julio Borges y otros
dirigentes de la MUD hasta último momento para que participaran de la ANC, pero
hubo un boicot violento a la elección de constituyentes. Y luego una seguidilla
de mentiras: que era un fraude, que habían votado 2 millones de personas, que
convocan a una nueva toma de Caracas para el día que se constituya la ANC, etc.
De allí que, con un punto de vista realista, sale como
conclusión que el deseo de paz expresado en el voto no será posible plasmarlo
en la realidad inmediata, por más voluntad que exprese la ciudadanía y el
gobierno. Para los acuerdos hacen falta dos partes...
Otro motivo que explica la masividad de la votación es que
reunió a los partidarios firmes de Maduro, que son millones, con sectores que
mantienen críticas a determinadas políticas, métodos y funcionarios del gobierno,
pero que obviamente se deslindan del boicot de la MUD. Por caso, las veinte
organizaciones nucleadas en “Chavismo bravío” que cuestionan la falta de
profundización antiimperialista, el burocratismo en la administración y la
falta de resolución práctica de problemas que hacen al abastecimiento de
productos de primera necesidad (la responsabilidad principal recae en el gran
empresariado privado pero el gobierno tiene su parte).
El gobierno de Maduro busca que la Asamblea Constituyente
pueda ampliar los derechos sociales establecidos en la Carta Magna de 1999;
superar el rentísmo petrolero alrededor de PDVSA, fortalecer los poderes
comunales y programas como los Comités de Lucha por el Abastecimiento y la
Producción (CLAP); castigar el terrorismo filo fascista y a esa parte de la
oposición empeñada en montar un gobierno paralelo e ilegal con el beneplácito
de la administración Trump y gobiernos neoliberales de la región.
Uno de los que primero salió a atacar la Constituyente fue
el departamento de Estado. En su comunicado dijo que la ANC está diseñada “para
reemplazar la Asamblea Nacional legítimamente electa y socavar el derecho del
pueblo venezolano a la autodeterminación”.
Y como obedientes patitos en fila, los gobiernos de
Argentina, Colombia, Panamá, Brasil, México, Perú, España y el Parlamento
Europeo repitieron ese libreto estadounidense. Uno de los más provocadores fue
el de Macri, cuya cancillería lamentó que se “haya proseguido con la elección a
una asamblea constituyente que no cumple con los requisitos impuestos por la
Constitución; Argentina no reconocerá los resultados de esa elección ilegal”.
Brasil, Argentina y Paraguay se han puesto de acuerdo para
suspender a Venezuela en el Mercosur, ahora ya no pretextando incumplimiento de
legislación del bloque sino con la aplicación de la Carta de Ushuaia, por
violar supuestamente la democracia. Muy digno Evo Morales que ya en la cumbre
de Mendoza no firmó una declaración preparatoria.
La victoria política interna de Maduro el domingo explica
que la oposición busque en Trump, Macri y otros lame botas yanquis, el apoyo
para su guarimba decadente. Claman por más aval de afuera para mantener su
golpismo de adentro.
ortizserg@gmail.com
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